Los mecánicos del Smata dieron ayer una muestra del camino que pueden llegar a tomar si no cambia la situación del sector automotriz: en protesta por la posible pérdida de 200 puestos de trabajo en Honda se movilizaron y bloquearon el tránsito frente a la sede de la Secretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo, que finalmente dictó la conciliación obligatoria para tratar de acercar posiciones entre el gremio y la empresa. Ese es uno de varios que afectan a la industria automotriz y que serán eje central de un plenario que los mecánicos harán este sábado. “Por ahí llega el momento de salir con la gente a la calle”, advirtió ayer en diálogo con Página/12 el titular del gremio, Ricardo Pignanelli, y dijo que “si fuera por las empresas, quieren la libertad de mercado y bajar los aranceles de importación más de lo que ya bajaron. La industria tuvo en los últimos doce años sus mejores años y ahora no tiene paciencia y empieza a achicar gastos”.

La conciliación obligatoria dictada por la cartera laboral permitirá la vuelta a la actividad de la planta de Honda en Florencio Varela y la apertura de una instancia de diálogo sin la amenaza de que quienes allí trabajan pierdan sus empleos. La planta estaba tomada y paralizada desde hace una semana ante la decisión de la empresa japonesa de cerrarla para concentrar todas sus actividades en su fábrica de Campana.

Honda afirma que va a sostener el nivel de empleo porque hará en Campana –donde tiene unos 600 empleados– las incorporaciones necesarias para cubrir los puestos de aquellos que no quieran trasladarse desde su planta en el sur del conurbano. “¿Y qué hago con los 200 compañeros de Varela?”, es la pregunta que se hace Pignanelli.

El Smata apuesta, primero, al traslado de la totalidad de los trabajadores de Florencio Varela a Campana y, en una segunda etapa, a su radicación en esa ciudad. “Para el que se quiera ir, vamos a pedir doble indemnización”, explicó Pignanelli, que ayer encabezó una asamblea en el gremio con los trabajadores que manifestaron en el Ministerio de Trabajo y enfatizó que la movilización “es la fuerza que tenemos nosotros”.

Al conflicto en Honda se suma el licenciamiento de trabajadores en Volskwagen. En Ford peligran unas 300 fuentes de empleo y Fiat, en su planta de Córdoba, no trabaja dos días a la semana. Las autopartistas también están complicadas. El cálculo del gremio es que en los últimos tiempos se perdieron alrededor de 2000 puestos de trabajo.

En el plenario de este sábado, el Smata fijará su posición en un documento en que el remarcará la necesidad de avanzar con la ley de autopartes que prometió impulsar el Gobierno y no descarta la implementación de alguna medida. “Los tiempos políticos terminaron, yo tengo que cuidar los puestos de trabajo”, le dijo también Pignanelli a este diario.