Mar 14.06.2016

EL PAíS  › PROMULGARON LA LEY PARA REINTEGRAR EL 15 POR CIENTO DEL IVA

Un paliativo a través de la tarjeta

La medida es para jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. Tendrá un impacto reducido ya que ambos sectores realizan menos del 8 por ciento de sus gastos con tarjeta.

El Gobierno promulgó ayer la ley para reintegrar el 15 por ciento del IVA para jubilados y sectores postergados de la población. La medida contempla devolver hasta 300 pesos por mes para los adultos mayores de 65 años que perciben la jubilación mínima sobre los consumos con tarjeta de débito, al tiempo que la suma será de 200 pesos para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. La iniciativa tendrá un impacto reducido para estos segmentos de escasos recursos, debido a que realizan menos del 8 por ciento de sus gastos con tarjetas de debito. Las autoridades, sin embargo, apuestan a que los negocios de proximidad incorporarán el posnet y los consumidores ganarán práctica con el uso del débito. La reglamentación se publicó en el Boletín Oficial con firma del presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.

En el Gobierno detallaron cómo se realizará operativamente la devolución en los próximos meses. En julio, no importa el monto que se consuma con la tarjeta, se devolverán los 300 pesos a quienes hayan realizado al menos dos operaciones. Por ejemplo, si un jubilado hace una compra de 10 pesos recibirá 150 en la cuenta y si realiza otra compra de 10 pesos tendrá los otros 150 pesos. En agosto, este beneficio seguirá estando pero para cuatro compras, es decir que se le devolverán de a 75 pesos en cada una y, finalmente, en septiembre la cantidad de compras requeridas se ubicará en 6, con una devolución de 50 pesos en cada una. A partir de ese momento, el sistema seguirá tal cual surge de la ley y para obtener una devolución de 300 pesos será necesario realizar gastos por 2000 pesos.

La ley de devolución de parte del IVA para grupos vulnerables de la población se votó por unanimidad la semana pasada en el Senado. Los funcionarios, pese a la suba notable de los precios, la caída del poder adquisitivo y la fuerte incertidumbre en el mercado laboral, aseguraron que el Gobierno tiene la prioridad puesta en defender a los grupos más humildes. “Es una de las tantas medidas que el Gobierno puso en práctica para acompañar a los más vulnerables y expandir los derechos sociales. Pese a que tenemos una situación de déficit fiscal delicada, estamos preocupados por la contención social de los sectores más postergados”, mencionó Prat-Gay. El ministro precisó que el costo fiscal ascenderá a 25 mil millones de pesos. Parte de este esfuerzo fiscal recaerá en las provincias porque el IVA se coparticipa.

La medida pretende alcanzar a 8,6 millones de individuos, de los cuales 4 millones son titulares de la Asignación Universal por Hijo, 3 millones jubilados y pensionadas con la mínima, 1,5 millón beneficiarios de pensiones no contributivas y el resto mujeres con asignación por embarazo. En la reglamentación se precisó además que “se invita a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires a suscribir acuerdos con la autoridad de aplicación para garantizar el alcance de esta ley a quienes cobren prestaciones similares a las enunciadas en cada jurisdicción.” Pero el beneficio potencial de la devolución de hasta 300 pesos mensuales, cuando se realizan gastos de 2000 pesos con la tarjeta de débito, no llegará en forma plena a estos sectores que no tienen incorporada en su rutina de gastos el uso de la tarjeta. De cada 100 pesos consumidos por estos grupos, 92 se realiza en efectivo.

Los individuos contemplados en la Ley tienen cuenta bancaria, donde reciben por ejemplo los haberes y la AUH, pero prácticamente la totalidad de ese dinero se extrae y se destina para hacer compras de productos de primera necesidad (alimentos). Los segmentos de menores recursos cuentan con pautas de demanda distintas a las de los sectores medios y altos, que al tener mayor ingreso disponible concurren a grandes supermercados en donde se realizan compras grandes para consumir a lo largo de la quincena o incluso el mes. Los grupos de bajos ingresos, por la restricción presupuestaria, realizan compras chicas con las que se resuelve el día a día y se hace en almacenes de barrio que no suelen contar con el posnet.

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