Unos tres mil jóvenes retomaron durante el último mes sus estudios en las escuelas medias porteñas. Así lo precisó ayer el jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, al hacer un balance del Plan de Deserción Cero que puso en marcha con el propósito de que puedan completar el secundario aquellos chicos que lo abandonaron. “La educación sigue siendo la mejor herramienta frente a distintos problemas”, destacó Ibarra y a modo de ejemplo señaló que “tener a los chicos dentro del sistema educativo también ayuda a solucionar el problema de la seguridad”.
El Plan de Deserción Cero implementado por las autoridades porteñas contempló la inauguración de cinco escuelas de reinserción –otro establecimiento similar empezará a funcionar el mes próximo en Barracas–, diseñadas especialmente para atraer y retener a los menores de 19 años que abandonaron sus estudios medios. Ibarra lanzó la iniciativa hace un mes y junto a la secretaria de Educación de la comuna, Roxana Perazza, precisó cuáles fueron los resultados desde entonces hasta la fecha.
De los 2917 jóvenes que se reincorporaron al sistema educativo, 316 se inscribieron en las escuelas de recuperación, que entre otras facilidades les ofrecen una reducción en la cantidad de materias de cursado simultáneo y les reconocen los estudios realizados en otros establecimientos mediante un régimen especial de equivalencias. Otros 775 adolescentes volvieron a inscribirse en las escuelas secundarias, para lo cual se dispuso la apertura de 31 nuevas divisiones.
Según el detalle brindado por la Secretaría de Educación porteña, hubo también 236 chicos que se anotaron en Centros de Enseñanza para Adultos Jóvenes (CENS). Por último, 1590 participarán del Programa de Adultos 2000, que permite rendir materias libres sin necesidad de cursarlas.
“En esta primera etapa estamos muy conformes y muy comprometidos, ya que el resultado de la convocatoria nos lleva a redoblar el compromiso”, declaró Ibarra y subrayó la importancia de la escolarización de la juventud. “Cuando se discute el problema de la seguridad no sólo habría que ver cuánta policía hay en la calle y si se establecen penas más o menos duras, sino también qué pasa con los jóvenes que no trabajan y no estudian y qué se hace para revertir esa situación”, dijo Ibarra. También agregó que la educación resulta fundamental para “acceder a puestos de trabajo”.
Ibarra consideró que en los resultados de la primera etapa de implementación del Plan Deserción Cero fue clave que las familias se involucraran, acercándose con sus hijos a consultar sobre la iniciativa a los Centros de Gestión y Participación (CGP). Como parte del programa, docentes que cumplían funciones en la Secretaría de Educación porteña fueron reasignados a los CGP, donde actuaron como “promotores educativos” y guiaron a los jóvenes y sus familiares.
“Los promotores de educación seguirán estando presentes en el marco de la campaña de deserción durante todo el año, acompañando y sosteniendo las inscripciones”, precisó Perazza. “El análisis que hago yo es que los familiares sintieron al Estado como aliado al lograr que los chicos sigan estudiando”, afirmó el jefe de Gobierno porteño.
Ibarra adelantó que el programa continuará todo el año, con un segundo lanzamiento después de las vacaciones de invierno y mantendrá la convocatoria reforzada con la apertura de nuevas escuelas. “El plan se refuerza también con el aumento de las becas, e incluso se está adelantando el pago que permitirá consolidar y mantener la población escolar”, agregó. Durante 2004, se entregarán 35 mil becas, cuyos montos serán de 250 y 500 pesos y se pagarán en dos cuotas. El plazo para inscribirse al Programa de Becas Estudiantiles vence el próximo viernes.