Por Diego Schurman *

Quién se ha tomado todo el vino
La Fiesta de la Vendimia, que se celebra todos los años en Mendoza, suele ser un desfiladero de funcionarios. Este sábado compartieron el palco Julio Cobos, Daniel Scioli y Aníbal Fernández. Claro que, mientras el gobernador anfitrión y el vicepresidente aprovecharon el evento –“el carrusel de la vendimia”– para distenderse, el ministro del Interior se lo tomó a pecho, como muestra la foto. Y eso que eran las 10 de la mañana.

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Encuentro
Se saludaron en las alturas. Más precisamente en el Boeing de Aerolíneas Argentinas, durante el vuelo que los traía de regreso de Miami. Y allí mismo, Daniel Hadad y Mauricio Macri –de ellos se trata– improvisaron una “cena de trabajo” y se confesaron proyectos. Todo ante la atenta mirada de Jorge “Corcho” Rodríguez, a quien algunos testigos le encontraron en el semblante rasgos de preocupación. ¿Las razones? Nadie sabe si por el trato frío que le dispensó el presidente de Boca, o por los 1800 dólares que le costó el pasaje en clase business.

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Llamado
Había logrado zafar del entuerto judicial. Pero en los últimos días su ex pareja Giselle Rímolo lo comprometió en la causa que se le sigue por estafa y adulteración. Y entonces Silvio Soldán, sin dudarlo, salió desesperado en búsqueda de un abogado. ¿A quién fue el primero que llamó? A Oscar Salvi, el defensor del ex presidente Carlos Menem en la causa armas.

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Facultades
Alberto Fernández se reunirá mañana con el bloque de diputados del PJ. Y si bien será a agenda abierta, el jefe de Gabinete tendrá que enfrentar un pedido inesperado. Será el de la Asociación de Personal Legislativo, que solicitará un incremento salarial para los empleados del Congreso. Es que por obra de los propios legisladores, al votar la delegación de facultades a la Jefatura de Gabinete, Fernández es el único que puede reasignar una partida del Presupuesto 2004. Así, los titulares del Senado, Daniel Scioli, y de Diputados, Eduardo Camaño, respirarán tranquilos porque ellos no tienen que participar de esta problemática negociación.

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Verano
“Hay que pasar el invierno”, fue la frase que hizo popular Alvaro Alsogaray, durante años un abonado de poder en la Argentina. Su preocupación, evidentemente, nunca fue el verano. Y eso lo demuestra por estos días. Pese al encierro de su hija María Julia en la Unidad Antiterrorista, al anciano fundador de la UCeDé se lo ve de lo más orondo, con su guayabera, paseando por el Tortugas, un country en el que tienen casa personalidades como el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy o estrellas del espectáculo como Susana Giménez y Graciela Borges.

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Piedra libre
Hay políticos que han bajado el perfil, desapareciendo de escena, o al menos de los micrófonos de los periodistas. Pero en su afán de tomar contacto con el Gobierno se acercaron sigilosamente al titular de la SIDE, Héctor Icazuriaga. Eso sucedió en los últimos días con los radicales Jesús Rodríguez y Leopoldo Moreau.

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Con las manos vacías
Así como los jugadores de fútbol firman dedicatorias en camisetas o pelotas, Hugo Chávez lo hace en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Y Miguel Núñez, el vocero de Néstor Kirchner, no quiso perderse la oportunidad de tener el autógrafo del extrovertido presidente. Con dos ejemplares en mano, pidió que uno se lo dedicara a él y el otro a Mabel Barbas, una integrante de su equipo. Chávez arrancó por la mujer. Y cuando se disponía a garabatear el segundo autógrafo apareció en escena el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, implorándole que esa Constitución fuera para él. Conclusión, Barbas muestra con orgullo el “A Mabel, un abrazo. Hugo”, que le dedicó el mandatario venezolano. Y Núñez... no.

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Protocolo
Si Néstor Kirchner rompe el protocolo, ¿por qué no ella? Eso sí, cuando lo hace el Presidente todos se enteran. En cambio, cuando lo hace Cristina, su mujer, pocos se enteran. Y por eso pocos repararon en que, durante la última Asamblea Legislativa, la primera ciudadana puso el pie en la alfombra roja antes que su esposo, rompiendo una regla protocolar de antaño.

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Felicidad
El lunes pasado, en Hollywood, el compositor Lalo Schifrin se reunió con Rita Rusich, la productora de La vida es bella y actual novia de Jorge “Corcho” Rodríguez. El objetivo era trabajar en la preproducción de un libro cinematográfico basado en la novela La última muerte de Anastasio Somoza, del argentino Julián Mandriotti. El autor del trabajo es, a la sazón, el vocero del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. Ese mismo lunes, pero por la noche, el canciller Rafael Bielsa –que había leído días antes el libro de Mandriotti– entregó ejemplares de la publicación a varios cancilleres que participaron de una cena. Especialmente se lo recomendó a su par de Paraguay, Leyla Rachid. Ese día fue el más feliz de Mandriotti.

* Colaboró Fernando Cibeira.