EL PAíS
› DUHALDE ENCABEZO DOS ACTOS RECORDANDO MALVINAS
“Son más nuestras que nunca”
El Presidente estuvo en Ushuaia con los veteranos y en el Regimiento Patricios con la cúpula militar. El tono de los actos fue el de evocar una gesta sin pizca de autocrítica.
El presidente Eduardo Du-halde prácticamente dedicó su día a los recordatorios por el vigésimo aniversario de la guerra de Malvinas, cuestión de dejar conformes tanto a ex combatientes como a militares que hicieron sus actos a cientos de kilómetros de distancia. En Ushuaia, ante 1500 veteranos, el Presidente tocó la cuerda emotiva. “Las Malvinas son más nuestras que nunca. Las lágrimas y la sangre de nuestros héroes regaron las islas. No hay título de posesión más fuerte que el que otorga la sangre”, dijo en el sur. En el Regimiento de Patricios, ante los jefes militares, prenunció más sacrificios, cuestión que no lo fastidien con reclamos presupuestarios. “Los próximos meses de Argentina estarán llenos de duros momentos de los que sólo saldrá airoso con coraje y una acabada recuperación de la conciencia nacional”, anticipó. Si algo unió a los dos actos fue el recordatorio de Malvinas como una gesta, sin matices de autocrítica.
Duhalde debió dividirse para no herir susceptibilidades. Su presencia en el acto que las organizaciones de veteranos venían organizando desde hacía años en Ushuaia nunca estuvo en duda. Pero a las autoridades militares no les resultaba atractivo un masivo traslado hacia el sur –que imaginaban muy costoso– y preferían un acto importante en Buenos Aires. Además, y basta recordar el escrache que le hicieron el lunes a la noche al ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, algunas agrupaciones de ex combatientes son contestatarias y podrían hacerles pasar un mal momento a los jefes de las Fuerzas Armadas. Para no entrar en problemas, Duhalde consiguió que los militares pasaran su recordatorio a la tarde y así cumplir con ambos.
“Vamos a recuperar las islas volviendo a poner en pie al país”, dijo Duhalde en Ushuaia. El Presidente no consiguió gran emotividad cuando enumeró los pasos que dará el país para obtener la soberanía sobre el archipiélago: “Reinsertando al país en la economía mundial, cumpliendo con nuestros compromisos, avanzando nuestras negociaciones diplomáticas, profundizando las relaciones con los actuales habitantes de las islas”.
Los ex combatientes llegaron al sur en caravana desde todas las provincias. La vigilia la pasaron tanto en Río Grande como en Ushuaia, lugar elegido para el acto porque es la capital de la provincia a la que pertenecen las islas. Ayer a la mañana, el millar de veteranos caminó hacia la plaza donde se realizaría el acto portando una bandera argentina de dos kilómetros de largo. Veinte años después de haber sufrido tanto el frío de las islas, los ex combatientes pudieron disfrutar de un día por demás benévolo para la zona: hubo sol, sin viento e hizo más de 10 grados.
El tenor Darío Volonté, uno de los sobrevivientes del crucero “General Belgrano”, entonó desde el palco el Himno, la marcha “Aurora” y la “Marcha de Malvinas”. Con su presencia, Duhalde ya se había ganado la simpatía de los ex combatientes. Porque si bien el presidente de la Federación de Veteranos, Héctor Beiroa, reclamó la puesta en marcha de “una política de Estado activa” que solucione los problemas de quienes debieron pelear en Malvinas, también destacó la presencia de Duhalde. “Debe ser la primera vez en 20 años que un presidente de la Nación asiste a un acto con los veteranos de guerra, reivindicando la gesta de Malvinas”, agregó.
El tono de “gesta” al recordar la guerra fue el dominante de los discursos, con clímax en el que pronunció el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Juan Carlos Mugnolo, en el acto que organizaron las Fuerzas Armadas en el patio del Regimiento de Patricios, en Palermo. “Malvinas es un objetivo nacional irrenunciable”, avisó Mugnolo, y habló de lo sucedido durante la guerra como “un ejemplo de identidad nacional y amor a la Patria”.
Mugnolo compartió la primera fila de un pequeño estrado junto a Duhalde y el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena. En segundo lugar se ubicaron los jefes de las tres Fuerzas Armadas, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el presidente de la Cámara de Senadores, Juan Carlos Maqueda.Hubo varios palcos con invitados especiales y toda una formación de unidades militares que desfilaron como cierre del acto.
El primer orador fue el titular de otra Federación de Veteranos, Marcelo Sánchez, quien pidió que se creara la Comisión Nacional de Veteranos de Guerra. Luego Mugnolo habló del cambio de escenario estratégico operado en los últimos años en el mundo y la amenaza que significa el terrorismo fundamentalista que ya perpetró dos atentados en el país. El jefe militar no hizo esta vez ningún reclamo presupuestario pero sí mencionó la “preparación especial” que los militares argentinos necesitarán ante “la globalización del terror”.
El Presidente fue breve. Calificó a Malvinas “como la última gesta nacional”, al 2 de abril como “un día memorable” y a los veteranos como “nuestros últimos héroes del siglo XX”. El toque emotivo llegó cuando se hizo silencio y se cumplieron con las salvas de honor para los caídos en el conflicto. Duhalde echó mano a Borges para explicar lo que se conmemoraba: “hay derrotas que tienen más dignidad que la batalla ganada”.