La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, contó ayer de la existencia de un llamado a la Casa Rosada que alertó sobre la colocación de un artefacto explosivo. “Hubo una amenaza, planteando que iban a poner una bomba si no se pagaba un millón de dólares”, explicó Bullrich en una conferencia de prensa en la misma sede de gobierno, y añadió que “se tomaron los protocolos del caso y se va a investigar”. La Rosada no fue desalojada, sino que se estrechó el cerco de seguridad de la Policía Federal en torno al edificio.