EL PAíS › PATRICIA BULLRICH, SORPRESIVA MINISTRA DE SEGURIDAD
› Por Laura Vales
Su medida más recordada fue el recorte del 13 por ciento a los salarios de los trabajadores estatales y jubilados. Patricia Bullrich la tomó cuando era ministra de Trabajo del gobierno de la Alianza, cargo que desempeñó con mano dura y resultados que batieron records. Al terminar su gestión al frente de la cartera –que fue de octubre de 2000 a octubre de 2001–, se había superado una marca histórica de destrucción de empleos, con 750 mil puestos de trabajo menos. La desocupación había subido seis puntos, del 15,4 por ciento al 21,5. Ese año que el país la tuvo como ministra de Trabajo, también se batió el hito de personal suspendido y recorte de horas laborales. Bullrich nunca lo lamentó públicamente; tal vez porque achicarse no sea su estilo.
La diputada volverá ahora a ser parte de un gabinete, tras ser designada por Mauricio Macri como ministra de Seguridad, un área de gestión en la que el jefe del PRO ha hecho fuertes promesas. Durante la campaña planteó que se centrará en la lucha contra el narcotráfico, a la que definió como “la principal amenaza a la seguridad de los argentinos”.
Aunque la designación causó sorpresa, la futura ministra tiene algún antecedente en el área. En 1997 fue asesora en materia de Seguridad del entonces intendente peronista de Hurlingham Juan José Alvarez. Luego pasó al Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense para trabajar con León Arslanian en su proyecto de reforma policial, durante la gobernación de Eduardo Duhalde. En 1999, cuando Fernando de la Rúa asumió la presidencia, fue secretaria de Política Criminal y Penitenciaria.
El tema de la seguridad no ha sido ajeno a sus preocupaciones ni a la construcción de su imagen pública. Alguna vez propuso un programa de seguridad con la baja a 14 años de la edad de imputabilidad como primer punto. La propuesta incluía además cobrarles a los presos el alojamiento en las cárceles. Fue en agosto de 2002, en momentos en que pensaba en candidatearse a la Casa Rosada.
Patricia Bullrich es Bullrich Luro Pueyrredón. Su bisabuelo fue Honorio Pueyrredón, ministro de Agricultura de Hipólito Yrigoyen. En la línea ascendente de su árbol genealógico está también Juan Martín de Pueyrredón, director supremo de las Provincias Unidas en 1816. Considerada como una política “todoterreno”, tiene una historia hecha de saltos partidarios. Tenía 16 años cuando comenzó a militar en la Jotapé. En el 75 estuvo detenida cinco meses en Devoto y tras el golpe se exilió. Con la recuperación de la democracia, comenzó su giro. Militó por Italo Luder, fue diputada por el menemismo y funcionaria duhaldista, pasó por el centroderecha de Gustavo Beliz y Domingo Cavallo y fundó su propia fuerza, Unión por Todos, hasta que llegó la Alianza. Como ministra de Trabajo de De la Rúa tuvo fuertes cruces con Hugo Moyano, de donde se llevó el apodo de “la Piba” con que el camionero la llamaba despectivamente. Caída la Alianza se alió a Ricardo López Murphy, después a Elisa Carrió y más tarde armó un bloque propio. Desde allí se sumó al macrismo. En estas elecciones encabezó la boleta de diputados de Cambiemos en Capital. Fue en la campaña que volvió a defender aquella gestión en la que recortó los sueldos. “Mi gestión me ha permitido tener reconocimiento” y “vigencia política”, sostuvo.
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