EL PAíS
› BUSCAN LA MANERA DE FINANCIAR LOS PLANES SOCIALES
El misterio de los fondos
El Gobierno quiere asistir a 2 millones de desocupados.
Pero aún no sabe de dónde sacará la plata. Podría aumentar las retenciones o esperar un desembolso del BID y el Banco Mundial.
El presidente Eduardo Duhalde anunciará esta semana, probablemente por cadena nacional o algún otro formato televisivo, el plan social que espera convertir en el caballito de batalla de su gestión: una ayuda de 150 pesos para más de 2 millones de desocupados. Pero la otra cara del anuncio es que el plan todavía no tiene asegurada su financiación, sobre todo si la ampliación de las retenciones a las exportaciones queda en veremos. Hay quienes hablan de sacar los recursos de las retenciones que ya se aplican o de préstamos internacionales que, se supone, llegarán en unos meses más. Para otros, esos fondos ya están comprometidos por lo que –más allá de los anuncios optimistas– la suerte de los jefes y jefas de hogar sin trabajo permanece en la nebulosa.
Al menos, los preparativos están en marcha. El ministro de Trabajo, Alfredo Atanasof, dedicó buena parte del fin de semana largo a supervisar el operativo de distribución de las solicitudes del beneficio a los municipios del interior del país. “Lo que pretendemos es que una vez que el Presidente haga el anuncio, no haya ningún municipio sin solicitudes”, explicó el ministro a este diario. A bordo de las camionetas del ministerio, se distribuirán unas 2 millones de solicitudes por todo el país.
Actualmente, el beneficio es recibido por 400 mil personas que corresponden a los 750 millones de pesos que figuran en el Presupuesto 2002. Pero la intención del Presidente y de su mujer, Hilda “Chiche” Duhalde, es que la ayuda se cuadruplique y llegue a 2 millones de beneficiarios. La extensión será gradual. Primero llegará a los jefes y jefas de hogar sin trabajo con hijos menores de 18 años que, según las mediciones del Indec, son 650 mil, pero en la Rosada suponen que deben andar cerca del millón. Luego abarcará también a los jóvenes y a los mayores de 60 años que no tengan beneficios previsionales, una masa que también rondaría el millón de personas.
De no mediar imprevistos, Duhalde haría el anuncio el viernes entre bombos y platillos. Según los cálculos que hacen en Trabajo, las solicitudes se recibirán hasta el 15 de mayo. Está previsto un primer control de la veracidad de los datos de los solicitantes a cargo de los consejos multisectoriales que se formarán en cada municipio y, después, el ministerio se encargará de entrecruzar los datos de las solicitudes con los padrones que tiene en su poder, cuestión de asegurarse que la persona interesada no esté recibiendo ya algún tipo de ayuda oficial. Con suerte, entonces, los primeros días de junio podrían empezar a cobrar sus 150 pesos los primeros beneficiarios de este nuevo tramo del programa extendido.
Con lo pautado en el Presupuesto alcanza para abonar, al menos, los primeros meses. Pero cuando los recursos se agoten comenzarán las dudas sobre la continuidad del plan, dado que no está respaldado su financiamiento hasta fin de año. Cerca de Chiche Duhalde suponían que los recursos saldrían de la ampliación de las retenciones a las exportaciones que –básicamente– caerían sobre el sector agropecuario. Si el Presidente se resiste a tomar esa decisión, quedaría tomar parte de lo que se recauda por retenciones a otros sectores exportadores como el del petróleo. Pero en Economía no están convencidos de darle un destino social a esos recursos, máxime si no se amplían las quitas al sector exportador. Para Economía es fundamental mejorar la recaudación fiscal de manera de conformar a los técnicos del FMI y conseguir la ayuda financiera prometida.
El plan B es que éste se financie con un préstamo del BID y el Banco Mundial de 2 mil millones que deben destinarse a fines sociales. El problema es que, como el huevo y la gallina, este préstamo está atado a que el país consiga un acuerdo con el Fondo. Si, como espera la Rosada, el acuerdo recién podrá anunciarse en mayo, el dinero podría comenzar a llegar en junio, justo cuando comience a pagarse el beneficio. No obstante, Chiche Duhalde tiene en carpeta realizar un viaje a Estados Unidos para mostrar el drama social que vive el país a algunas personalidades clave del establishment norteamericano. Uno de ellas sería el titular del BID, Enrique Iglesias, a quien conoce desde la época de las manzaneras en la provincia. Allí, Chiche espera conseguir que el BID deje de supeditar el envío de ayuda de un acuerdo con el FMI, de manera de dotar de alguna consistencia al plan que esta semana anunciará su marido.