Mar 27.04.2004

EL PAíS  › LA PELEA DE KIRCHNER Y DUHALDE

Y aquí no pasó nada

Fue de manual. Primero uno dijo una palabra de más. Después la dijo el otro. Y finalmente los dos, a través de terceros, repitieron que aquí no ha pasado nada. Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde hace tiempo que vienen jugando al juego de la pelea, pero cuando llega el momento de la definición dejan de tirar la cuerda. Y hasta en su entorno insinúan con la posibilidad de un encuentro en los próximos días para una foto que aleje cualquier fantasma.
La discusión se había precipitado cuando Duhalde dijo que la Argentina “todavía no es un país confiable” y luego su mujer consideró un “exceso” pedir la captura internacional de Carlos Menem. En ese contexto, Kirchner devolvió el golpe con una vieja queja: que la devaluación dispuesta durante la gestión duhaldista fue “desprolija”.
Cuando parecía que todo iba a estallar, los protagonistas comenzaron a dar marcha atrás. Del lado de Duhalde, fue Chiche quien puso paños fríos. “Fue una diferencia de opiniones, no voy a perder ni un minuto en este tema”, arrancó sobre los dichos de su esposo. Y al aludir sobre sus propias afirmaciones dio muestras de arrepentimiento. “Saben lo que he pensado y pienso sobre Menem: me pareció que, en este caso en particular, podría haber un exceso, pero tal vez cometí el error de opinar, tenía que habérmelo quedado, no imaginé que podía traer tanto revuelo”, sostuvo.
Chiche habló mientras su marido firmaba en Asunción, junto al vicepresidente Daniel Scioli y su par paraguayo Luis Castiglioni, una declaración en la que se aprobó por unanimidad el ofrecimiento del dos de Kirchner para que la Argentina sea sede en la III Reunión de Presidentes de los Congresos del Mercosur, que se realizará a fin de año.
El trío compartió luego un almuerzo en el Hotel Las Margaritas y la gira terminó sumiendo a Duhalde y Scioli en un nuevo desafío de ajedrez, a tres partidas, que ganó el ex presidente. En ese marco de distensión, el ex mandatario no descartó una reunión con Kirchner, aunque dijo que efectivamente aún no había nada pautado. De producirse deberá ser entre hoy –cuando Duhalde regrese de Paraguay– y mañana, ya que luego el ex mandatario emprenderá una nueva gira.
Desde la Casa Rosada, la avanzada para descomprimir la tensión que generaron los cruces entre el ex y el actual mandatario se registró por varios frentes. Primero fue el ministro del Interior, Aníbal Fernández. “La alianza no se rompió”, dijo, y se mostró confiado en que la discusión “seguramente se superará”, dado que se trata de “distintas maneras de apreciar la coyuntura” de dos hombres “de mucha estatura política”. Fernández agregó que los diferentes puntos de vista sobre la devaluación y la economía argentina “no conforman cuestiones de fondo”, y se mostró confiado en que la “discusión se superará seguramente”.
Por su parte, Alberto Fernández, el jefe de Gabinete de Kirchner, reiteró que las diferencias sobre la manera en que se devaluó es una discusión “vieja”, y negó que ello fuera a repercutir en el Congreso, donde el duhaldismo mantiene su hegemonía.
Ese mismo discurso asumió un viejo amigo de Fernández, el hoy presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Jorge Argüello. “Todas las leyes que el Ejecutivo ha pedido han salido y muchas han sido votadas de un modo absolutamente mayoritario por las cámaras y casi en soledad por el bloque del PJ”, reseñó. En ese sentido agregó: “Ninguna ley ha sido votada con el bloque dividido y no hay ningún elemento que me haga prever que eventuales diferencias de hechos del pasado o sobre el presente puedan derivar en un resquebrajamiento en el bloque oficialista”.

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