EL PAíS
› PIDEN QUE EL DIARIO “LA NACION” MENCIONE A LOS DESAPARECIDOS
Para que no vuelvan a desaparecer
El diario se negó inicialmente a publicar un aviso fúnebre porque figuraba una desaparecida. La familia reclama que cambien las normas.
Mabel Itzcovich murió el 29 de mayo. Su hija Ana Feldman quiso recordarla en el diario La Nación pero ese deseo le trajo aparejada una angustia adicional que debió sumar al proceso de duelo. Ese matutino se negó a publicar el texto porque allí se incluyó a otra hija de Itzcovich, Laura, que está desaparecida desde 1978. Con sus reclamos, Feldman logró que el aviso fúnebre saliera, aunque dos días después y no de la misma manera en la que había sido escrito originalmente. Para que esta situación no se repita, la mujer solicitó al periódico que se rectifique públicamente y que, de existir reglas internas que impidan mencionar a los desaparecidos en las necrológicas, éstas sean modificadas.
Antes de partir hacia el cementerio, al día siguiente de la muerte de su mamá, Ana Feldman se comunicó con el matutino para solicitar que se publique un recordatorio con el siguiente texto: “Itzcovich, Mabel, falleció el 29-5-2004. Ana Nora y Laura (desaparecida) Feldman participan con dolor su fallecimiento e invitan a recordarla como amiga y compañera”. Horas después, Feldman recibió en su correo electrónico una respuesta tan inesperada como dolorosa. En el mail, un representante de La Nación le explicaba que el aviso no podía publicarse porque “una participación fúnebre sólo pueden hacerla personas físicas (con vida) y personas jurídicas como empresas, SRL, etc., por normas de publicación de nuestro diario”.
Ante la angustia por no poder informar el fallecimiento de su madre, Feldman concurrió al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) para asesorarse. Si bien sus reclamos y el de la entidad lograron que un texto similar fuera publicado el 2 de junio (con el nombre de su hermana como homenaje), la mujer decidió enviar una carta al matutino en la que destaca que “rechazar un aviso por considerar que las personas desaparecidas no pueden ser incluidas en las categorías de ‘vivos’ o ‘muertos’ genera un dolor y un perjuicio en sus familiares que debe ser reparado”.
Por ese motivo y porque se ve afectado “el derecho a la verdad y al respeto por la incertidumbre de la familia de los desaparecidos en saber el lugar donde se encuentran éstos”, Feldman solicitó a La Nación una pronta rectificación de la actitud adoptada y que en caso de poseer el periódico reglas de estilo para los avisos fúnebres, “se modifiquen dichos manuales con relación a la utilización de la palabra desaparecido/a”.
Esta no es la primera vez que La Nación da una respuesta como ésta. El 24 de abril de 2002 también se negó a publicar un aviso fúnebre de María Adela Gard de Antokoletz porque mencionaba la palabra “desaparecido” junto al nombre de su hijo Daniel. Sólo después de que se mencionó el tema en Página/12 el diario accedió a su publicación.
“No hay duda de que es una decisión política y no administrativa. Al no aceptar que aparezca la palabra desaparecido, La Nación está desconfiando sobre su existencia. Con esta actitud, este diario parece desconocer una realidad que ya fue reconocida y asumida por el Estado argentino en reiteradas oportunidades”, consideró Feldman. De hecho, la figura de desaparecido está reconocida explícitamente por las leyes 24.321 y 24.411 de 1994, y a nivel internacional, por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La mamá de Ana Feldman, Mabel Itzcovich, fue una mujer apasionada por el cine. Quienes la conocieron no sólo la recuerdan como realizadora sino que también destacan su labor como pionera del periodismo cinematográfico. Luego de que un grupo de tareas le allanó su casa, tuvo que exiliarse en Roma donde vivió hasta 1984. El 18 de febrero de 1978 su hija Laura, de tan sólo 18 años, fue secuestrada por las fuerzas de la dictadura militar y desde ese entonces permanece desaparecida.
Informe: Martina Noailles.