EL PAíS › EL MAGISTRADO SE PRESENTó EN LA SEDE DE MADRES PARA TOMARLE DECLARACIóN A HEBE DE BONAFINI
El juez Martínez de Giorgi dejó constancia de que la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo hizo uso de su derecho de no declarar. Bonafini le reprochó el operativo para detenerla y él dijo que no ordenó ese despliegue.
› Por Nora Veiras
A las 10.03, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi acompañado por la fiscal Paloma Ochoa y un par de secretarios entró a la cocina de la casa de las Madres de Plaza de Mayo. Hebe de Bonafini lo esperaba con el grupo de madres sentadas a la larga mesa donde compartían mates y facturas. Todas sin sus pañuelos blancos. El magistrado le dio un beso a cada una y cumplió con el ritual de la declaración indagatoria por la causa Sueños Compartidos, abierta por defraduación en el manejo de fondos públicos para la construcción de viviendas. Bonafini como había anticipado y quedó constancia en el acta: “manifiesta que hará uso de su derecho de negarse a declarar”. Veinte minutos después, la comitiva salió. “Se cumplió la medida con absoluta normalidad en la sede de la Fundación. Me pareció muy saludable la situación. La vi muy serena (a Hebe)”, le dijo a Página/12 el juez. Había dejado en manos de uno de sus secretarios la botellita de grapa con ruda macho que le regalaron las madres.
–Nosotras tomamos un traguito de esto todas las mañanas para estar bien. A usted se lo ve muy serio –le dijo Hebe.
–Ya tomé –intentó zafar el magistrado.
–Se ve que no le hizo efecto. Llévelo –insistió ella.
Ni policías pertrechados para la represión ni miles de militantes abrazando a las madres como el jueves pasado cuando estaban saliendo para la Plaza de Mayo y llegó la orden de detención contra Hebe de Bonafini y se generó un hecho político inesperado.
Apenas cruzó la puerta de la cocina y antes de que desandara el camino por el pasillo del bar El Revolucionario de cuyo techo penden los pañuelos de las Madres, este diario habló con el juez.
–¿No le parece que se podría haber evitado lo que pasó?
–En este caso no dependía sólo de mí. La fecha del jueves estaba fijada con anterioridad. Yo necesito una presentación en la causa. No puedo constituirme de oficio.
–Pero el despliegue de camiones hidrantes, policías con escudos, cascos, patrulleros...
–La orden que di fue de allanamiento con personal femenino para detener a la señora de Bonafini y que se filmara todo el procedimiento.
–No es lo que sucedió.
–Ahora tengo que analizar las actuaciones. Yo se lo pedí a Delitos Federales de la Policía Federal. Cuando advertí que podía ponerse en riesgo a las personas que no estaban involucradas dije que se dejara sin efecto el allanamiento con fines de detención.
–Justo el jueves antes de la marcha dictó la orden.
–Estaba previsto. A la luz de lo que pasó podría revisarlo. La decisión se dio como se dio. No hubo precisión sobre eso.
–Usted se transformó en el primer juez que dicta una orden de detención contra una madre de Plaza de Mayo.
–No deja de ser doloroso. Yo hice lo que tenía que hacer. Tengo que trabajar en términos del proceso. Si no se presentó, declarar la rebeldía y eso es independiente de lo que pueda pensar en mi fuero íntimo.
–Hebe no se presentó en dos oportunidades a declaración indagatoria, el ahora presidente Mauricio Macri en cuatro y el ex presidente Fernando de la Rúa, en cinco, y nunca le dictaron la detención.
–Ella se notificó personalmente y no pidió postergación ni nada, no hubo defensa en el mismo expediente. En ese contexto la única posibilidad era cumplir con la disposición que marca el procedimiento. No trabajé los casos de Macri o De la Rúa.
–¿Cómo fue el encuentro con las madres?
–Me pareció muy saludable, la ví muy serena. Cumplimos con lo que teníamos que hacer.
