EL PAíS › UN PRESIDENTE, DOS PAíSES > EL JEFE DE LA UCR FUE UNO DE LOS ARTíFICES DE LA ALIANZA Y AHORA DIJO QUE DEJA LA POLíTICA
Mauricio Macri le había ofrecido ser su ministro de Justicia, pero se rumoreaba que el puesto no lo conformaba. Ayer, sorpresivamente, anunció que rechazaba el cargo y se volvía a su provincia por motivos personales.
› Por Sebastian Abrevaya
A menos de 24 horas de ganar la elección presidencial, Cambiemos ya tuvo su primera renuncia. Antes de asumir siquiera en el Gobierno, uno de los máximos responsables políticos de la alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica anunció que se vuelve a su casa en Mendoza y que no ocupará ningún cargo de gestión ni partidario. Ernesto Sanz, titular del Comité Nacional del radicalismo y pilar fundamental de Cambiemos, publicó en su cuenta de Facebook una carta en donde alega cuestiones personales y rechaza el ofrecimiento que le había hecho públicamente el presidente electo, Mauricio Macri, para encabezar el Ministerio de Justicia. “He decidido recuperar el espacio de hombre, que es el espacio de mis amores, de mi lugar en el mundo y también el espacio de sueños de vida que fui postergando mucho –demasiado– tiempo y que ha llegado la hora de concretar”, asegura Sanz en el texto, que mezcla definiciones políticas y confesiones íntimas. La decisión generó una gran sorpresa (y bastante malestar) entre muchos dirigentes radicales, que ahora buscan contra reloj cómo reorganizar la relación con el macrismo. Si bien hasta ahora trataron de bajarle el tono, por lo bajo referentes de Cambiemos reconocen que la decisión de Sanz “le hace daño tanto a Macri como al radicalismo”.
El rumor se inició a mediados de la semana pasada. Empezó a circular luego de que el propio Sanz lo conversara personalmente con las personas de su mayor confianza. El líder del PRO, como relató en la conferencia de prensa que dio de ayer, fue uno de los que recibió la noticia personalmente. “Cuando me lo comunicó días atrás, me provocó una enorme tristeza”, contó Macri, que no quiso entrar en detalles sobre los motivos y en cambio le dedicó algunos elogios: “Siempre lo he dicho, tengo un enorme respeto por él, me parece uno de los mejores dirigentes que hay en el país. Además, con el correr del trabajo en conjunto le he tomado un gran afecto personal”, afirmó.
Los radicales que conocían la noticia eran muy pocos. A varios de ellos Sanz se los informó durante el cierre de campaña de Cambiemos realizado el jueves en Humahuaca. El domingo por la mañana, el senador habló con medios de Mendoza y dio un anticipo de lo que confirmaría por las redes sociales: “Ninguno de nosotros es imprescindible y yo, en caso de que gane Cambiemos, dejo un partido de pie dentro del Gobierno, con muchos dirigentes en condiciones de ocupar lugares. Voy a estar siempre ayudando desde el lugar que corresponda. Veré cuál es ese lugar”. El resto de la dirigencia radical se enteró en el bunker de Costa Salguero, mientras esperaban que se terminaran de contar los votos que los llevarían nuevamente al gobierno, a 14 años de la crisis más grande de su historia.
“Esta nueva etapa también lo es para mi vida personal. Es algo muy simple y profundo desde el sentimiento, aunque complejo y difícil de comunicar desde la racionalidad. Soy un hombre que actúa en política y no un político que en sus ratos libres se acuerda que hay ‘algo más’ fuera de la política”, relata Sanz, al inicio del costado más personal de su carta. Pero el mensaje tenía también su reclamo político. “Hemos recuperado la condición de partido de gobierno, que es mucho más que compartir un gabinete. Allí están los cientos de concejales, legisladores provinciales, intendentes, gobernadores y legisladores nacionales que conforman una fuerza ineludible e indispensable para gobernar la Argentina que viene”, sostuvo, para luego seguir: “No hay registro en nuestra historia de haber llegado al poder en una coalición cuya conducción no pertenece a la UCR. Pero, al mismo tiempo, cuya fortaleza parlamentaria y territorial sí tiene mucho que ver con la UCR. Allí está entonces el nudo del desafío, que no es otro que compartir a GESTION y POLITICA. No habrá buen gobierno si no se entiende que ambos factores son indisolubles”. El tono e incluso la utilización de las mayúsculas dan la idea de una advertencia.
Anoche seguían las especulaciones sobre los motivos “reales” de su renuncia y la incertidumbre sobre como seguiría la alianza sin su autor intelectual. Con las heridas todavía abiertas por el proceso que terminó en el acuerdo con el PRO, los propios radicales tomaban distancia. “Cuando Sanz dice que es de día yo salgo a ver las estrellas”, graficó un operador que por estas horas participa de las negociaciones para reencauzar el diálogo con el macrismo. “Es como haberte preparado toda la vida para jugar el mundial y cuando llegas a la final te vas a tu casa”, se quejó otro radical en tono futbolero.
En el sector que resistió el acuerdo con el PRO en la Convención de Gualeguaychú no sólo estaban molestos por la decisión, sino que también le reprocharon el momento. “Si sabía que no quería ocupar un cargo hubiera hecho como Carrió, que siempre dijo que no iba a agarrar un ministerio”, agregó un dirigente cercano al grupo encabezado por Gerardo Morales, Julio Cobos, Angel Rozas y Ricardo Alfonsín. Algunos de ellos sospechan que Sanz tiene otros planes: buscar un lugar en la Corte Suprema o regresar con mayor protagonismo en un futuro, en caso de que Macri se vea necesitado de realizar cambios en su gabinete.
En el entorno de Sanz se encargaron de aclarar que no se trató de una “renuncia a la política”. “No se va a ir a San Rafael a hacer una huerta orgánica. Macri lo valora, va a funcionar sin un cargo como un operador político de Cambiemos. Es el radical en el que Macri más confía”, contó a Página/12 un dirigente de su entorno. También trataron de aclarar que no se trata de un desplante por la disconformidad con los cargos en el gabinete que podría ocupar el radicalismo. Antes de que se confirmara que la Jefatura de Gabinete la ocuparía Marcos Peña, en la UCR se entusiasmaban con la posibilidad de que un correligionario tuviera ese puesto. Otro lugar que pretendían era el Ministerio del Interior.
Por lo pronto, ayer la UCR era un hervidero de reuniones, llamados telefónicos y mensajes (ver aparte). “No hay ruptura ni crisis en Cambiemos. El radicalismo fue uno de los pilares de este acuerdo político. Quizá, la familia de Ernesto le pidió este gesto, lo que es entendible porque uno sabe que en la política muchas veces se posterga la vida personal”, trató de contemporizar el senador electo Julio Cobos, uno de los pocos que habló públicamente del tema.
Los macristas, siguiendo la línea que marcó el líder del PRO durante la conferencia de prensa, evitaron generar una polémica tras el desaire del jefe del radicalismo al nuevo presidente.
En este contexto, Cambiemos arrancó con el pie izquierdo tras la elección del domingo, en la que le ganó al Frente para la Victoria por un margen menor del que esperaban. “Una nueva etapa para el país, para la UCR y para mi vida personal”, se titula la carta con la que Sanz sacudió ayer el tablero político. Hasta anoche, las únicas piezas que parecían reacomodarse eran las personales.
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