Dom 21.02.2016

EL PAíS  › EL CONGRESO NACIONAL JUSTICIALISTA SE REUNIRA ESTE MIERCOLES

En busca de la unidad del PJ

En un clima de tensión, dirigentes del kirchnerismo, los gobernadores y el sector más dialoguista con el Gobierno negocian para lograr una lista de consenso y evitar un enfrentamiento en las urnas. Más de 900 congresales se reunirán esta semana en Obras Sanitarias.

› Por Nicolás Lantos

La última reunión del Consejo Nacional del PJ, el 3 de febrero, encabezada por el gobernador Gildo Insfrán.
Imagen: Bernardino Avila.

Más de 900 delegados de las 23 provincias más la Ciudad de Buenos Aires se darán cita este miércoles para decidir el futuro del peronismo. El Congreso Nacional Justicialista, que sesiona por primera vez desde 2014, tendrá en esta ocasión la tarea de allanar el camino para la elección de nuevas autoridades partidarias, con la amenaza de una intervención pendiendo sobre el PJ. Será la ocasión para que comiencen a medir sus fuerzas los diferentes sectores que conforman el espacio y que, desde la derrota electoral a fines del año pasado, tensionan al peronismo en una puja de poder inédita desde hace al menos una década.

Mientras se suceden las negociaciones a múltiples bandas para alcanzar un acuerdo de unidad que contenga a todos y resuelva la sucesión sin tener que pasar por una costosa y desgastante elección interna, algunos dirigentes ya se preparan para la compulsa, por si el diálogo no llega a buen puerto. Gobernadores, intendentes, senadores, diputados y ex funcionarios, sindicatos, organizaciones sociales y políticas, conservadores y heterodoxos, kirchneristas y antikirchneristas, todos estarán representados en el club Obras Sanitarias, donde se celebrará el mitin.

“O terminamos todos abrazados o terminamos a los sillazos”, anticipa un congresal con varias de estas citas en sus espaldas, en diálogo con Página/12. La advertencia resuena en todos los quinchos que se preparan para el Congreso: el riesgo de no acordar una salida consensuada es muy grande. Por un lado, nunca en la historia del peronismo se realizó una elección interna como la que debería tener lugar el 8 de mayo. Y la jueza en lo electoral María Servini de Cubría ya advirtió que si no se regulariza la situación del PJ antes de esa fecha, decretará la intervención del partido, con consecuencias impredecibles para el peronismo.

Por eso la hipótesis de una lista de unidad cobra fuerza a medida que se acerca el miércoles. El candidato de consenso en ese caso sería el ex gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Ahora en la cámara de Diputados, es un dirigente de buen diálogo con todos los sectores del peronismo y tiene la “ventaja” de no tener aspiraciones electorales en el 2019. Si prospera este esquema, que replica el que se utilizó hace dos años, cuando el jujeño Eduardo Fellner quedó como presidente del PJ, habría una buena cantidad de vicepresidencias para repartir entre todos los sectores de forma tal de dejar a todos contentos.

Otra alternativa que se barajó en las últimos días, en caso de que la candidatura de Gioja no logre el consenso necesario (algunos sectores kirchneristas le desconfían su cercanía con el bloque de diputados díscolos que rompieron con el Frente para la Victoria en la Cámara baja) es ensayar una conducción colegiada en forma de triunvirato. “Es un último recurso si no logramos encolumnar a todos los sectores detrás de un solo candidato”, explica un ex gobernador que funciona en estos días como correo entre las distintas facciones.

De prosperar ese experimento, hasta hoy inédito, los tres lugares se repartirían entre los tres grandes sectores que conforman hoy en día el peronismo: de un lado los díscolos, críticos del kirchnerismo y que proponen una postura más dialoguista con el gobierno nacional, cuya cabeza visible es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; del otro el espacio más cercano a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, conformado por La Cámpora y sus aledaños; en el medio, un amplio universo de dirigentes que coincide con la línea política del kirchnerismo pero exige un reparto de poder más horizontal hacia el interior del movimiento.

La lista de posibles triúnviros es larguísima, e incluye, entre otros, a Gioja; a Urtubey; al intendente de Resistencia, Jorge Capitanich; al ex candidato presidencial Daniel Scioli; al titular de la CGT Alsina, Antonio Caló y al diputado Eduardo De Pedro. También podría haber lugar para el cupo femenino, que recaería en la gobernadora fueguina Rosana Bertone o en la ex senadora por Tucumán, Beatriz Rojkés de Alperovich.

De todas formas, difícilmente este miércoles termine de decantar la cuestión: por tiempos políticos pero también para evitar posibles impugnaciones ante la Justicia (la presentación que hizo esta semana el ex presidente interino Eduardo Duhalde encendió una luz amarilla) la interna seguirá cada una de las instancias previstas por la Carta Orgánica. En caso de haber un acuerdo de unidad, se plasmará recién el 8 de mayo con la presentación de una sola lista en la elección y no antes. Hay tiempo, entonces para que las negociaciones avancen y lleguen a buen puerto.

En caso de que eso no suceda, se abre otro juego. Urtubey fue el primero en anotarse para competir en la interna, si finalmente se llega a una compulsa. El salteño cuenta con el apoyo de las provincias del NOA, de algunos sectores del sindicalismo y está en negociaciones con las provincias gobernadas por el peronismo disidente, Córdoba, San Luis y Chubut. También cree que podría atraer a algunos de los peronistas que coquetearon con el massismo y regresaron al PJ.

Si Urtubey se lanza, el chaqueño Capitanich está listo para presentar su propia candidatura. Como el salteño, puede mostrar el pedigrí de haber ganado sólidamente en su provincia el año pasado, algo que no muchos peronistas lograron en los comicios del año pasado. Por su perfil, apuesta a atraer el respaldo del kirchnerismo más duro, que no cuenta con un candidato propio, pero también de otros sectores del peronismo, incluyendo a algunos gobernadores y una buena cantidad de intendentes.

La incógnita que queda suelta en esa ecuación es Scioli. El ex gobernador bonaerense cuenta con el 48 por ciento de los votos que consiguió en el ballottage como carta de presentación y podría conglomerar apoyos de todo el espectro político peronista. Aunque todavía no se decidió a jugar (su mente apunta directamente a 2017, cuando buscará una banca en el Senado por la provincia de Buenos Aires) el PJ bonaerense ya promueve abiertamente su candidatura. Faltaría un último empujón que lo convenciera de competir: el apoyo explícito de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

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