Mar 09.08.2016

EL PAíS  › EN JULIO HUBO 15.137 TRABAJADORES QUE FUERON CESANTEADOS O SEPARADOS TEMPORALMENTE DE SUS EMPLEOS

Una espiral de despidos y suspensiones

Un informe del CEPA muestra que la crisis del mercado laboral se retroalimenta. Las cesantías de trabajadores estatales, de la construcción y luego de la industria generaron una caída del consumo y más despidos en el área de servicios.

› Por Laura Vales

“Suspendido hasta nuevo aviso” es el título que el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) le puso a su último informe sobre el mercado laboral. El análisis remarca con ese giro el dato más saliente del comienzo del segundo semestre: el elevado número de suspensiones en el sector industrial. Como dato en sí mismo, las 7 mil suspensiones de julio son una foto amarga; pero leído con la perspectiva de lo que pasó en estos siete meses se convierte en una película de Bela Lugosi: muestra que el mundo del trabajo entró en una suerte de movimiento en espiral descendente.

A los despidos de diciembre y enero (estatales y trabajadores de la construcción) siguió una ola cesantías y suspensiones en el sector industrial –por la retracción en la producción–, que a su vez provocó despidos en el área de servicios –por la caída en el consumo–. A estas pérdidas que se sucedieron en un efecto dominó siguen ahora nuevas suspensiones en la industria: la secuencia se está repitiendo por segunda vez. Se está entrando en la segunda vuelta de la espiral descendente.

Para los autores del análisis, los datos sobre la situación de mercado laboral en julio no se agotan de esta manera en los despidos del mes, sino que “permiten vislumbrar una nueva afectación en los niveles de producción y un anticipo a nuevos despidos en el corto y mediano plazo”.

El equipo que encabeza Hernán Letcher –especialista en economía política y concejal de San Martín del FpV– viene relevando los despidos en marzo, abril, mayo, junio y julio, en los que hubo sucesivos incrementos en la destrucción del empleo.

En el último mes se agregaron 15.137 nuevos despidos y suspensiones. De ellos se puede decir que:

  • Se produjeron básicamente en el sector privado. Del total de 15.137 nuevos despidos y suspensiones, 14.149 ocurrieron en empresas. El ámbito privado motorizó más del 93 por ciento de las cesantías.

  • En su mayoría afectaron a la industria (que mandó 11.391 telegramas, 4324 de ellos fueron despidos y 7067 suspensiones).

  • Traducido en porcentajes, las personas que quedaron desocupadas o en riesgo de quedar sin empleo aumentaron en julio, en el sector industrial, un 24,62 por ciento. En junio ya venía subiendo, pero había tenido más intensidad relativa la pérdida de empleo en el área de servicios.

  • Este último mes, en cambio, en los servicios se mantuvo un número similar de despedidos y suspendidos. Esto parece responder al movimiento descripto: un achicamiento del número de trabajadores industriales precede a otro en el sector de los servicios, por el efecto de la baja en el consumo.

  • Este proceso de destrucción de puestos de trabajo es continuo y se va acelerando.

Calesita

“El dato más significativo de julio es que de los 15.100 despidos y suspensiones, 7 mil son suspendidos”, explica Letcher. “Eso refleja que está habiendo una retracción en términos de producción. Lo que se ve es una secuencia: tras el puntapié inicial de los despidos en el Estado y en la construcción por el parate de la obra pública, se suspendió y se despidió primero en el sector productivo, y eso afectó al de servicios. Al inicio del segundo semestre este proceso arrancó de nuevo. Hubo una cantidad de suspendidos tremenda, mientras se mantienen los despedidos de los servicios igual que el mes pasado –lo que es un dato, porque eso implica la continuación de la caída del consumo–. Los suspendidos de hoy muestran el preludio de futuros despidos y reflejan una nueva caída de la producción, con lo que, por fuera de las posibilidades que puedan dar impulso a la construcción, como la obra pública, lo que vemos es que se vienen más pérdidas de puestos de trabajo.”

