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› EL GOBIERNO PROPUSO A ESTEBAN
RIGHI PARA OCUPAR LA PROCURACION GENERAL
Otra vez el perfil que elige Kirchner
Righi reemplazará a Becerra. Como Zaffaroni y Argibay, tiene excelentes antecedentes técnicos. Y es progresista. Este dato, y su pasado político, pueden desatar reacciones de la derecha.
El ex ministro del Interior del gobierno de Héctor Cámpora, Esteban Righi, fue postulado formalmente por el Poder Ejecutivo para ocupar la Procuración General de la Nación. “Reúne la doble condición de calidad moral intachable y calidad técnica importante, atributos que para nosotros deben reunirse en todos aquellos que participan de la administración de justicia”, lo elogió ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al hacer el anuncio en Casa de Gobierno.
El candidato a suceder a Nicolás Becerra como jefe de todos los fiscales del país devolvió el cumplido oficial. Dijo que “sólo con un gobierno de las características que ha tenido el de este presidente me entusiasma poder regresar después de tantos años” a la función pública. Las declaraciones fueron hechas en una breve conferencia de prensa que dieron Fernández y Righi después de reunirse una hora con el presidente Néstor Kirchner.
Si pasa el proceso de evaluación, que es similar al que se usa para los jueces de la Corte Suprema, Righi volverá a ocupar un cargo oficial después de treinta años. En 1973 fue ministro del Interior de Cámpora. Con 34 años –era el miembro más joven del gabinete– recibió el apodo de “Bebe”.
El candidato a procurador no se aparta del perfil con el que el Gobierno está ocupando los puestos vacantes en la cabeza del Poder Judicial. Como Raúl Eugenio Zaffaroni y Carmen Argibay, se trata de una persona de reconocida trayectoria profesional y, a la vez, identificada con el progresismo, dato que seguramente provocará resquemores entre los sectores de derecha que hicieron furibunda campaña contra los dos aspirantes del Gobierno al máximo tribunal.
En la conferencia de prensa que se realizó después de la reunión con Fernández y Kirchner, Righi se limitó a agradecer al Presidente por su postulación y se excusó de responder preguntas de la prensa. Señaló que “los jueces hablan por sus sentencias y el ministerio público por sus dictámenes, que es la mejor forma de cumplir la función”. Sin embargo, tuvo unas palabras positivas para Becerra, quien también ayer mismo formalizó su alejamiento del cargo: “Debo rescatar muchas iniciativas del procurador que renuncia y creo que el trabajo a realizar no es de grandes cambios sino es el de todos los días, rescatando todo lo bueno que se haya hecho hasta ahora pues hay bastante para rescatar”.
A diferencia de los ex ministros de la mayoría menemista de la Corte Suprema, Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor y Guillermo López, Becerra obtuvo una “salida elegante” de su cargo. Además de los elogios de Righi se fue con un nuevo puesto, será integrante del Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur. Mientras se produce el recambio, la Procuración quedará a cargo de Luis González Warcalde.
Righi nació en Resistencia el 4 de septiembre de 1938 y es egresado del Liceo Militar General José de San Martín. Se graduó como abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1962 y se doctoró en derecho penal en la misma Universidad en 1968. Actualmente es titular de la cátedra de derecho penal en la UBA, donde también es profesor el jefe de Gabinete.
En 1974, amenazado de muerte por la Triple A, Righi debió pedir asilo en la Embajada de México, donde se refugió junto a su esposa, Zulita Fellini Gandulfo y sus tres hijos, Ezequiel, Federico y María Paula. Había renunciado como ministro el 14 de julio de 1973, apenas 49 días después de su asunción, cuando se constituyó el gobierno provisional de Raúl Lastiri. Tras casi 10 años de exilio obligado en México, regresó al país el 16 de marzo de 1984.
Con la renuncia de Nazareno, cuando comenzó el recambio en la Corte Suprema, su nombre comenzó a sonar para ocupar un cargo en el tribunal. Sin embargo, en ese momento, la cercanía con el Presidente fue más un obstáculo que una ayuda. Ahora, fue propuesto para ejercer la jefatura de todos los fiscales y expresar sus propias opiniones –no vinculantes–ante la Corte. También se haría cargo de la futura policía judicial, cuya creación es un proyecto que está avanzando.
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