La Procuración, a cargo de Alejandra Gils Carbó, emitiría en los próximos días un dictamen en el que dirá que, dada la importancia institucional del caso Nisman, está de acuerdo en que la Corte Suprema trate el tema. Lo más probable es que, además, la Procuración respalde lo hecho por la fiscal Viviana Fein y el actual fiscal Eduardo Rosende en el sentido de que hasta el momento no hay ningún elemento contundente que indique que a Nisman lo hayan matado, por lo cual considerará que corresponde que el caso siga siendo instruido por la justicia ordinaria y no por la federal. Es posible que Gils Carbó no firme el dictamen porque estará de viaje, pero los otros integrantes de la Procuración tienen la misma opinión.

Pese a que se quiere poner dramatismo al dictamen de la Procuración en el caso Nisman, el curso a la Corte está garantizado ya que el recurso para que el expediente pase a la justicia federal será sostenido por las querellas, es decir por el abogado de la madre de Nisman, Pablo Lanusse, y por los letrados de la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex pareja de Nisman, los doctores Juan Pablo Vigliero, Federico Casal y Manuel Romero Victorica. Las querellas afirman que a Nisman lo asesinaron, pese a que los peritos forenses sostuvieron que no hay evidencia de homicidio, mientras que los peritos criminalísticos dictaminaron que no había ninguna otra persona en el baño en el momento del disparo.

El fiscal de Cámara Ricardo Sáenz, uno de los más furiosos críticos del kirchnerismo y convocante de marchas por Nisman, presentó un recurso ante la Corte sosteniendo, junto a las querellas, que la de Nisman fue una muerte violenta, política. Ese es el dictamen que la Procuración debería mantener, pero aún si Gils Carbó o sus reemplazantes no convalidaran el recurso de queja ante la Corte, el expediente igual llegaría al máximo tribunal por impulso de los querellantes.

La Corte podría abstenerse de intervenir porque no se trata de una sentencia firme y los cortesanos no suelen meterse en cuestiones de competencia. Sin embargo, el caso Nisman se politizó desde el primer día y fue usado como una punta de lanza contra el gobierno anterior. Elisa Carrió llegó a decir que a Nisman lo mató un comando iraní-venezolano con ayuda del kirchnerismo sin aportar una sola prueba. O, mejor: dijo que en un viaje de Buquebús había iraníes que desde el barco chequeaban el éxito de la operación. La fiscal Viviana Fein verificó los viajes del fin de semana del 17 y 18 de enero de 2015 y no hubo ni iraníes ni libaneses ni pasajeros originarios de países de Medio Oriente.

En la politización del caso no sólo intervino lo que en ese momento era la oposición y la conducción de la comunidad judía, sino que también hubo manos internacionales, en especial las derechas norteamericana e israelí con las que Nisman tenía mucho vínculo. Curiosamente, Arroyo Salgado fue la que denunció la existencia de una cuenta oculta de Nisman en Nueva York con más de 600.000 dólares y la lógica indica que una parte podría tener origen en fundaciones de derecha de Washington que siempre apoyaron al fiscal. Luego se comprobaron giros de un magnate norteamericano-israelí a través de un banco uruguayo.

En la propia Corte hubo politización. Hace un año y medio causó estupor el video que presentó Ricardo Lorenzetti en la inauguración del año judicial 2015 y que mezcló centros clandestinos de detención, el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, el caso Angeles Rawson y cerraba con una imagen de Nisman, señalándolo como un caso impune, cuando no había ninguna evidencia de homicidio. Aquel día, Lorenzetti también se despachó con que el atentado a la Embajada de Israel ya tenía sentencia firme, lo mencionó como un caso cerrado, algo que tuvo que rectificar después. Fue en marzo de 2015 y fue como emitir una opinión por adelantado en el caso Nisman. De entonces a hoy se escribieron muchas fojas en el expediente y habrá que ver si la Corte juega o no cartas políticas en su decisión.

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