–¿Cuando va a decidir sobre la situación procesal de los imputados?
–Hasta octubre tengo un cronograma de cuarenta y tres indagatorias, espero que para noviembre pueda definirlo.
Lideradas por Hebe, las madres Evel de Petrini (Beba), Mercedes de Meronio (Porota), Elsa de Manzotti (Elsita), Josefa de Fiore (Pina), Rosita de Camarotti, Visitación de Loyola (Visi) y Celia de Prósperi (Chela) participaron del rito de la indagatoria. antes de retirarse el juez les preguntó si querían decir algo. “Nosotras somos Hebe”, le repitieron estas mujeres que hace 39 años nacieron en la lucha a partir de la desaparición de sus hijos.
Antes de ponerse los pañuelos blancos para recibir a la prensa y contar lo que vivieron, las madres fueron reconstruyendo la charla con Martínez de Giorgi. Hebe le pidió que presentara a sus acompañantes “porque las madres no los conocemos”. “Hicieron una manganeta” , les dijo el juez al referirse a la gambeta de las Madres para salir en combi por la vereda y eludir a la policía. “Fue terrible el operativo”, le reprocharon, el juez dijo que “había mandado cinco señoritas y resulta que hubo semejante operativo con hidrantes. Le dije que es su responsabilidad averiguar entonces quién los mandó ¿Qué pasaba si mataban a alguien?”, repite Hebe.
–Le dije que no tengo miedo de nada. Vivo en el mismo domicilio, no pongo llaves. No cierro las puertas, lucho por un país en el que no haya que cerrar las puertas. Con todo lo que pasamos desde que se llevaron a mis hijos... No tengo miedo –le dijo Bonafini luego de reprocharle que le hayan devuelto la fianza a Sergio Schoklender mientras que ellas siguen con todo embargado. También le recriminó que “mi hija Alejandra aparezca en el expediente cuando no tiene nada que ver”.
–Yo todavía no hablé en el expediente –respondió Martínez de Giorgi.
Antes de recibir la botellita de grapa, el juez murmuró: “Estamos en el mismo barco”.
–Usted está en el barco, nosotras estamos en un bote, sin remo y en el medio del mar –cerró Hebe y otra ronda de besos terminó con el trámite.
Las Madres mantuvieron el secreto de la visita del juez acordada con el abogado Juan Manuel Morente pero los medios se enteraron. Una vez que el magistrado se retiró, alrededor de la misma mesa se sentaron los periodistas. Otra escena más de las lógicas en pugna.
–¿Qué les dice a quienes la critican por qué no cumple como todos con los requerimientos de la justicia? –empezó un cronista.
–Los jueces no son la Justicia, ellos responden al poder de turno y más con el de Macri que tiene mucho dinero. El 90 por ciento de los jueces no representan la justicia que nosotros defendemos. Sí hay algunos algunos como (Daniel) Rafecas, (Raúl) Zaffaroni que son probos y honestos o como la fiscal Ochoa que vino con el juez. Si hubieran existido esos jueces, no estaría en esta situación. Estoy convencida de que lo que hago está bien. Hago lo que le sirve al pueblo. Los pueblos tienen derecho a que la justicia exista. Tenemos como ciudadanas el derecho a protestar como se debe.
–¿La decisión del jueves pasado fue entonces un acto político?
–Claro que es un acto político y una definición política. Nosotras ya entregamos sesenta cajas con documentación que son pruebas de la responsabilidad de los (Sergio y Pablo) Schoklender.
La presidenta de la Asociación Madres reivindicó las construcción de casas realizadas mediante el programa Sueños Compartidos, lamentó que se haya dejado a seis mil trabajadores sin cobrar y que los juicios recaigan sobre ellas y no sobre los Schoklender. “Deseamos que todo se esclarezca, que las Madres queden liberadas de pagar y que no quede manchada la imagen de nuestros hijos”, concluyó antes de anunciar que hoy volverán a encontrarse en la marcha 2000 alrededor de la Pirámide de Mayo.
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