EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER RECIBIó A MAURICIO MACRI EN LA QUINTA DE OLIVOS, PERO NO TOCARON TEMAS DE GESTIóN
“Tuvo un tono muy cordial”, dijo Macri primero, pero en una entrevista luego comentó que el encuentro con la Presidenta “no valió la pena”. No tocaron temas de gobierno y sólo hablaron de la ceremonia de traspaso.
› Por Nicolás Lantos
En privado y sin declaraciones para la prensa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su sucesor electo Mauricio Macri tuvieron ayer un primer encuentro de cara a la transición y el cambio de mando, que tendrá lugar el 10 de diciembre. La reunión, a solas, duró poco menos de una hora y tuvo “un tono muy cordial”, según aseguraron fuentes cercanas a ambas partes. El temario del encuentro, que tuvo lugar en la residencia de Olivos, fue abierto y aunque no se filtraron los detalles de la charla Macri aseguró que, entre otros asuntos, se trataron cuestiones que hacen al traspaso de una gestión a otra y al protocolo de la ceremonia de sucesión.
Tanto en el entorno del jefe de Gobierno porteño como en el equipo de la Presidenta evitaron dar detalles sobre el diálogo que mantuvieron entre ellos. Una vez concluido el encuentro, Macri intentó hablarle a la prensa que lo esperaba afuera del predio de la Quinta de Olivos, pero ante el tumulto que se formó sólo pudo decir que fue “una reunión muy cordial” y que el 10 de diciembre habrá “una linda ceremonia de traspaso” antes de volver a refugiarse tras los muros y buscar una salida más discreta. Desde Cambiemos aseguran que el mandatario electo quería realizar una conferencia de prensa dentro de la residencia pero se encontró con una negativa por parte de Fernández de Kirchner. Según fuentes del macrismo, también por decisión de CFK fue que no hubo una foto de la reunión. Más tarde, entrevistado por la televisión, Macri aseguró que “la reunión no valió la pena”.
En los alrededores de la Quinta de Olivos no solamente había una aglomeración de cronistas, camarógrafos y fotógrafos sino también una cantidad de vecinos del barrio de Olivos que se acercaron, en su mayoría, para darle una bienvenida al nuevo jefe de Estado. Algunos, con carteles y cantitos, celebraban el final del período kirchnerista. Un manifestante de otro signo, que llegó con carteles que convocaban a “salir a las calles” en caso de que el próximo gobierno tome medidas impopulares, fue repudiado y rápidamente abandonó la escena, custodiado por personal de seguridad de alguna de las tres fuerzas que convergieron en el lugar: la Federal, encargada de la custodia de la residencia; la Bonaerense, que debe cuidar el perímetro, y la Metropolitana, a cargo del todavía jefe de Gobierno porteño.
El punto de mayor tensión en el encuentro entre la mandataria saliente y su sucesor tuvo que ver con la transición entre los equipos de gobierno, aseguran en el entorno de Macri. El líder de Cambiemos quería que los ministros del actual gobierno se pusieran a inmediata disposición de los elegidos para ocupar cada área en la próxima administración, de forma tal que pudieran adelantarse algunas cuestiones operativas del pase de manos. Pero según aseguraba uno de sus voceros, la respuesta de la Presidenta fue negativa: CFK habría dicho que sólo a partir del 10 de diciembre los funcionarios de su gabinete estarán “a disposición” del traspaso. De todas formas, confían que antes de eso habrá conversaciones informarles para anticipar algunos movimientos. Desde el gobierno nacional no hubo ninguna declaración al respecto.
Ninguna de las dos partes confirmó que se haya tratado durante el encuentro la continuidad o no de funcionarios designados por el kirchnerismo en organismos cuya caducidad no coincide con la del gobierno nacional, como el titular del Banco Central de la República Argentina, Alejandro Vanoli; el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella, o la procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Un día antes del encuentro, el presidente electo había dicho que apelaba a “la dignidad y la generosidad” de esas figuras para que renuncien a sus cargos para “facilitarle el camino al nuevo gobierno.”
Macri había pedido que “el cambio de gobierno se dé en una transición ordenada”, lo que implicaría una renuncia de esos funcionarios. Vanoli y Gils Carbó ya manifestaron su intención de seguir en sus respectivos cargos. El titular del Banco Central puede ser removido por un decreto presidencial refrendado por el Congreso en mayoría simple; la jefa de fiscales debe ser removida a través de un juicio político que prevé mayorías agravadas, un escenario complejo para el nuevo gobierno, que asumirá sin quórum propio en ninguna de las dos Cámaras. Al no tratarse estos temas, Macri concluyó luego que la reunión en Olivos “no valió la pena”.
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