EL PAíS
En una cumbre con los suyos, Duhalde pidió apoyo para Kirchner
Eduardo Duhalde se reunió sigilosamente en el despacho de Eduardo Camaño con sus principales hombres en la Cámara de Diputados. Pidió apoyo para el Gobierno y, de paso, hizo un gesto para mostrar quién maneja a los legisladores bonaerenses.
› Por Eduardo Tagliaferro
No hubo declaraciones, ni documentos, ni imágenes oficiales. Tan sólo fotos de asalto a Eduardo Duhalde cuando se retiraba del Congreso. Fue un gesto político y como tal tiene tantas interpretaciones como colores y matices tiene el peronismo. El encuentro en el despacho del titular de la Cámara baja, Eduardo Camaño, duró dos horas. Junto al dueño de casa, y al lado de Duhalde, estuvo el también bonaerense Alfredo Atanasof. Momentos más tarde se sumó el jefe del bloque del PJ, José María Díaz Bancalari. Oficialmente se anunció que se habló de la construcción del Puente Buenos Aires-Colonia. Con reserva de su nombre alguno de los participantes reconoció que Duhalde pidió el acompañamiento de los proyectos de gobierno, pero no el voto de estas iniciativas a libro cerrado. No apareció el tema de las candidaturas, pero sobrevoló un fantasma que por estos días aterroriza al duhaldismo y que no es otro que el armado político del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.
La llegada de Duhalde tomó por sorpresa tanto a cronistas como a los propios legisladores. Atanasof ya se encontraba en el despacho de Camaño cuando ingresó el ex presidente. Díaz Bancalari fue el último en llegar al despacho del titular del cuerpo sino también fue el primero en retirarse. Lo cierto es que el dato transcendió lo suficiente como para que todos los medios esperaran durante dos horas alguna declaración oficial.
No la hubo. O, por lo menos, no hubo ninguna que pudiera ser tomada en serio. Sin embargo, el mensaje fue claro. Se trataba de que no hubiera fotos pero que el tema quedara reflejado en los diarios. Era también el final de una jornada de fuertes declaraciones. Primero había sido Hilda “Chiche” Duhalde, luego fue el propio presidente Néstor Kirchner desde Río Negro. En los dos casos habían dejado en claro que el enfrentamiento entre el duhaldismo y el kirchnerismo no es fuegos de artificio.
Atanasof sostuvo luego del encuentro que Duhalde se presentará la semana que viene en el Senado para acompañar un proyecto legislativo para respaldar la construcción del puente Buenos Aires-Colonia. Lo hará en nombre de su cargo de presidente de la comisión permanente del Mercosur. La construcción de un puente que una Punta Lara con Colonia comenzó durante el menemismo y es muy criticado por los ecologistas que aseguran que su impacto será muy dañino tanto para el Río de la Plata como para los vecinos de Colonia. También hay una fuerte especulación inmobiliaria por cierto. En cualquiera de los casos, Duhalde no está hablando del puente a su retiro de la política.
Más allá de esta explicación, lo cierto es que el caudillo bonaerense, en su paso por la Cámara de Diputados, dirigió varios mensajes con un mismo gesto. Por un lado, se mostró conciliador al pedirles a los suyos que acompañen los proyectos del Gobierno. Concretamente, se habló del respaldo parlamentario al envío de tropas a Haití. La semana pasada, Kirchner interpretó que detrás del fracaso de la sesión en la que debía resolverse la salida de los uniformados argentinos, estaba la mano del duhaldismo. Más precisamente la de Camaño. Esa noche fue que el Presidente salió a decir que no lo iban a extorsionar.
Para los kirchneristas, Camaño aparece como un hombre de cuidado. Al elegir como lugar de reunión el despacho del titular de la Cámara, Duhalde ratificó su respaldo a uno de sus hombres de confianza.
Al pedir el acompañamiento al Gobierno, aunque no de una manera incondicional, Duhalde también quiso entregar una señal de autoridad. Pretendió dejar en claro que la llave para manejar ese decisivo nucleamiento bonaerense de 35 diputados le sigue perteneciendo. Y que lo hace a través de sus incondicionales. Por eso, en la reunión de ayer, les dijo a los suyos que cumplan con su función. “Trabajen de diputados”, les dijo, luego de recomendarles que estudien cada uno de los proyectos parlamentarios de interés.
El papel más incómodo de todos los que estuvieron reunidos ayer en el despacho de Camaño fue, sin dudas, el de Díaz Bancalari. De hecho su llegada tardía, como su pronta partida, no sólo dan cuenta de la mala relación que tiene hoy con Camaño sino también de su cercanía con Kirchner. En el duhaldismo ayer reivindicaban la buena voluntad que había mostrado su jefe en un momento de enfrentamiento con el Gobierno. También destacaban que no los había dejado solos.