“Indignos”, “sin altura moral”, “sin credibilidad y voluntad de cambio”, “claudicadores” fueron algunos de los calificativos que los obispos y arzobispos de la Iglesia Católica le dedicaron a la dirigencia política en las misas y mensajes que tuvieron lugar en todo el país durante el domingo de Pascuas.
Las críticas comenzaron el sábado a la medianoche cuando el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, dijo en la misa de Vigilia Pascual que la población argentina “está sufriendo mucho por el egoísmo y la ambición, el robo y la corrupción”. Pero las declaraciones más duras vinieron de las provincias más pobres del país.
“La política social parece tener el objetivo de favorecer a simpatizantes y lograr el sometimiento de las masas” declararon los sacerdotes de Santiago del Estero, luego de una reunión con el obispo de la provincia, Juan Carlos Maccarone. “La alianza entre el poder político y el económico permite la concentración de la riqueza en pocas manos, mientras que miles de santiagueños se hunden cada vez más en la miseria”, agregaron.
En Chaco, el arzobispo de Resistencia, Carmelo Juan Giaquinta, opinó que “la Argentina de hoy huele muy mal” y que “la claudicación de la dirigencia política ha sido colosal”.
Por su parte, los obispos de Jujuy, Marcelo Palentini, y de Humahuaca, Pedro Olmedo, declararon que “los políticos no tienen altura moral para dejar a un lado los intereses propios o partidarios para acudir en auxilio del moribundo”. Los religiosos, en su mensaje a la comunidad por las fiestas de Pascuas, agregaron que “es una inconsciencia y es indigno que, mientras el pueblo esté pasando hambre, ellos gocen de unos privilegios irritantes”.
En Mar del Plata, el obispo José María Arancedo, afirmó que “nuestra Patria se encuentra herida por el pecado de la deshonestidad y el flagelo de la desocupación, por la inequidad económica y la pobreza creciente, y por un vacío de credibilidad y voluntad de cambio de su clase dirigente”.