EL PAíS
› KIRCHNER, DE REGRESO DE ESPAÑA Y MUY CONFORME CON LA VISITA
Esta vez, segunda parte fue buena
El Presidente y su comitiva llegarían esta mañana. El último día se reiteró el tono optimista y las promesas de los empresarios locales. Un importante sector de la colonia argentina le pidió a Bielsa que el fiscal Cañón sea el próximo embajador. Kirchner lo estudia.
› Por Nora Veiras
“Los objetivos están cumplidos.” El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se levanta relajado del piano de cola de la residencia del embajador argentino y analiza el resultado de la visita a España. Acaba de ensayar una melodía ante la mirada complaciente del presidente Néstor Kirchner. La imagen reflejaba el ánimo oficial después de cuatro días de sucesivas reuniones con todo el mundillo político y empresarial ibérico. El discurso de cuanto inversor visitó a Kirchner fue “estamos ilusionados con el crecimiento de la Argentina. Vamos a mantener e incrementar nuestras inversiones”. Ante la desconfianza provocada por la homogeneidad de los halagos, desde el Gobierno insistieron en que la diferencia está en el planteo no en que les “vayamos a garantizar beneficios a priori, sin riesgo como tuvieron en los ‘90”. El establecimiento de “reglas de juego claras”, de un “marco regulatorio único” para las empresas de servicios públicos privatizados es el terreno que tendrán que definir en los próximos meses.
Meses en los cuales el Gobierno soportará la presión internacional para que mejore la propuesta de quita del 75 por ciento para los acreedores privados de la deuda. Todos fueron elogios y por eso llamó más la atención el silencio de los hombres de Aguas de Barcelona –socia de Aguas Argentinas– y del Banco Bilbao Vizcaya (Francés) que no hicieron declaraciones tras el encuentro de rigor con Kirchner.
“El rey (Juan Carlos) bárbaro, juega para nosotros”, repetía un funcionario encandilado por el trato de la realeza hacia la pareja presidencial. Convencido, además, de que no sólo es cuestión de simpatía sino que la palabra real pesa a la hora de definir el trato del país. Con el saliente presidente del gobierno español no es la empatía ideológica lo que prima pero parece ser que los dos apuestan a la mutua conveniencia. Pasaron apenas seis meses de aquel primer viaje en que el Presidente sólo escuchó despotricar a los empresarios por las “pérdidas” derivadas de la devaluación y la pesificación asimétrica. La desconfianza era lo que primaba y Kirchner contraatacó reprochándoles la parcialidad del planteo cuando habían disfrutado sin límite de la rentabilidad promovida por privatizaciones sin condiciones. “El tema era ir y ganar”, comenta Kirchner entre amigos. Y, no se cansa de repetir, que en este lapso se dieron cuenta que se tienen que sentar a negociar y que el Estado es el que fija las reglas de juego. Con esa premisa empezaron la renegociación por el análisis del cumplimiento de los contratos y las inversiones para recién al final discutir el ajuste de tarifas. “Tenemos que establecer criterios realistas. ¿De qué sirve que se hayan comprometido a pagar un canon exorbitante en términos de las ganancias posibles para ganar las licitaciones y después no los cumplan?”, es el razonamiento que guía el replanteo propuesto por el equipo presidencial.
“En este tiempo desaparecieron los fantasmas de la reestatización y se dieron cuenta de que lo que existe es un gobierno sólido, que quiere garantizar un desarrollo armónico, que el país crezca y al mismo tiempo se resuelvan los graves problemas sociales. El capitalismo necesita gente que oferte y gente que demande, si no se quiebra. La ecuación es simple si la gente se empobrece no demanda servicios o no los paga”, explica Fernández con el mismo ahínco con el que define como inamovible la propuesta de reducción del 75 por ciento de la quita a los tenedores de bonos de la deuda externa argentina. “Nuestro deseo es resolver el tema pero dentro de la racionalidad, no podemos comprometernos a lo que no podemos cumplir”, reitera.
La comitiva oficial consensuó una línea de discurso y borraron de lasrespuestas otras opciones. Cuando pasado el mediodía y el frío calaba los huesos, el propio Kirchner se permitió un chascarrillo ante la prensa que lo cruzó en la residencia:
–Ahora me voy a negociar tarifas –bromeó.
Ronda final
En el último día del viaje, Kirchner repitió la rutina. Pasaron por la residencia Florentino Pérez, el presidente-dueño del Real Madrid pero no para hablar de fútbol sino de las inversiones del grupo Acs –Dycasa en la Argentina– que explota la Autopista Sur y el resto de los accesos a Buenos Aires. Rafael Mourelles, director del Grupo Abertis –uno de los fusionados con Dycasa– detalló que “hemos comprometido para este año una inversión de 50 millones de pesos”. La cifra sonó insignificante traducida a los apenas 16 millones de euros. “Si el Real Madrid compra un jugador por esa cifra ni sale en la prensa”, exageró alguien ante la magnitud del grupo que gerencia Pérez. “La situación en la Argentina ha mejorado bastante y confiamos en que seguirá así”, evaluó el propio Pérez. Mourelles señaló que el tema “tarifas se está negociando en la unidad de renegociación de contratos, pero las tarifas se tienen que analizar en el marco de la ecuación económica, en este momento nos ocupamos del proceso de inversión”.
El representante de Aguas de Barcelona, socia en el 25 por ciento de Aguas Argentinas, optó por salir de la reunión sin hablar ante la prensa. Aguas está en pleno tire y afloje con el Gobierno que le exige el cumplimiento de una inversión de 55 millones de pesos por incumplimientos contractuales y la empresa se presentó ante el Ciadi en Washington por el perjuicio que le causó la devaluación y la imposibilidad de aumentar tarifas. Le reclamaron que retire la demanda después de advertirle la posibilidad de anular la concesión. El presidente del Banco Bilbao Vizcaya, Francisco González (el Francés), también eludió a la prensa. Los bancos siguen reclamando compensaciones más allá de lo otorgado hasta ahora.
En cambio, los que se acercaron a comentar “lo ilusionados” que habían quedado con las conversaciones con De Vido y Kirchner fueron los empresarios pesqueros. Empesur, que opera en la zona de Santa Cruz, anunció la construcción de barcos en astilleros de Buenos Aires pero sin precisar montos. Y Pescanova, una de las empresas pesqueras más grandes de Europa, remarcó que “la Argentina exporta más productos pesqueros que carne y eso parecía una quimera”. Jaime Pérez, titular de la subsidiaria argentina, Argenova, dijo que invertirían “7 millones de euros durante este año” y señaló que “el volumen total del sector es de 1000 millones de dólares por año”.
–Anuncian inversiones y se muestran esperanzados por el proceso económico pero ¿qué le pidieron al Presidente? –le preguntó Página/12.
–El Presidente es un viejo conocido nuestro por haber sido gobernador de Santa Cruz, una de las provincias donde trabajamos. Sólo queremos que siga como siempre –dijo Pérez y partió raudo como todos los otros.
El ministro de Planificación, Julio De Vido, siguió atando acuerdos con los empresarios hasta último momento. Al mediodía, Kirchner se fue a almorzar, aunque no pudo evitar ser acompañado por la custodia.
El Tango 01 despegó con buenas ondas. Se estima que llegará a la Argentina a las ocho y media. En el embarque, todo eran sonrisas. En los próximos meses se tendrá que ver en qué medida los fáciles elogios discursivos de los empresarios tendrán (o no) su correlato en los hechos.
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