EL PAíS
Alivio en la UCR y disposición para incorporarse al gabinete
La postergación de las elecciones alivió a la UCR. Varios de sus técnicos ya fueron consultados por los economistas de Duhalde.
El primer alivio radical ante la designación de Eduardo Duhalde como Presidente hasta el 2003 fue porque ahora ya no hay elecciones en marzo. El segundo fue porque, dentro de la crisis en la que lo dejó el final de la gestión de Fernando de la Rúa, al final se adoptó la solución por la que ellos venían bregando desde un principio: un gobierno de unidad nacional que sirva para despejar incertidumbres y en el que esperan tener algún grado de participación. De entrada, ya hubo al menos un par de economistas radicales –Mario Brodersohn y Roberto Frenkel– que recibieron varias consultas de los encargados de diagramar el nuevo plan. No obstante, pese a la generosa ronda de nombres de radicales como posibles ministros que circuló ayer, dentro de la UCR son varios los que tienen dudas de sumarse a la flamante gestión. “Duhalde es el mismo de siempre, no nos vamos a engañar”, explicaba anoche un importante dirigente del radicalismo que quería dejar en claro que no había pactos.
Entre las muchas reuniones que Duhalde mantuvo ayer en el Congreso, estuvo con los gobernadores y con los jefes de los bloques de la UCR. Duhalde les detalló su idea de encabezar una gestión de unidad nacional con un sesgo económico centrado en la producción. Los radicales le respondieron anticipando su voto favorable en la Asamblea Legislativa. Y acordaron que si Duhalde quería llevar un radical al gabinete, antes le haría llegar el ofrecimiento al partido. Ayer, el presidente de la UCR, Angel Rozas, debió quedarse en el Chaco y fue reemplazado en las reuniones por su segundo, Juan Manuel Casella.
Obviamente que en la actitud radical jugó también la posición del ex presidente Raúl Alfonsín, quien desde hace meses brega por una gestión de unidad nacional. El ex presidente habló con Duhalde y le expresó su acuerdo con que sea él el dirigente peronista electo para completar el mandato de De la Rúa. Como gestión extra, Alfonsín se comunicó con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, para tratar de convencerlo de que no ponga obstáculos al arribo de Duhalde a la presidencia.
Dos de los principales economistas radicales, Brodersohn y Frenkel, recibieron varias consultas de los técnicos duhaldistas y llevaron mensajes tranquilizadores hacia adentro del radicalismo. Pero, ayer, los economistas duhaldistas también consultaron a otros especialistas más heterodoxos como algunos que trabajan en la Fundación Karakachoff de Federico Storani, y lo que el lunes parecían certezas ayer se convirtieron en interrogantes. “Parece que no tienen muy en claro su plan”, coincidían dos dirigentes radicales que conversaron por la tarde.
Conocer las primeras medidas de urgencia que tomaría Duhalde era decisivo para determinar si el radicalismo se sumaría al gabinete de unidad. “Lo importante es que se convoque también a otros sectores y no quede como un reparto entre peronistas y radicales”, decían cerca de Storani, jefe de la UCR bonaerense. Con todo, desde Adalberto Rodríguez Giavarini a Nicolás Gallo, pasando por Jorge Vanossi, Horacio Jaunarena y Rodolfo Terragno, eran varios los radicales que ayer sonaron como probables ministros. “La mayoría son autopromociones. Sería absurdo que se convoque a Rodríguez Giavarini o a Gallo, que fueron símbolos de la gestión delarruista que provocó todo esto”, sostenía un encumbrado legislador.
“Lo más seguro es que nos terminemos sumando porque no podemos quitarle el cuerpo a esta crisis”, decía anoche un dirigente cercano a Alfonsín. “Pero no podemos dejar de tener en cuenta que Duhalde es el mismo de siempre: es el gobernador al que le hicimos mil impugnaciones en la provincia y que dejó la provincia quebrada”, agregaba.
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