EL PAíS
› PIQUETEROS Y PARTIDOS TOMARON PLAZA DE MAYO EN EL DIA DEL TRABAJADOR
La Plaza de la izquierda
Unos 40.000 militantes del arco social y político mostraron unidad y repudiaron la criminalización de la protesta. Consignas y convocatorias en un día tranquilo.
El cartel que hacía de fondo en el palco enumeraba los puntos de reclamo de la convocatoria: Salario y trabajo, 350 pesos para todos los desocupados, rechazo al pacto Kirchner-FMI, un gobierno para los trabajadores, y la salida de Estados Unidos de Irak. Pero, aunque no figuraba expresamente en esa lista, uno de los objetivos del acto de Plaza de Mayo era aprovechar la confluencia de decenas de agrupaciones piqueteras enfrentadas al Gobierno, partidos de izquierda y organizaciones sindicales, para acordar un agenda y una postura opositora común para todo ese arco político. La meta, al igual que el año pasado, era mostrar unidad. Tras ese blanco, cerca de 40 mil personas celebraron el Día del Trabajador en Plaza de Mayo, aunque la mayoría de ellos eran desocupados. La jornada expresó además el repudio generalizado del movimiento social al fallo de la Cámara de Casación que establece que cortar calles es delito.
Desde las 16 las columnas comenzaron a llenar la mitad de la Plaza que no está cerrada por las vallas. Llegaba gente por las diagonales Norte y Sur, por Avenida de Mayo y algunos salían de las bocas de la Línea A de subte. Entre mate, factura y choripán, fueron cubriendo todos los espacios frente al palco. A espaldas del escenario, la Casa de Gobierno era una postal del feriado: no había una sola persiana abierta.
“Hay que hacer un lugar entre el MTL y el Polo Obrero, para que se coloque el MIJD y también pueda entrar el Teresa Vive, con espacio para todos”, repetía uno de los coordinadores desde un micrófono. Aunque se refería a las posiciones que debía tomar cada columna en una Plaza en la que casi no quedaban claros, esas mismas palabras hablaban sin querer de lo que cada agrupación buscaba en el acto de ayer: la coordinación de medidas de lucha unificadas y una imagen de unidad entre las agrupaciones piqueteras, y entre los partidos de izquierda.
Todos los discursos (los oradores fueron más de 20) coincidieron en que esa unidad debe empezar por “arrancarle la conducción de los gremios a los burócratas sindicales”. “En diciembre de 2001 supimos cómo hacer para echar un gobierno, pero ahora necesitamos un planteo sobre cómo ser gobierno”, dijo la legisladora porteña del MST-Izquierda Unida, Vilma Ripoll. “La izquierda –señaló– debe buscar una salida, y el MST propone unirse para trepar en los sindicatos y correr a la burocracia gremial; pero falta una segunda propuesta, que es la política: y esa propuesta es que la izquierda y los trabajadores se unan en las listas políticas con las mismas coincidencias con las que se unen en las sindicales”.
Los oradores destacaron además la necesidad de que la nueva alternativa de la izquierda “surja desde la clase obrera, y no desde acercamientos a los tibios movimientos de la centroizquierda”. Como muestra de ese trabajo de escalada necesario dentro de los gremios, el acto fue abierto por el delegado general de los trabajadores de Transportes del Oeste, que 20 días atrás llenaron, bajo un diluvio, la Plaza de Mayo con sus micros en reclamos de mejoras salariales, y la reincorporación de empleados despedidos. “Hicimos ese pedido, en la ruta de conquistar los sindicatos e instalar una conducción obrera”, dijo Carlos Pacheco, escoltado por un grupo de choferes de la zona Oeste.
En la Plaza estaban el MIJD de Raúl Castells (aunque sin su líder, de viaje en Tucumán), el MST, el Partido Obrero, el Polo Obrero, el PC, el Movimiento al Socialismo (MAS), Convergencia Socialista, el MTL, la FTC, el MTR y las demás agrupaciones que conforman la Asamblea Nacional de Trabajadores, el PTS, el Movimiento por un Pueblo Libre, el PRL, la CTD Aníbal Verón, asambleas populares de la capital y el conurbano, la Mesa Coordinadora de Jubilados de la CTA, delegados de Metrovías, trabajadores de Zanon y el MTD Aníbal Verón Varela que llegó a la Plaza luego de un corte en el Puente Pueyrredón al mediodía.
A pesar de la ausencia de Castells, las palabras más duras fueron las de su esposa, Nina Pelosso. “Tenemos que pedir la renuncia de Kirchner y de Solá, no nos podemos dejar engañar más”, dijo Pelosso, en línea con lo expresado en varias oportunidades por el líder del MIJD. Además de un paso hacia la conformación de un frente político común, el acto de ayer fue un grito colectivo de los sectores sociales y de la izquierda contra el fallo del Tribunal de Casación Penal que dictó el procesamiento de nueve obreros ferroviarios por considerar que el corte de vías (igual que el de calles y rutas) constituye un delito, más allá del legítimo derecho de reclamo. “Contra ese fallo, el 12 de mayo vamos a cortar rutas en todo el país”, anunció el líder del Polo Obrero, Néstor Pitrola, y aseguró que en la jornada participará la CCC. “El 12 vamos a romper el candado que le puso el Gobierno a un millón de planes sociales”, aseguraron. El plan de lucha lanzado ayer, prevé además una convocatoria a una “marcha federal” entre el 8 y el 12 de junio, que desembocará en la Plaza de Mayo.
Ayer también la coyuntura se metió entre las consignas de reclamo: “Ni Kirchner, ni Blumberg, por una oposición política de clase”, se leía en una bandera ubicada a un costado del palco, y junto a ella se encontraban varios familiares de víctimas del gatillo fácil. “Acá se le da todo el espacio a Blumberg, que pide mano dura, y lo que se consigue es la criminalización de la protesta social”, dijo Raúl Godoy, secretario general de Zanon que viajó desde Neuquén junto a un grupo de trabajadores para participar del acto por el Día del Trabajador. Cerca de las 19, cuando el frío había ganado la Plaza, las columnas comenzaron a desconcentrarse.
Informe: Alfredo Ves Losada.
Subnotas