Jue 11.03.2004

EL PAíS

Desde Estados Unidos llegan apoyos como también presiones conocidas

En una audiencia del Subcomité de Finanzas y Comercio Internacional
del Senado de EE.UU., dos funcionarios de la administración Bush
reiteraron el pedido del G-7: mejorar la oferta a los acreedores.

Para la Argentina “sigue siendo imprescindible obtener progresos en la reestructuración de su deuda con acreedores privados”. Los importantes avances en materia de política monetaria y fiscal son insuficientes. La recomendación fue realizada por el subsecretario del Tesoro adjunto para Asuntos Internacionales, Randal Quarles. El ámbito fue una audiencia convocada ayer por el Subcomité de Finanzas y Comercio Internacional del Senado estadounidense. Si bien la recomendación no es nueva, reafirma el alineamiento de Estados Unidos con sus socios del G-7 para obtener mayores compromisos financieros de la Argentina. Sin embargo, Roger Noriega, secretario de Estado adjunto para América latina, enfatizó ante el mismo comité la alianza estratégica de su país con la Argentina, así como el apoyo de Néstor Kirchner a los desafíos regionales de la administración Bush.
“Esperamos ver a lo largo de las próximas semanas que Argentina emprende los pasos específicos necesarios para negociar con los grupos representativos de acreedores los términos de la reestructuración”, agregó Quarles. Según el representante del gobierno estadounidense, el objetivo del proceso negociador debe ser “crear confianza mutua” y permitir que los acreedores puedan tener “una aportación real” en la fórmula que se acuerde para la reestructuración. Y es claro que tanta armonía con los acreedores sólo puede lograrse de una sola manera, mejorando la oferta de pago del 25 por ciento.
Lo notable es que la reunión del Subcomité del Senado fue convocada para analizar la crisis financiera argentina. Sin embargo, no hubo debate, sólo se repitieron las recomendaciones de siempre. También los mismos fantasmas
A largo plazo, Argentina “necesitará una inversión sustancial para generar crecimiento económico”, explicó Quarles. Para ello, debe tener éxito “en la estabilización de su economía, en la reestructuración de la deuda y en el establecimiento de las bases para un crecimiento”, completó.
Por su parte, Noriega, quien también participó del panel junto a Quarles, explicó que su gobierno desea “que Argentina tenga éxito, pero también necesita ayudarse a sí misma”. “Podemos y queremos ayudar, pero al final de cuentas la forma del programa del FMI y el desempeño de Argentina bajo el mismo están en manos del gobierno argentino y del Fondo”, añadió.
Luego, el “debate” recorrió algunos temas conocidos. Quarles dijo que el progreso del país en las negociaciones con el Banco Mundial para realizar reformas al sector de servicios públicos “ha sido lento, aunque el gobierno argentino acordó recientemente subir las tarifas de electricidad y gas por primera vez desde la crisis”, matizó. También recordó los “atrasos en otorgar a los bancos las compensaciones acordadas por las acciones adoptadas por el gobierno durante la crisis”. Noriega, por su parte, agregó que el país debe revisar el sistema de coparticipación federal de impuestos ingresos entre el gobierno federal y las provincias. En pocas palabras, Quarles y Noriega se limitaron a reeditar las recetas habitualmente sugeridas por el FMI. Pero el primero le agregó una cuota de esperanza. Dijo ante los senadores que “el actual programa con el FMI provee a Argentina un marco para elevar los estándares de vida de su gente y avanzar más allá del pasado, hacia un futuro próspero”. A su juicio, “la implementación consistente de este programa es clave para tener éxito en estas áreas, y seguimos trabajando con Argentina y con el FMI para alentar esta implementación”, concluyó.
Noriega fue más allá de la definida alineación con las propuestas del Fondo y la defensa de los intereses de los acreedores privados. Fue cuando recordó la “alianza estratégica” que uniría a su país con la Argentina ratificando con énfasis la condición de “socios y aliados” de los dos países. En esta línea, el funcionario destacó el compromiso del presidente Néstor Kirchner “en la lucha contra los grupos terroristas” y en “el frente de los desafíos regionales” como Bolivia y Venezuela. Luego de las quejas por lo que falta hacer en el plano económico era necesario justificar el apoyo brindado por Estados Unidos al interior del FMI. Alfin y al cabo, Kirchner también “está haciendo progresos” que “conducen a la recuperación económica”.

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