Mié 12.05.2004

EL PAíS

San Luis no parece el cuento de hadas de Rodríguez Saá

Está instalado que San Luis es una provincia próspera. Pero un estudio asegura que la pobreza y la mortalidad infantil superan la media.

La idea está instalada: San Luis es una provincia próspera y moderna, con un buen nivel de desarrollo industrial y con números macroeconómicos favorables. Pero no todo lo que reluce es oro y hay estadísticas que hacen pensar que, en verdad, los hermanos Rodríguez Saá supieron vender al resto del país una imagen que mejora lo que realmente hicieron en los 20 años que llevan en el poder. Así se deduce de una investigación que a partir de datos recopilados por el Indec realizó Equis, la consultora que dirige Artemio López, y que revela que en ese distrito la pobreza y la mortalidad infantil superan la media nacional y que el nivel de ingresos de los puntanos está muy por debajo del promedio del país.
El estudio de Equis reconoce en un principio que San Luis es la provincia de menor desempleo a nivel nacional, con una tasa un 75 por ciento más baja que la media nacional y un 67 por ciento inferior a la región de Cuyo en la cual se ubica. Sin embargo, después de repasar todos los indicadores socioeconómicos, López concluye que “la provincia muestra el desarrollo de un proyecto de generación de empleo abundante, fuertemente promovido mediante planes oficiales, asociado a una muy fuerte regresividad distributiva, niveles generales de ingreso familiar extremadamente bajos y cuadros socioambientales de mucha postergación”.
De la profundización del análisis de los datos sobre la situación del empleo en la provincia surge que entre los habitantes de San Luis que se consideran ocupados, casi el 10 por ciento son, en realidad, beneficiarios del Plan de Inclusión Social. Se trata de un programa impulsado por el gobierno de Rodríguez Saá que supone la realización de tareas comunitarias a cambio de una ayuda económica no remunerativa de 300 pesos mensuales.
Aun así, la investigación de Equis reconoce que “la situación ocupacional cuantitativa de San Luis es la mejor del país”. Pero también advierte que “cuando se observan los indicadores de ingreso y se ingresa en un análisis cualitativo la perspectiva se altera drásticamente”.
Es que el ingreso promedio en esa provincia es de 425 pesos mensuales y la mitad de sus habitantes no percibe siquiera 300 pesos al mes. En virtud de esas cifras, San Luis ocupa el lugar 26 en la tabla de posiciones, con un ingreso por persona un 23 por ciento por debajo de la media nacional.
El dato de lo que percibe cada puntano cobra relevancia cuando se lo compara con el valor de la línea de pobreza. Se comprueba entonces –según Equis– que el ingreso promedio en San Luis es un 38,4 por ciento inferior al valor que determina la frontera entre ser pobre o no. La provincia tiene así la peor brecha ingreso promedio/pobreza de la región cuyana y pierde también en la comparación con la media nacional por más de diez puntos.
No resulta llamativo, por lo tanto, que la misma investigación revele que “San Luis registra más pobreza que el elevado nivel nacional” con un índice de 50,4 por ciento. Equis considera “crítica” la situación de los niños, ya que el 58,1 por ciento de los menores de 15 años son pobres y el 27,9 es indigente.
La comparación entre los ingresos del 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre de la población tampoco favorece a la provincia: la brecha entre unos y otros creció un 72,6 por ciento en los últimos trece años, en sintonía con el proceso de concentración del ingreso que se registró en la década del ‘90.
La mortalidad infantil también supera en la provincia de los Rodríguez Saá al promedio nacional. Equis precisa que la incidencia de la mortandad de menores de un año en San Luis resulta un 9,2 por ciento más intensa que la media de todo el país.
En función de estos datos, López sostiene en las conclusiones del estudio que “el de San Luis resulta un formato de gestión provincial de tipo populista-conservador, donde el crecimiento económico se asocia al ordenamiento fiscal, enclaves productivos privados de baja o mediana productividad y planes públicos de desarrollo de infraestructura social con alto impacto en los niveles de empleo”. El titular de Equis agrega que está generalizada la categoría “trabajador pobre”, es decir trabajadores cuyos ingresos no les permiten superar la línea de la pobreza. Y dice también que en la provincia “el acceso al mercado de trabajo no supone el inicio del ciclo de movilidad social ascendente, sino la obtención de ingresos que permitan la estricta sobrevivencia del hogar”.

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