EL PAíS › UN ARGENTINO DE CADA TRES LE TEME A LA DESOCUPACION, EL TRIPLE QUE HACE SEIS MESES
Una encuesta muestra las consecuencias del plan económico que puso a esa agenda al tope de las preocupaciones, muy por encima de la inseguridad. La imagen de Macri sigue cayendo y una mayoría ya se declara opositora.
› Por Raúl Kollmann
“Es la economía, estúpido.” Si la máxima instalada en la época de la campaña presidencial de Bill Clinton tiene vigencia, Mauricio Macri debería estar muy preocupado. Todos los índices de opinión pública vinculados a su gobierno y la economía redondean números muy negativos. La preocupación por la economía y la inflación ya abarca al 63 por ciento de la población y, lo que es más grave, el temor por la desocupación subió en seis meses de un nueve a un 28 por ciento. Esto significa que uno de cada tres argentinos ya está preocupado por su trabajo. Nada menos que el 85 por ciento está insatisfecho al evaluar al gobierno en materia de inflación y siete de cada diez cuestionan las políticas del gobierno para bajar la pobreza. Todos estos datos pegan en la imagen de Macri, pero sobre todo en las adhesiones y rechazos de la administración de Cambiemos. En febrero había un 45 por ciento que se consideraba oficialista y un 35 se ubicaba como opositor. Ahora los números se dieron vuelta completamente: 48 por ciento se manifiesta opositor y sólo el 35 dice ser oficialista.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta nacional realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que lidera el licenciado Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1200 personas en todo el país, a través entrevistas telefónicas y respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.
“La primera clave de este estudio –señala Bacman– hay que buscarla en el humor social, que obviamente no es nada bueno, que cambió de forma notable en los últimos meses y que muy poco tiene que ver con las percepciones de los doce años de kirchnerismo. Desde finales del año pasado la inflación y la marcha de la economía ocuparon el centro de la escena y se convirtieron en la principal preocupación, incluso desplazando a la inseguridad. Este mes la percepción acerca del desmedido aumento de los precios y las tarifas de los servicios públicos y transporte aumentó nuevamente, casi duplicando a la preocupación por la inseguridad. Esto muestra el impacto, lo fuerte que se sitúa la cuestión económica en los hogares”.
Para Bacman “la otra clave que define al humor social de esta época es la preocupación por la desocupación. Este es un indicador perceptual que crece de manera asociada a la ola de despidos de estos últimos meses, en el ámbito público como en el privado. Desde lo estrictamente estadístico no es un dato menor que al día de hoy casi 3 de cada 10 argentinos estén manifiestamente preocupados por la posible pérdida de trabajo”.
Mirando los datos del CEOP queda claro que la cuestión de la desocupación se triplicó del nueve por ciento en diciembre al 28. Era una preocupación que había desaparecido durante la mayor parte de la gestión kirchnerista y vuelve a resurgir ahora. Y no se trata de cualquier preocupación, sino la que trata sobre el trabajo, el ingreso, y por lo tanto es esencial, prioritaria, en la Argentina y en el mundo.
La economía no solo ocupa el centro de la escena, sino que se convierte en la principal asignatura pendiente del gobierno de Cambiemos: el 84,5 por ciento están insatisfechos con las medidas implementadas por el gobierno para controlar la inflación. Más de la mitad son aún más severos y se vuelcan por la categoría “muy insatisfechos”. Obviamente, no queda duda alguna que estos valores por sí solos dan cuenta del duro desafío que se le presenta a la actual gestión. Otra cuestión que no se debe pasar por alto está directamente relacionada con las promesas de campaña. Nadie puede olvidarse, ni oficialistas ni opositores, que Macri anunció a lo largo de su campaña una pobreza cero. Los resultados de esta encuesta lo ubican muy lejos de respetar la palabra empeñada: alrededor de siete de cada diez argentinos se muestran insatisfechos con lo realizado para lograr la disminución de la pobreza.
“Todos estos elementos –redondea Bacman– terminan pegando en dos indicadores fundamentales a fin de evaluar lo actuado por el gobierno nacional: imagen de Macri y aprobación de su gestión. Si se observa el evolutivo de la imagen del presidente es posible concluir que la tendencia es a la baja. Hacia el 10 de diciembre su imagen se ubicaba en torno al 58 por ciento con un saldo neto positivo (diferencia entre imagen positiva y negativa) de 21,3 puntos. Hoy ronda el 50 por ciento, con un dato aún más duro: a los cuatro meses de gestión creció en forma concomitante su imagen negativa, de 36 a alrededor del 47 por ciento. Esto remata en un saldo neto positivo de apenas 2,9 puntos, ocho veces menos que hace tres meses.
La aprobación de gestión del gobierno de Macri desde febrero divide a la sociedad prácticamente en partes iguales. En esta última encuesta la aprobación es del 48,4 por ciento y la desaprobación del 50.6 por ciento. Un balance de 2,2 puntos negativos, que lo ubica bastante lejos de las expectativas que despertaba en la gente hacia fines de 2015, cuando tenía 58,8 por ciento de aprobación con un balance positivo de más de 20 puntos.
Por último, para Bacman “la diferencia entre el deseo y la realidad es cada día más estrecha. A los argentinos hoy les pesa más la realidad, y es más que evidente que cargar las culpas a la gestión anterior ya no es suficiente explicación”. Pese a ello, la administración Macri sigue teniendo a la pesada herencia como su principal argumento.
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