EL PAíS › LAS DECLARACIONES JUDICIALES DE MARTíN, LEANDRO Y MELINA BáEZ POR LAS CUENTAS RADICADAS EN SUIZA
Los hijos de Lázaro Báez presentaron un escrito en el que dijeron no saber las decisiones que tomaba su padre y que el informe de inteligencia suizo carece de validez jurídica. También cuestionaron al juez Sebastián Casanello.
› Por Raúl Kollmann
Tres de los cuatro hijos de Lázaro Báez estuvieron ayer ante el juez Sebastián Casanello y presentaron sendos escritos relacionados con el dinero de varias cuentas radicadas en Suiza. Martín, Leandro y Melina Báez argumentaron tres cosas. En primer lugar, le dijeron al juez que no tiene pruebas contra ellos porque el informe de inteligencia de Suiza, en el que se consignan los 25 millones de dólares depositados en ese país, no tiene validez jurídica. En segundo lugar, los hijos de Báez sostuvieron que su padre es el que tomó todas las decisiones y que, por lo tanto, no saben nada de nada. Por último, alegaron que el llamado a indagatoria se produjo esencialmente por la presión mediática. El padre, Lázaro, declara hoy y su cuarta hija, Luciana, mañana.
En una semana concurrida en Comodoro Py, los tres hijos de Báez se presentaron a la indagatoria con sendos escritos y no aceptaron responder preguntas. Dos de ellos –Leandro y Melina– fueron acompañados por Santiago Viola y Claudia Balbín, dos abogados con ligazones con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Martín, el hijo que viajó más, estuvo en Panamá y Suiza, y aparece con mayores vinculaciones con la operatoria, concurrió con Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari, los mismos abogados de Lázaro.
La base de la defensa fue desconocer el informe de inteligencia que, supuestamente, recibió la Unidad de Información Financiera (UIF). En una maniobra insólita, la UIF pidió la semana pasada la detención de los hijos de Báez en base a ese documento y luego, esta semana, la propia UIF reconoció que ese informe de inteligencia no puede utilizarse jurídicamente. Los hijos de Báez sostuvieron entonces que Casanello y el fiscal Guillermo Marijuán se quedaron sin nada para acusarlos.
Cerca del magistrado argumentaron que la UIF les hizo llegar un informe propio en el que dijo que tiene información del dinero de los Báez en Suiza. En ese informe no acompañó el documento helvético justamente porque no podía ser usado.
“Es como si alguien presenta un informe policial –dijeron en Comodoro Py–. No es una prueba definitiva, contundente, pero el juez puede considerar que el informe de la UIF es una evidencia”. Lo cierto es que Casanello y Marijuán se quedaron con poco para la imputación.
En una nota publicada en Suiza, el periodista Juan Gasparini consignó que el dinero de los Báez estuvo en diez cuentas distintas en los bancos Safra y Lombard Odier. Hubo denuncias por los 22 millones de dólares que aparecían en esas cuentas, pero la justicia le devolvió el dinero a Báez en diciembre de 2014. O sea que más allá del ruido mediático, la realidad es que el constructor ya recuperó la plata.
El otro punto de la causa contra los hijos de Báez está centrado en que no se puede acusar a los cuatro en masa. Tanto el fiscal Marijuán como el juez Casanello ya explicaron que tienen que analizar qué papel jugó cada uno en los movimientos de dinero. Es más, hasta ahora no está claro cuál de los hijos de Báez figura sólo como beneficiario de las cuentas, es decir como heredero, pero no firmó ni participó nunca de transacciones. Ese fue el argumento, por ejemplo, de Melina: “No tengo cuentas en el exterior, nunca operé, no tengo nada que ver.”
Leandro Báez esbozó una postura parecida: se desvinculó totalmente de movimientos de dinero o transacciones. Se quejó de que lo siguen, lo hostigan y afirmó que ni siquiera Marijuán pidió su indagatoria. Por último, Martín Báez, el que más viajó, insistió en que no hay ninguna prueba en su contra porque el documento suizo no tiene validez jurídica y, además, sostuvo que todo lo manejó su padre y que él ni se enteraba.
El capítulo de las cuentas suizas continuará hoy con la presencia de Báez que, seguramente, también va a entregar un escrito y no responderá preguntas. La base de su defensa es que no hay pruebas y que el documento de la UIF no tiene validez. Desde hace rato que se viene especulando con que va a declarar como arrepentido, pero por ahora eso no pasó.
Tanto Marijuán como Casanello se molestaron muchísimo a raíz de la filtración, la semana pasada, del informe suizo. El tema terminó en papelón porque la UIF tuvo que aclarar que ese informe no tiene validez jurídica, posiblemente por presión de los helvéticos, siempre reacios a romper el secreto fiscal.
La expectativa de Marijuán y Casanello es que, con paciencia, Suiza enviará la documentación sobre las cuentas que –según parece– Báez tuvo pero ya no tiene. Mientras tanto, igual la Cámara Federal les ordenó que vinculen el expediente Báez con otros que se investigan en la justicia federal, aunque todo conduce a la famosa auditoría para probar si hubo sobreprecios en la obra pública.
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