Vale aclarar que el informe no considera a los trabajadores informales o en negro –por no estar, justamente, registrados–, que viven de changas, de limpiar las casas o cuidar los niños de los trabajadores formales, de la venta ambulante o de reciclar la basura. En este sentido, organizaciones sociales y especialistas estiman que por cada puesto de empleo formal perdido, se afectan de 3 a 4 de empleo informal.

194 mil

Considerando los números totales, desde diciembre de 2015 se acumularon 194 mil despedidos y suspendidos. De ellos, 127 mil son pérdidas de empleo en el sector privado, y 67 mil son despidos en la administración pública.

En el primer gráfico (“Privados de empleo”) puede verse el peso del sector empresario en los despidos. Ya en marzo las cesantías en el ámbito privado superaban ampliamente a los contabilizados en el sector público, y en los meses siguientes, las pérdidas de puestos de trabajo en el orden privado fueron de 56,84 por ciento a 61,22 por ciento en abril, a 61,83 por ciento en mayo, a 62,96 por ciento en junio y a 65,34 en julio, mientras que los del sector público (en el nivel nacional, provincial y municipal) redujeron su participación de 43,16 por ciento en marzo a 38,78 por ciento en abril, 38,17 por en mayo, 37,04 en junio y, finalmente, a 34,66 por ciento en el mes de julio.

A su vez, los 194 mil despidos y suspensiones acumulados en el primer semestre, se reparten en 169.933 despidos y 24.489 suspensiones.

Por actividad

¿A quiénes golpeó en julio el combo de recesión, inflación, baja del poder adquisitivo de los salarios y apertura de importaciones del macrismo? Hubo seis actividades muy perjudicadas: la textil, automotriz, petrolera, frigorífica, de electrónica y electrodomésticos y el comercio.

En esos rubros volvieron a aparecer marcas de primera línea y grandes empresas, a las que el presidente Mauricio Macri recurrió para que firmaran un acuerdo para mantener los puestos de trabajo por 6 meses, con lo que justificó el veto a la ley antidespidos. Integran el listado Alpargatas, Edesur, Renault, Iveco, BGH, ATMA, Siam, Ferrum y Cerámica San Lorenzo, entre otras). “Las empresas que han protagonizado la mayor cantidad de despidos tienen más de 5 mil trabajadores”, resume el CEPA.

Otro aspecto que completa el cuadro de situación es que “se ha intensificado la persecución en el lugar de trabajo. El caso que citan como ejemplo es el de los call center de Tucumán: “Los delegados de Attac denuncian que la empresa Personal obliga a que los trabajadores concreten, al menos, una venta. Caso contrario, son sancionados con apercibimientos, suspensiones y desvinculación de la empresa con causa”.

Los sindicatos

De la serie de análisis que viene elaborando el CEPA, éste es el primero en el que incluyen una lectura sobre el rol de los dirigentes sindicales.

“Algunos casos de connivencia con un fuerte llamado de atención al conjunto de las conducciones gremiales, como es el silencio del sector gastronómico”, que conduce Luis Barrionuevo, “y de comercio”, que encabeza Armando Cavalieri. El centro de estudios apunta que “a pesar de haber sido los sectores de servicios más afectados, no sólo han mostrado muy poca reacción, sino que incluso han relativizado el peso de los despidos”, con declaraciones a los medios en las que aseguraron que “no ha habido despidos masivos” o que se produjeron “por cuentagotas”.

El informe advierte que en la CGT, que va en camino a reunificarse, “habrá una conducción tripartita basada en el sector servicios –con Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento, moyanista–, Carlos Acuña –del Sindicato de Garage y hombre de Barrionuevo– y Héctor Daer –de Sanidad–. Ello sin duda debilita la representación de los sectores industriales y configura un escenario de representación semejante al de la década de los 90”.

En cambio, los gremios “que han manifestado mayor conflictividad ante los despidos ocupan lugares distanciados de la conducción, como es el caso de Sergio Palazzo, de Bancarios, seccionales de la UOM como Campana, y los Gráficos que lidera Héctor Amichetti”. En este contexto, el CEPA expresa su preocupación por el hecho de que dirigentes de Gastronómicos, Comercio o la Uatre ocupen lugares en la próxima conducción de la central obrera.

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