El grupo de fiscales que sostiene que la muerte de Alberto Nisman se trató de un “magnicidio” se concentró ayer frente al palacio de tribunales para conmemorar la marcha “de los paraguas” que ellos mismos encabezaron el 18 de febrero pasado, cuando se cumplía un mes de que el ex fiscal de la causa AMIA fuera descubierto en su baño con un tiro en la cabeza. La reedición del 18F, un año después, estuvo bastante deslucida en cuanto a la cantidad de público y por la ausencia, esta vez, de prácticamente todos los dirigentes presentes el año pasado, antes en la oposición, hoy en el gobierno.

Al igual que hace 12 meses, el único orador fue el secretario general del gremio de Judiciales, Julio Piumato, que insistió con la hipótesis del crimen de Estado: “No tenemos vergüenza de pedir justicia porque ya pasaron trece meses, exigimos castigo para los responsables de este magnicidio”, dijo. Lo escuchaban, en primera fila, los fiscales convocantes: Raúl Plee, Ricardo Sáenz, Carlos Rívolo, José María Campagnoli, Guillermo Marijuán y Carlos Stornelli, entre otros. También estuvieron presentes la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman y querellante en la causa que investiga la muerte del fiscal, la madre, la hermana y las hijas de Nisman.

La familia del fiscal pidió precisamente ayer por segunda vez el apartamiento de la jueza Palmaghini, quien se hizo cargo de la investigación que antes había llevado adelante la fiscal Viviana Fein. Palmaghini, por ahora, se niega a pasar la causa al fuero federal, por considerar, igual que Fein, que no existen indicios de que a Nisman lo hayan asesinado, como afirma Arroyo Salgado.