El presidente Néstor Kirchner conserva una arrasadora imagen positiva, ganaría por robo una elección nacional si se realizara ahora con los mismos candidatos que en 2003, está haciendo un buen gobierno y manejando con soltura las negociaciones con las privatizadas. Los resultados de una encuesta realizada en la Capital y el Gran Buenos Aires indican la solidez de la percepción del Gobierno y que el entusiasmo no es ciego: si bien una amplia mayoría ve mejor la economía, el voto está dividido en cuanto al desempleo y pocos ven mejor la pobreza y la inseguridad.
La muestra fue realizada por la Consultora Equis que dirige Artemio López durante la semana pasada en la región metropolitana y partidos del conurbano. Se tomaron 960 opiniones respetando las proporciones por edad, residencia, género y edad.
La encuesta revela una sobria percepción de los logros del Gobierno. Una amplísima mayoría siente una mejoría en la economía –69 por ciento– que no se trasladó tan claramente al nivel de empleo, que divide parejo a la gente –50,2 a 47,8– entre los que ven una mejora y los que no. Cuando se pregunta sobre la pobreza, el 65,1 por ciento no ve una baja, mientras que el 78 siente que la inseguridad sigue igual.
Desde este realismo, los encuestados apoyan al Gobierno, que tiene un 76,2 de aprobación. Kirchner mantiene una imagen positiva altísima, del 89,5 por ciento, su esposa Cristina –ver aparte– lo sigue con el 77,9 y Roberto Lavagna, ministro de Economía, tiene un sólido 69,2. El vicepresidente Daniel Scioli recuperó terreno y trepa al 57,2, mientras que Elisa Carrió bordea el 50 por ciento. El matrimonio Duhalde registra en la franja de los treinta, la misma de Felipe Solá y Ricardo López Murphy.
La política de dureza hacia las privatizadas es muy popular: el 77,4 aprueba cómo las maneja el Gobierno y el 78,6 no quiere reprivatizaciones. La acidez se entiende con el dato de que el 51,3 por ciento piensa que la mayoría de esas empresas no cumple sus contratos y el 26 que ninguna los cumplió jamás.