EL PAíS
› BRODA APOYA EN TODO AL GOBIERNO, PERO VE UN MEDIOCRE FUTURO
Feliz en el corto, infeliz en el largo
› Por Julio Nudler
Las perspectivas de la Argentina, a mediano y largo plazo, son apenas mediocres, según el deprimente pronóstico que ayer derramó Miguel Angel Broda sobre socios e invitados del Club del Progreso, mientras éstos almorzaban el día siguiente al acuerdo con el FMI que evitó la ampliación del default. El consultor adjudicó la desalentadora perspectiva a dos factores. El primero, la ideología centroizquierdista del presidente Kirchner. El segundo, el déficit de pensamiento de los principales alfiles de su gobierno, incluyendo a Roberto Lavagna, formados en la universidad pública argentina de los años ‘60 y ‘70, cuando campeaban ideas hoy obsoletas.
Aun así, el apreciado economista dejó centellear un haz de esperanza al considerar siempre posible que los errantes reencuentren el rumbo. Citó como alentador ejemplo al diputado Miguel Bonasso porque ahora sostiene que, si bien bajo determinadas condiciones, hay que pagar la deuda. ¡Hasta Bonasso lo dice!, se entusiasmó Broda. Este había señalado anteriormente que, en realidad, este gobierno no pensaba salir del default con los bonistas privados, hasta que el G-7 en su encuentro de Boca Ratón le torció la muñeca.
La idea es que la Argentina se proponía seguir dándole largas a los tenedores de bonos, pero eso duró hasta que los países centrales, que controlan el directorio del Fondo Monetario, le impusieron al país una agenda en que tomó lugar preponderante la renegociación con los defolteados.
En realidad, el disertante, que habló mientras los asistentes empuñaban sus cubiertos, se había mostrado llamativamente generoso en sus apreciaciones durante la mitad inicial de su exposición. Según testimonios recogidos por Página/12, alabó la decisión de Néstor Kirchner de asumir personalmente la negociación de la deuda porque es un asunto eminentemente político. También le parece adecuada la concentración de poder en sus manos y hasta sus reflejos autoritarios.
No menos encomio le merece a Broda la política económica de corto plazo, tanto en lo fiscal como en lo monetario. A punto tal que se confesó incapaz de criticarla en aspecto alguno. También valoró como magnífico el acuerdo alcanzado anteayer con el Fondo, destacando que el Gobierno planteó lo que debía plantear. Luego analizó, aprobatoriamente, cada una de las cuatro cuestiones en torno de las cuales giraron las discusiones.
A esa altura, en el suntuoso salón de Sarmiento esquina Libertad, sede de la añeja entidad que preside el abogado Bartolomé Tiscornia, esposo de la escritora Lucía Gálvez, y uno de cuyos vocales es el politólogo Rosendo Fraga, predominaba la impresión de que Broda no había podido sustraerse a la seducción del kirchnerismo. Sin embargo, los concurrentes al tradicional almuerzo de los miércoles, en cuya agenda figura ya una próxima presencia del ministro Lavagna, fueron rápidamente salvados de su error por el invitado de honor. Entre los que respiraron aliviados estaba Horacio Tomás Liendo (h).