Por Diego Schurman *

Chica 10
A Guillermo Jaim Etcheverry lo invadió la curiosidad. Acababan de informarle que una alumna de la cátedra de Histología, de la que es titular, se había sacado 10 en los dos parciales y otro 10 en el final. Entonces, el rector de la Universidad de Buenos Aires pidió conocerla para felicitarla. Fue allí donde se dio cuenta de que la mujer aún no se había enterado del último 10. Y por lo tanto Etcheverry se convirtió en el transmisor de la buena noticia. “¡¡¡No me joda!!!”, fue la inmediata respuesta de la Chica 10. Días después, el rector contó la anécdota y se mató de risa por el desparpajo de la alumna. “Si así habla la que se sacó 10, cómo serán las demás”, evaluó.
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Zurdos
Durante la gira oficial por España, el diputado José María Díaz Bancalari comenzó a ufanarse de sus “hazañas” universitarias, allá por los ‘70. “Rucucu y la Zapatero dicen que cursaban Derecho en la UBA en la misma época que yo, pero nunca me los crucé. Lo que sí me acuerdo es que en esa época prendimos fuego en el centro de estudiantes a los zurdos. Encima quedó uno encerrado y tuvimos que sacarlo.” Pero si alguien creyó estar delante del mayor exponente reaccionario del justicialismo, el propio Néstor Kirchner evacuó inmediatamente la duda: “Peor es él –arrancó mirando al senador Miguel Angel Pichetto–, porque consideraba de izquierda a la CNU” (la ultraderechista Concentración Nacional Universitaria).
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Agua pesada
En los 10 años previos a la asunción de Néstor Kirchner, el Ente Tripartito de Obras y Servicios Sanitarios sancionó a Aguas Argentinas por un total de 32.251.937,40 pesos por incumplimiento en el servicio, mientras que durante la breve Gestión K, que aún no llega al año de vida, la privatizada fue sancionada por el Etoss con 10.838.413,17 de pesos. Dicho de otro modo: del total de las sanciones que la empresa recibió entre 1993 y el 2003, el 31 por ciento fue impulsado durante el actual gobierno.
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Desconcierto
Son muchos los anotados para suceder a Abel Posse en la Embajada de España. En sorna, Alberto Fernández se propuso ante Néstor Kirchner. “Con mi apellido tengo todas las de ganar”, le dijo al pasar en medio de risas. Pero al otro día, mientras el jefe de Gabinete, el Presidente y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini, compartían una charla, llamaron para avisar que Nicolás Becerra renunciaría a la Procuración. Entonces, Kirchner miró a Fernández y le dijo: “Ahí tenés que ir vos”. Zanini, que no sabía que se trataba de la continuidad de un chiste, quedó varias horas desconcertado.
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Mamma mia
Eran cientos los que pugnaban por un lugar. Ancianos, hombres y niños buscaban la manera de saltar las vallas y treparse al palco que le armaron a Néstor Kirchner frente al Hospital Delicia Concepción Masvernat, en Concordia. Sin embargo, sólo Martha logró su cometido. Y así pudo codearse con el Presidente y también con el gobernador Jorge Busti. Claro, tenía una leve ventaja: la mujer, que hace tres años vive en esa ciudad entrerriana, es nada más y nada menos que la mamá de Miguel Núñez, el vocero presidencial.
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Calor entrerriano
Uno, dos... mil besos. El paso de Néstor Kirchner por Concordia fue un baño de calor popular. Pero no fue el único que se cansó de saludar: el ritual también involucró a Alicia Kirchner, Aníbal Fernández, Julio De Vido y Ginés González García, los ministros que lo acompañaron en la visita. Sin embargo, lo curioso fue que el afecto entrerriano esta vez traspasó la comitiva oficial y alcanzó al periodista Atilio Bleta. Evidentemente, muchos memoriosos recordaron su viejo paso por la radio (con el programa Solamente tangos) y la televisión local.
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Aclaraciones
–Papaaaaaaaá, es Daniel –gritó el hijo de Alberto Fernández.
–Es Kirchner, discúlpenme –se excusó el jefe de Gabinete, que en ese momento se encontraba haciendo un reportaje con Página/12.
A los pocos minutos volvió y aclaró: “Ojo que Daniel es Daniel Muñoz, el secretario de Kirchner, no un sobrenombre del Presidente”.
Para un peronista la aclaración se volvía necesaria: Daniel era el sobrenombre con el que se conocía al Brujo López Rega.
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Donde hubo cenizas...
En 1992, el volcán Hudson desparramó cenizas por Los Antiguos, una pequeña ciudad santacruceña ubicada a 500 kilómetros de El Calafate. Hacía falta ayuda, y el entonces gobernador Néstor Kirchner, con cara de pocos amigos, no tuvo otra que fotografiarse junto al entonces ministro de Salud y Acción Social menemista, Julio César Aráoz. Esta última semana, Los Antiguos celebró el 56º aniversario de su fundación. Y muchos en la Casa Rosada recordaron ese encuentro. Pero una foto que vuelva a unir al actual mandatario con el ex funcionario de Menem resulta impensada. Desde el año ‘99 que Kirchner le hizo la cruz a Aráoz.

* Colaboró: Nora Veiras.