EL PAíS
Los radicales buscan el rumbo en su encuentro de Mar del Plata
Bajo la tutela de Angel Rozas, centenares de dirigentes debaten temas puntuales y la estrategia a seguir. Cuentan con seis gobernadores, 500 intendentes y 76 legisladores nacionales.
› Por José Natanson
“Tenemos 6 gobernadores, 500 intendentes, 76 diputados y senadores.” El dirigente radical enumera una y otra vez los restos de poder institucional que aún conserva el viejo partido. Lo repite como si fuera el Padrenuestro, en uno de los recreos del Encuentro Nacional de Intendentes y Concejales que la UCR concretó en Mar del Plata. Y cada vez que lo dice parece más tranquilo, más aliviado.
Ayer, unos 300 radicales se reunieron para escuchar al titular del partido, Angel Rozas, para debatir en comisiones temas como la crisis energética o la autonomía municipal y para buscar en conjunto un rumbo para el futuro.
No es el peor momento. El colapso de la gestión de Fernando de la Rúa y el resultado de las presidenciales de abril habían puesto al radicalismo en una situación de crisis inédita. Sin embargo, la seguidilla de elecciones provinciales del año pasado abrió una pequeña luz de esperanza: la UCR carecía de figuras nacionales y de un discurso político claro, pero al menos lograba retener algunos distritos importantes, como Mendoza y Río Negro, y ganaba sorpresivamente otros, como Tierra del Fuego.
Ahora, pasados aquellos días de tibia recuperación, la idea es reencontrar un lugar en la escena nacional. Aunque el encuentro apuntaba justamente a buscar esa estrategia, el clima terminó siendo más bien nostálgico. Se notó en el discurso del intendente anfitrión, Carlos Martín, que aludió a héroes partidarios lejanos, como Yrigoyen y Alfonsín. Y podía verse en los afiches pegados en las paredes del hotel, con fotos de Sergio Karakachoff, la Conadep y el Juicio a las Juntas. O en la mesita que vendía escuditos partidarios y un libro con la versión completa del discurso de Alfonsín de Parque Norte.
La nostalgia se mezclaba con críticas al peronismo y, sobre todo, a los emigrados del partido. “Somos un partido en serio, con poder institucional y una conducción que funciona, y nos ignoran olímpicamente. En cambio, Carrió y López Murphy no tienen nada y son figuras nacionales”, se quejaba Mario Losada, jefe del bloque de senadores. “Lo que pasa es que nos falta un vocero. Ellos tienen sólo a los medios, pero hoy en día parece que con eso alcanza”, completaba Leopoldo Moreau.
Moreau y Losada, frustrados candidatos en las elecciones de abril, se mezclaban con lo que los dirigentes de la UCR definen como el grupo de “radicales exitosos”, aquellos que a pesar de la debacle lograron retener poder territorial. Estaban, entre otros, el gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, el de Tierra del Fuego, Jorge Colazzo, y el intendente de Neuquén, Horacio Quiroga. También estaba Margarita Stolbizer, que en las elecciones bonaerenses salvó a su partido de la derrota total y ahora tiene una doble tarea por delante: enfrentar a López Murphy en los comicios provinciales del año que viene y consolidar su figura para acompañar a Rozas en el 2007.
Consolidado al frente de la UCR, Rozas es uno de los defensores de la idea de “radicalismo exitoso” como contracara del radicalismo de oposición parlamentaria. Dos veces gobernador de Chaco, el titular de la UCR no sólo consiguió que su delfín, Roy Nikistch, lo sucediera en su provincia, sino que logró una proeza notable: con su apoyo, Moreau obtuvo en el Chaco el segundo lugar en las elecciones presidenciales, con el 20 por ciento de los votos.
“Yo demostré en mi provincia que se puede gobernar respetando los idearios radicales”, comenzó Rozas su discurso. “Nuestro partido tiene muchos dirigentes que no tienen que pedir disculpas por lo que han hecho, que gestionan exitosamente sus distritos. Por eso no tenemos que seguir apichonados por el fracaso. Tenemos que volver a meternos en los barrios,volver a sudar la camiseta, para pelearle mano a mano al peronismo las elecciones del 2007”, concluyó.
No será una tarea fácil. Rozas no sólo tiene que recuperar la dimensión nacional del partido, amalgamando los focos de poder territorial, sino que además debe encontrar un discurso coherente de oposición. Su objetivo es recrear un radicalismo “nacional y progresista”, lo cual suena bastante parecido a los planes del Gobierno.
En cualquier caso, lo de ayer al menos sirvió para que los dirigentes de la UCR se dieran ánimos y trazaran planes para el futuro. Hoy, cuando finalice el encuentro, seguramente se irán más tranquilos. Y si no, siempre tienen la posibilidad de pedir ayuda: en el hotel en donde se desarrolló el encuentro, al mismo tiempo pero un piso más arriba, ayer se concretó la reunión de la Amfra, la Asociación de Médicos Forenses de la República Argentina.