El dirigente neonazi Carlos Gustavo Pampillón, procesado por instigar daños al monumento que recuerda los crímenes de lesa humanidad en la base naval de Mar del Plata y pintadas xenófobas en el Centro de Residentes Bolivianos, podría evitar el inminente juicio oral con el visto bueno del fiscal federal Juan Manuel Pettigiani. El líder del ultraderechista Foro Nacional Patriótico (Fonapa) pidió como probation pagar la pintura usada para tapar los graffitis de sus seguidores. “Al estar entre los parámetros objetivos de solicitud, tenemos que acompañar”, justificó su apoyo el fiscal ligado al PRO que el año pasado le ofreció la candidatura a intendente. La última palabra la tendrá el tribunal oral federal.

En la madrugada del 8 de septiembre de 2011 los neonazis dejaron su sello en los pilares que reclaman “Memoria, Verdad y Justicia” en el ingreso a la base. Sobre el letrero que indica “Aquí funcionó un centro clandestino de detención” escribieron “Aquí se defiende la patria”; sobre “Justicia” agregaron “para todos”; en el de “Memoria” añadieron “completa” y al lado de “Verdad” firmaron “Fonapa”, mientras gritaban “Viva Giachino”, por el marino caído en Malvinas luego de prestar servicios en grupos de tareas de la dictadura. “El ataque al monumento se realizó en repudio a la decisión del Concejo Deliberante de quitar el cuadro del capitán Giachino que estaba colgado en el recinto”, destacó el fiscal Nicolás Czizik cuando pidió la elevación a juicio.

El ataque al Centro de Residentes Bolivianos fue en la medianoche del 24 de febrero de 2014. Los seguidores de Pampillón blanquearon la pared, escribieron “Fuera Bolivia de Salta. La Patria no se negocia. Ojo… arderá el escarmiento. Fonapa-La Giachino, viva la patria carajo” y prendieron fuego parte del portón de chapa lindero al muro. “Además del móvil discriminatorio, la agresión estuvo inspirada en el deseo de venganza contra la decisión de la Comisión Nacional de Límites (Conali) de colocar nuevos mojones sobre la línea recta limítrofe con el Estado Plurinacional de Bolivia, colocando un séptimo hito en el Sector Abra de Santa Cruz en la provincia de Salta”, recordó el fiscal.

Pampillón llegó a juicio como instigador de los delitos de daño doblemente agravado por haberse cometido en venganza de decisiones de autoridades (en ambos casos), por tratarse de un monumento público en el de la base y por el carácter discriminatorio en razón de la nacionalidad de las víctimas en el ataque al Centro de Residentes Bolivianos. Para evitar el proceso ofreció pagar los materiales usados para tapar las pintadas, postura que acompañó Pettigiani. “Más allá de lo que se opine de Pampillón” la causa es “solamente por daño agravado”, por lo cual “cabe ese pedido” y “al estar entre los parámetros objetivos de solicitud tenemos que acompañar”, dijo al fiscal, hijo del ex militante de Tacuara y miembro de la Corte Suprema bonaerense, Eduardo Pettigiani.

Célebre entre sus pares por sus dictámenes retrógrados y su récord en materia de licencias, las últimas por problemas psiquiátricos, la opinión de Pettigiani (h) no sorprende a quienes conocen su trayectoria. En 2008 dictaminó que los secuestros y homicidios de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) el año anterior al golpe de Estado eran delitos comunes y estaban prescriptos. Los jueces opinaron lo contrario y, luego de infinitos planteos dilatorios del imputado Gustavo Demarchi, la causa llegó a juicio. La primera sentencia por trata de mujeres para explotación sexual en Mar del Plata, en 2010, fue el resultado de un juicio abreviado que Pettigiani acordó con el abogado de los proxenetas. Ese mecanismo, en lugar del juicio oral y público, es clave para minimizar la repercusión de delitos que involucraban a policías y funcionarios. En 2013, en base a una nota de Clarín, impulsó una denuncia contra Martín Sabbatella, entonces titular de la Afsca, por el aporte que empleados del organismo hacían a Nuevo Encuentro, partido al que estaban afiliados. El juez Sebastián Casanello y la Cámara Federal la desestimaron por inexistencia de delito. En 2014 el actual presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, admitió que le “interesaría muchísimo” que Pettigiani fuera “el candidato a intendente de Macri en el 2015”. “Lo conozco hace 25 años. Sé de su idoneidad y también la de su familia. Además, tiene los valores que estamos buscando”, destacó.