EL PAíS › UN PRESIDENTE, DOS PAíSES > CASI TODAS LAS CONSULTORAS HABíAN PRONOSTICADO QUE EL TRIUNFO DE MACRI SERíA MáS AMPLIO
Los consultores advierten que aún no hicieron un balance, pero admiten errores y dificultades. Malestar en el FpV por el clima favorable a Cambiemos que instalaron los sondeos.
› Por Raúl Kollmann
La campaña electoral del ballottage podría haber sido distinta si de entrada no se instalaba la idea de que Mauricio Macri tenía una ventaja de diez o más puntos, cuando la realidad es que apenas hubo una diferencia de 2,8 con Daniel Scioli. Desde el FpV dicen que podrían haber hecho más publicidad, que la militancia hubiera sido más entusiasta o se hubieran reforzado puntos débiles, entre ellos la provincia de Córdoba, para dar vuelta a apenas 1,5 por ciento de los votantes nacionales. Si Scioli subía 1,5 y Macri bajaba ese 1,5, se terminaba imponiendo el candidato del FpV. Lo asombroso es que el diagnóstico equivocado atravesó a casi todas las consultoras, incluyendo las que trabajaban para Scioli y las contratadas por Macri, lo que debería descartar la idea de manipulación para favorecer a un candidato. El acento está puesto ahora en la polémica sobre los errores y los problemas en los sondeos de opinión.
Este diario les pidió opinión a los consultores sobre los errores ante el ballottage, pero las respuestas fueron que “estamos estudiando lo que pasó”, “es demasiado prematuro”, “no hubo tanto error, ninguno dijo que ganaba Scioli”, “hay que revisar las muestras y la forma en la que se accede a los encuestados” o directamente no hubo contestación. Todos aclararon que no hicieron bocas de urna y que la difusión de datos falsos –Macri gana 60 a 40– dominó la jornada del domingo. Por supuesto le adjudican la responsabilidad a dirigentes del PRO.
Dentro del equipo de Scioli hay quienes sostienen que “fuimos víctimas de una gran operación ni bien terminó la primera vuelta. Nos dijeron que no había chances y eso tiñó toda la campaña. Nosotros peleamos mucho, pero sin duda que taladra los ánimos”. Cuando se les pregunta por las encuestas contratados por Scioli, no hay respuesta porque esos consultores tenían los mismos datos: ocho o diez puntos de diferencia. Del otro lado, en Cambiemos, también están desconfiados. En la noche del domingo, el economista Federico Sturzenegger deslizó que hubo algún tipo de fraude por el que se redujo la diferencia a los escasos 2,8 puntos. El referente de Cambiemos también daba por ciertas las encuestas que sus consultores entregaron al comando de campaña y que daban no menos de diez puntos de distancia.
La conferencia anual de una de las más grandes consultoras de encuestas del mundo, Ipsos, lleva este fin de año el título de “El fin de las encuestas políticas”, lo que marca los problemas globales de los sondeos.
Estos son algunos de los argumentos de los consultores en off the record:
“Los que hoy aceptan contestar encuestas son pocos, en general son los más politizados. Eso plantea una desviación, porque los que terminan volcándose a último momento hacia un lado u otro son los menos politizados. Eso nos impide captar los vuelcos de las últimas 48 horas”.
“En las encuestas un cinco por ciento que nos decía que iba a votar en blanco. Eso no ocurrió. Pudo haber voto oculto a Scioli en esos votantes”.
“Siempre tuvimos un diez por ciento de indecisos, la mayoría de ellos ex votantes de Massa. Les aplicamos los parámetros que teníamos de los votantes decididos de Massa, que se volcaron más a Macri. Fue equivocado”.
“Se percibió un esfuerzo militante, casa a casa, del FpV en la última semana. También pudo influir en el voto de última hora”.
“Es posible que la campaña respecto de la devaluación, los precios, los feriados haya impactado. Lo que Cambiemos llamó ‘la campaña del miedo’”.
“No se están haciendo bien las muestras porque es difícil acceder a ciudadanos representativos de la totalidad. Los jóvenes de 16 a 18 años no atienden el teléfono, habría que ver si se llega a ellos por redes sociales. En las zonas humildes está difícil entrar y en los edificios es raro que alguien baje a contestar una encuesta. En 10 mil llamadas telefónicas responden entre 300 y 500 personas, esa franja ya está más politizada. Las llamadas a celulares –hoy el instrumento de comunicación de los humildes– son complicadas. Tenemos que estudiar volver a hacer más encuestas en estaciones de tren para captar el voto de los sectores de menos recursos. En resumen, las muestras son poco confiables, hay que introducir factores de corrección y ahí cometemos muchos errores”.
Alguno o todos estos factores de distorsión podrían explicar la diferencia entre pronósticos y resultados. Como se ve, hay elementos de estas dos últimas elecciones, pero otros que tienen que ver con los problemas de las encuestas a nivel internacional. Lo cierto es que el resultado final del domingo en la Argentina fue de una paridad sorpresiva que no estaba en los papeles de casi nadie y produjo desconfianza en los dos comandos de campaña. En los próximos días, pasado el período de reflexión, los consultores harán un balance de lo ocurrido. Esta vez sí, con nombre y apellido.
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