Desde Roma

El embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, inauguró ayer oficialmente las nuevas oficinas de la embajada ante el Vaticano, a pocos metros de la Plaza de San Pedro, con una motivación particular: hacer de esa sede diplomática un lugar de encuentro y de diálogo interreligioso porque “el diálogo entre las religiones lleva a una mejor convivencia y a mayor paz”, dijo el embajador a Página/12.

“Hemos querido inaugurar esta nueva sede para poder recibir a todos los argentinos que vienen al Vaticano con el orgullo de ver al Papa argentino –explicó Valdés–. La figura del Papa convoca a todos los argentinos, ya sean católicos, judíos, musulmanes, agnósticos. Y la idea es que la embajada argentina esté al servicio de todos ellos. Y para eso hemos querido tomar lo que para mí es el mayor tributo que le hizo Jorge Bergoglio a Francisco, es decir, el haber fundado el Instituto del Diálogo Interreligioso hace algunos años en Argentina. Allí conviven los distintos credos que el país tiene a partir de las distintas migraciones. Una convivencia que es difícil encontrar hoy en otras sociedades.”

Diplomáticos latinoamericanos y europeos, los otros dos embajadores argentinos en Roma –ante Italia, Torcuato Di Tella, y ante la FAO, Claudio Rozencwaig–, sacerdotes y dos altos exponentes vaticanos, Marcelo Sánchez Sorondo –argentino y presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias– y el laico uruguayo Guzmán Carraquiry –vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina– estuvieron en el encuentro. La ceremonia empezó con la proyección de un video en el que tres miembros del Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires, el musulmán Omar Abboud, el judío Dani Goldman y el católico Guillermo Marcó, dieron la bienvenida a esta nueva sede diplomática. “Este papa está cambiando todo. El trabajo de Francisco trasciende los límites de la Iglesia Católica”, dijo Abboud en su mensaje. “Yo espero que nuestra embajada sea una luz en este momento de oscuridad que se está viviendo en el mundo”, dijo por su parte Marcó.

Las fotos de todos los cardenales argentinos y de todos los ex embajadores decoran las paredes de la nueva sede diplomática. En un lugar especial, dentro de la que es la oficina del embajador, con las ventanas hacia Via de la Conciliazione, la calle que lleva a la Plaza de San Pedro, hay un retrato del cardenal Antonio Pironio, cuyo proceso de beatificación está en curso en la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano. “Nos ayudó mucho en los años de la dictadura”, dijo el embajador Valdés.

–Usted verá al papa Francisco antes de volver a Buenos Aires. ¿Tiene algún mensaje especial para él? –le preguntó este diario.

–Me voy el 9 pero el 5 estaré con el papa Francisco. Sobre todo voy a contestar todo lo que él me plantee. Seguramente me va a preguntar cosas del país, actualizaciones. Por mi lado, de ahora en más voy a ser un militante del diálogo interreligioso que creo realmente es una condición para la paz.