EL PAíS › LA JUEZA PALMAGHINI LLAMó A INDAGATORIA A LOS DOS POLICíAS QUE CUSTODIABAN AL FISCAL NISMAN
A poco de cumplirse un año de la muerte del fiscal, la jueza buscó mostrar algún movimiento en la causa. Citó a declarar al sargento Miño y al suboficial Niz por los errores que cometieron al no tener noticias del fiscal.
› Por Raúl Kollmann
La jueza Fabiana Palmaghini convocó a declaración indagatoria a los dos custodios que estaban en turno el día que apareció el cuerpo de Alberto Nisman. El suboficial Armando Niz y el sargento Luis Miño, ambos de la Policía Federal, fueron imputados por incumplimiento de los deberes de funcionario público y posible abandono de persona. La citación, que se concretará el 12 y el 19 de febrero, no apunta a una zona liberada ni a responsabilidad de los policías en la muerte del fiscal, ya que Palmaghini pone el foco en que los dos custodios debieron derribar la puerta cuando Nisman no respondía a los llamados, a partir de las 15 de aquel 18 de enero. A esa hora, según todos los forenses, el fiscal llevaba varias horas sin vida e incluso su ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, afirma que murió el día anterior.
En la misma resolución, la magistrada reiteró la convocatoria a declarar como testigos al periodista Damián Patcher, que fue el primero que alertó sobre algo ocurrido en el departamento de Nisman y al ex agente de inteligencia Carlos Moro Rodríguez, que fue quien le presentó a Nisman al informático Diego Lagomarsino, la persona que le prestó al fiscal el arma del disparo que produjo la muerte. Por último, Palmaghini intimó a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), ex SIDE, a que desclasifique –si existiera– cualquier expediente sobre una vigilancia o seguimiento al fallecido fiscal. Las medidas de la magistrada casi coinciden con el primer aniversario de la muerte de Nisman, el próximo lunes. Es seguro que para esa ocasión Palmaghini quiere dejar en claro que está trabajando en la causa.
De acuerdo con lo declarado por los custodios en los primeros días, Nisman los convocó para el domingo 18 a las 11. El fiscal mantenía un trato rígido y distante con los encargados de darle protección. No permitía que subieran al departamento, no le gustaba que lo llamaran y, además, los usaba como cadetes para que llevaran correspondencia. El sábado 17 de enero, por ejemplo, dispuso que un custodio fuera con un sobre hasta la vivienda de un periodista.
Cuando Niz y Miño llegaron, el domingo a las 11, estacionaron en la planta baja a la espera de instrucciones de Nisman. El fiscal no se comunicó, por lo que los custodios lo llamaron a su celular-radio al mediodía. No hubo respuesta. Los policías no vieron nada anormal en esa situación: pensaron que Nisman había trabajado hasta tarde y se quedó durmiendo.
La inquietud recién se produjo, ante la falta de respuestas, a las 15. A esa hora los custodios decidieron subir al piso 13 y le tocaron el timbre por la puerta de servicio. El fiscal tampoco contestó a esa llamada.
Según declaró una secretaria de Nisman, Soledad Castro, que desde julio se viene contactando con Arroyo Salgado, ella conminó a los policías a que tiraran abajo la puerta. Los custodios se negaron y se decidió que fueran a buscar a la madre del fiscal, Sara Garfunkel, que tenía llaves del departamento.
Uno de los elementos de imputación de Palmaghini contra Miño y Niz es que debieron tirar abajo la puerta.
En la tarde del domingo, los custodios fueron a buscar a Sara Garfunkel hasta Saavedra y con ella y una amiga regresaron a Le Parc, en Puerto Madero. La llave no permitió abrir la puerta y Garfunkel dijo que en algún lado tenía anotada la clave para subir por el ascensor principal. Los custodios otra vez la llevaron a Saavedra y regresaron.
El segundo aspecto de la imputación de Palmaghini por incumplimiento de los deberes de funcionario público tiene que ver con el abandono de la custodia en Le Parc en dos oportunidades, o sea, las dos veces que fueron a buscar y llevar a la madre del fiscal.
Las idas y vueltas terminaron pasadas las 22, cuando se convocó a un cerrajero que logró abrir la puerta de servicio.
Por este accionar, el Ministerio de Seguridad sancionó a los dos policías poniéndolos en disponibilidad y abriéndoles un expediente: se los acusó de no informar a sus superiores en la Federal de lo que estaba ocurriendo en Le Parc.
A primera vista, Palmaghini señala un delito que no tiene que ver con la muerte del fiscal: los policías incumplieron con su deber, que era el de custodiar a Nisman. De acuerdo con el criterio de la jueza, debieron tirar abajo la puerta y no tendrían que haberse ido de Le Parc.
En la convocatoria a declarar se menciona un posible abandono de persona. Eso significa que, si hubieran tirado abajo la puerta, tal vez –sólo tal vez– podrían haber encontrado al fiscal moribundo y habrían estado en condiciones de asistirlo.
No surge del escrito de ayer ninguna acusación por haber dejado entrar a alguien o por haber encubierto una operación contra Nisman. Por ahora no hay ningún elemento que indique que alguien entró al departamento. Es seguro que Palmaghini buscará comprobar o descartar esa hipótesis en la revisión del caso que emprendió después de asumir la investigación, desplazando de la instrucción a la fiscal Viviana Fein.
La jueza está empeñada en llenar algunos casilleros de la investigación que están pendientes. En el texto de ayer se reitera el llamado a prestar declaración testimonial al periodista del Buenos Aires Herald Damián Patcher. En la noche del 18 de enero, antes de que se hiciera público el hallazgo del cuerpo del fiscal, Patcher escribió en Twitter “me acaban de informar de un incidente en el departamento de Nisman”. Era poco después de las 23. Un rato más tarde precisó: “el cuerpo de Nisman está en el baño, en un charco de sangre y no respira”. Patcher nunca reveló de dónde sacó la información. Se habló de un vínculo con el médico de Swiss Medical que revisó el cuerpo, pero posteriormente se desmintió. Palmaghini ahora insiste en que quiere su testimonio. Patcher se fue a Israel enseguida después de la muerte de Nisman.
El otro convocado es Moro Rodríguez. El ex agente conocía a Lagomarsino y se lo presentó a Nisman. La magistrada quiere chequear la historia. Moro Rodríguez vive en España.
Finalmente Palmaghini intimó a la AFI a que desclasifique los expedientes que tenga sobre una vigilancia o seguimiento a Nisman en sus últimos días. Es seguro que la jueza querrá saber si espiaban al fiscal y, en ese caso, quiénes fueron los que se ocupaban de esa tarea. Para desclasificar esa información se requiere una resolución del titular de la AFI, el amigo de Mauricio Macri y representante de jugadores de fútbol, Gustavo Arribas. Palmaghini le dio 48 horas.
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