EL PAíS
Nuevamente se empantanaron las relaciones entre Irán y Argentina
El gobierno iraní ofreció retomar las relaciones anunciando que ese país compraría al nuestro por 1200 millones de dólares. Bielsa impuso que se trate el tema de la AMIA. Irán se negó.
› Por Raúl Kollmann
El diálogo con Irán por la investigación del atentado contra la AMIA y para reiniciar relaciones diplomáticas entró en un verdadero pantano. La intención de realizar una cumbre en Caracas entre los presidentes Néstor Kirchner y Mohamed Jatami sucumbió cuando los hombres de Teherán pusieron como condición que el encuentro “resulte un éxito”. Según le sugirieron funcionarios de la Cancillería iraní a los de la Cancillería argentina, el éxito consistía en reanudar las relaciones con una compra de Irán a la Argentina de 1200 millones de dólares, pero sobre la base de un virtual retiro de los exhortos y las órdenes de captura contra diplomáticos iraníes emanadas de la Justicia argentina en la causa AMIA. Por lo que se sabe, el canciller Rafael Bielsa estaba dispuesto a evaluar la siguiente propuesta: que los jueces, fiscales, defensores y querellantes de la causa AMIA se trasladen a Irán y que allí se le tomara declaración, en la embajada argentina, a los diplomáticos imputados. Sin embargo, Irán sólo ofrecía hacer compras, dejando de lado la cuestión de los atentados.
Tal como adelantó Página/12 en exclusiva, el gobierno iraní le propuso al argentino que Kirchner y Jatami protagonizaran un encuentro en Caracas, donde ambos confluirían en la reunión del Grupo de los 15. La gestión fue iniciada por el embajador de Irán en Venezuela y transmitida al embajador de la Argentina en ese país, Eduardo Sadous. Este se comunicó con el canciller Bielsa y el presidente Kirch-ner se manifestó de acuerdo con la iniciativa. Ambos coincidieron en que la agenda del encuentro debía tener dos puntos:
- La situación creada a partir de la imputación en la Argentina de diplomáticos iraníes por el atentado contra la AMIA.
- La vuelta a la normalidad de las relaciones entre los dos países que, después del ataque contra la mutual judía, retiraron sus respectivos embajadores y sólo mantienen en Teherán y Buenos Aires agregados comerciales.
En la misma noche de la llegada de Kirchner y Bielsa a Caracas, los hombres de la Cancillería iraní le transmitieron a sus pares argentinos que debía haber una especie de garantía de que la cumbre entre los dos mandatarios –la primera después del atentado– sería un éxito. Bielsa mandó a preguntar ¿qué consideraba Teherán un éxito?, a lo que los diplomáticos iraníes respondieron que el éxito consistiría en la concreción de compras de Irán a la Argentina por 1200 millones de dólares. El canciller le hizo saber a su par de Teherán que existía un compromiso del gobierno argentino con las víctimas del atentado, de manera que la no inclusión del tema en cualquier negociación sería inaceptable. A este último mensaje, los iraníes nunca contestaron.
Ceder un poco
En verdad, la Cancillería estaba dispuesta a negociar varios aspectos que, eventualmente, permitirían una aproximación y pasos dirigidos a avanzar en la investigación del atentado.
- Los escritos firmados por Galeano manifestaban, por ejemplo, que los atentados fueron cometidos por organizaciones terroristas amparadas por Teherán. Esa redacción no es la habitual en los exhortos, donde no se hacen imputaciones tan directas, sino que se concentra todo en preguntas, elementos de la investigación que se requieren. Una alternativa era que el nuevo juez, Rodolfo Canicoba Corral, acepte reformular los exhortos.
- También en el terreno de las órdenes de captura, es imprescindible concentrarse en algunas de ellas y no en un número elevado de funcionarios, diplomáticos e incluso ministros, contra los cuales ni siquiera se pueden aportar pruebas categóricas. Galeano viene de sufrir un revés en la Justicia de Londres, que rechazó un pedido de extradición delex embajador de Irán en la Argentina en el momento del atentado a la AMIA, Hadi Soleimanpour, supuestamente por falta de pruebas. Otros creen que hubo un acuerdo Londres-Teherán para no extraditar al embajador, pero lo cierto es que una posibilidad consistía en concentrarse en dos o tres hombres evaluados como claves en el atentado y no en 20 capturas de distintos funcionarios.
- Por último, una idea que rondaba la cabeza de Kirchner-Bielsa era lograr que los imputados iraníes declaren en la embajada de Argentina en Teherán, algo que también se hizo con el testigo C en la embajada argentina en Berlín. Es cierto que C era un testigo, no un acusado. Pero era una variante a estudiar con la Justicia.
Lo concreto es que los hombres de Teherán no aceptaron un encuentro –incluso se barajó sólo a nivel de cancilleres– donde el caso AMIA estuviera sobre la mesa. El gobierno de Jatami acaba de perder las elecciones por lo que, encima, se ha debilitado mucho. Ello hace que las negociaciones hayan quedado empantanadas. Eso sí, en la reunión de Caracas, Jatami miraba fijo todo el tiempo, tanto a Kirchner como a Bielsa.