En una nueva señal de su política exterior, Mauricio Macri recibió al líder opositor venezolano Henrique Capriles, con el que conversó sobre el proceso para revocarle el mandato al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Macri ya había denunciado internacionalmente al gobierno venezolano, con lo que se ganó un elogio de Washington. El gobierno macrista también se distanció de cualquiér actitud de condena al impeachment por el que fue suspendida la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. De hecho, Macri se ocupó de recibir personalmente al canciller del gobierno que la reemplazó, en una señal hacia la región.

La decisión de recibir a Capriles no es sorpresiva, si se tiene en cuenta que buena parte del PRO viajó a Venezuela para respaldar al dirigente opositor cuando pensaron que podía ganarle las elecciones presidenciales a Hugo Chávez. El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, llegó a darlo por vencedor al inicio del escrutinio con un recordado tweet: “Uy uy uy gana Capriles”.

Macri dio otra señal en ese mismo sentido cuando denunció que en Venezuela se violan los derechos humanos y pidió “la pronta liberación de los presos políticos”. La frase le mereció un cruce con la canciller venezolana Delcy Rodríguez en la cumbre del Mercosur en Paraguay. Desde su llegada al Gobierno, Macri siguió la línea marcada por Estados Unidos y llegó a prometer que iba a pedir que se le aplicara la cláusula democrática del Mercosur a Venezuela. Una victoria opositora en ese país hizo que el gobierno de Macri cambiara de idea. Y en una reciente convocatoria de la OEA sucedió que Argentina presentó una propuesta moderada de invitación al diálogo que fue aceptada por todos los países, incluyendo al gobierno de Maduro, para fastidio del sector más duro de la oposición venezolana.

Ayer el presidente recibió a Capriles en Casa Rosada. Durante media hora, Capriles y Macri conversaron sobre la posibilidad de que se le revoque el mandato a Maduro. También sobre la situación en Venezuela y la región. En el encuentro también estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo. Luego Capriles salió raudo hacia el aeropuerto para tomar un avión. Su siguiente destino: Brasil, a reunirse con el presidente interino Michel Temer.

“Queremos comunicar directamente lo que estamos viviendo en nuestra Venezuela, con la peor crisis de nuestra historia, con falta de comida, medicamentos y todo tipo de insumos”, aseguró Capriles en un breve diálogo con la prensa en la explanada de la Casa Rosada, mientras un grupo de militantes le gritaban “golpista”. Capriles reaccionó ante esto con ironía: “Voy a invitarlos a Venezuela”.

“Nosotros queremos que en Venezuela haya una solución constitucional y le pedimos a Argentina, como al resto de nuestros hermanos latinoamericanos, que se planten firmes en las instancias internacionales para que se respete la constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, remarcó Capriles. “Venimos a pedirle a la región que se plante en respeto a Venezuela. Venimos aquí a pedirle a Mercosur y a Unasur que le exijan a Maduro que respete la Constitución, porque la solución a la crisis social que estamos viviendo en Venezuela, pasa necesariamente por una solución electoral, por la consulta al pueblo. El gobierno de Maduro ha puesto miles de trabas al revocatorio y eso lo tiene que saber nuestra América”, destacó. El gobernador de Miranda señaló que “la oposición venezolana está unida y buscando una solución. No hay ningún motivo, ni técnico ni legal, para que el proceso de revocatoria pase para el año que viene”.

La fecha en que se haga el referendo revocatorio de mandato no es un tema menor. Si el referendo se realiza antes del 10 de enero, cuando se cumple la mitad del mandato de Maduro, la Constitución prevé que se convoque a elecciones presidenciales dentro de los 30 días. Si es posterior a esa fecha, asume el vicepresidente ejecutivo, que es designado por el presidente. Por eso, Capriles y el resto de los opositores buscan acelerar el referendum revocatorio.