Vie 05.03.2004

EL PAíS  › BIELSA Y FEINMANN, ORADORES CENTRALES EN EL CASTELAR

“Que los políticos piensen”

“Nacional, popular, progresista o de centroizquierda” fue la forma en que definieron la convocatoria de ayer, con abierta simpatía por el Gobierno, sus convocantes Ariel Schifrin y Eduardo Sigal.

› Por Luis Bruschtein

“Para colaborar y no para fundar, para empujar y no iniciar estructuras, para consensuar formas de acción política en el marco del acompañamiento de la gestión del presidente Néstor Kirchner” definió Ariel Schifrin la reunión de ayer en el Hotel Castelar, en la que disertaron el filósofo José Pablo Feinmann y el canciller Rafael Bielsa. La idea para los expositores es tratar de “unir el pensamiento con la política”; sobre todo, “que los políticos se acostumbren a pensar”.
“Estamos acostumbrados a que estas dos cosas vayan separadas –afirmó Feinmann– porque estamos acostumbrados a que los políticos no piensen.” El filósofo, columnista de Página/12, se refería también al trabajo de los intelectuales en relación con la política.
En el panel, además de Schifrin, Bielsa y Feinmann, se encontraban el subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur, quien junto a Schifrin fue uno de los promotores de la reunión; el subsecretario de Culto de la Cancillería, Guillermo Olivieri; la diputada ex frepasista, Nilda Garré; la ex secretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, y el ex secretario de Vivienda de la ciudad Eduardo Jozami. Para algunos, la elección del Castelar tenía ciertas reminiscencias: “Aquí fue donde renunció Chacho Alvarez”. Y otros recordaban que allí también había presentado alguno de sus libros el ex presidente Carlos Menem.
De todos modos, estos reflejos del pasado quedaron expuestos por el mismo Bielsa, quien al reivindicar las convicciones y los valores en la acción política hizo una referencia autocrítica a su paso como funcionario del gobierno de la Alianza: “Pienso que mi convicción y mis valores –expresó– quedaron en un segundo lugar por la perplejidad del poder, porque eran tan fuertes las presiones para que nada se tocara, que finalmente me pasó lo que a muchos en esa experiencia y confundimos el hecho de ocupar un lugar en el Ejecutivo Nacional, en vez de como un medio, como un fin. Fue una estupidez y debimos habernos ido”.
Tanto Bielsa como Feinmann tomaron la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001 como un punto de referencia: “Estamos tratando de que el Estado argentino se haga cargo de lo que la ciudadanía planteó en esas jornadas, y lo más interesante es justamente que hay un Estado que está dispuesto a escuchar lo que estalló en las calles en diciembre de 2001”, afirmó el filósofo.
A su vez, el canciller indicó que “a partir de ese día yo sentí que se vivía el clima de un país en búsqueda de la Nación perdida, sentí que se terminaban de romper todos los alambres que identifican a una Nación que está compuesta por tres elementos: una historia un común, el propósito de vivir juntos y un sentido colectivo de pensar hacia el futuro”.
Con respecto a la historia en común, recordó que desde el golpe de Uriburu, “Argentina se acostumbró a dar vuelta la página antes de que estuviera terminada”, por lo que “no hay una historia aceptada por todos”, y explicó las razones por las que los otros dos factores también se habían debilitado. En ese sentido destacó la gestión de Eduardo Duhalde en la Presidencia cuando asumió con el país en ese estado de semidisolución.
“Lo que se nota –agregó Feinmann– es que se habla mucho de Kirchner y que todavía no se ha constituido el tejido social que exprese esa política, ese poder constituyente de abajo del que hablan Tony Negri y otros pensadores.” Con una sonrisa anunció que iba a citar “con todo deleite por lo que van a decir los medios reaccionarios mañana, a uno de los más grandes pensadores, un gran filósofo, Carlos Marx, cuando decía que no alcanza con comprender al mundo, de lo que se trata es de comprenderlo para transformarlo. Pensamiento y praxis van unidos”.
“Es imposible separar la política del pensamiento –sentenció–, la filosofía tiene que estar al servicio de mejorar la vida de los hombres en este mundo, y el sentido de la política es estar al servicio del establecimiento de relaciones igualitarias entre los hombres.” “Este es un país sobrepensado y subejecutado –apuntaló Bielsa–, porque los políticos no se han hecho cargo de ese pensamiento.”
El público, de composición variada, como los presentes en el panel –desde kirchneristas transversales hasta aristas y ex frepasistas, entre los que se contaban legisladores y funcionarios como Enrique Rodríguez, presidente de la Corporación del Sur, artistas como Ignacio Copani o el diputado del Polo Social Daniel Carbonetto– siguió con interés a los disertantes en lo que para muchos sería un adelanto de la reunión del kirchnerismo el 11 de marzo en Parque Norte. Al finalizar, Sigal convocó a “dejar atrás identidades previas” para sumarse al proceso abierto por Kirchner. “Tendremos que romper con nuestras procedencias históricas –planteó–, no vale retacear nuestro apoyo a este proceso basándonos en si somos peronistas o no o de cualquier otro partido.”

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