EL PAíS
› OYARBIDE SE EXCUSO DE INVESTIGAR EL CRIMEN DE CISNEROS
Testigos en busca de un juez confiable
› Por Laura Vales
El juez federal Norberto Oyarbide se excusó de investigar el asesinato de Martín Cisneros y derivó el caso a la Justicia ordinaria, aunque continuará con el expediente contra los piqueteros por la toma de la Comisaría 24ª. Oyarbide tomó esta decisión al considerar que el crimen del militante de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) fue un asesinato común, en contraposición a lo que sostienen los dirigentes de la FTV y a las sospechas del Gobierno. Debido a que uno de los detenidos por el homicidio es menor de edad, la pesquisa pasará al fuero de menores, a un juzgado que la Cámara de Apelaciones decidirá por sorteo.
Los compañeros del Oso Cisneros tenían ayer un panorama claro de cómo sucedieron las cosas el viernes pasado. Cisneros estaba en su habitación cuando Juan Carlos Duarte –el principal sospechoso del crimen– le disparó desde la calle. Un vecino lo vio haciendo fuego desde la vereda de enfrente de la casa hacia su interior; las balas atravesaron la ventana e impactaron contra las paredes del cuarto. Varios testigos escucharon cinco detonaciones y, luego de un lapso, otras dos. Uno de los balazos le dio al Oso en el pómulo.
Cuando sus compañeros llegaron al lugar, la habitación estaba cerrada. “La puerta tenía una vuelta de llave”, dijo a Página/12 Lucas Yáñez. “En la desesperación por entrar –estaba todo oscuro y no podíamos ver qué había pasado–, llamamos a un policía. Nos dijo que nos arregláramos como pudiéramos. Uno de los militantes del barrio tenía una copia de la llave. Al entrar, encontramos a Martín de rodillas en el piso, con el torso sobre el colchón y la cabeza llena de sangre.”
Esto es lo que contarán a la Justicia en los próximos días: que encontraron a Martín Cisneros desarmado dentro de su habitación, por lo que de ninguna manera hubo un tiroteo, como sostienen en su defensa los acusados.
Los testigos estaban citados a declarar ayer en el juzgado de Oyarbide, pero no se presentaron. Desconfían del juez, quien ya anticipó que podría citar a Luis D’Elía por la toma de la Seccional 24ª. Cuestionan además que la investigación esté en manos de la Policía Federal, acusada de complicidad con los detenidos por el homicidio.
D’Elía, quien considera que fue un crimen político destinado a desestabilizar el Gobierno, y sospecha de la mano del duhaldismo, dijo que analiza la posibilidad de recusar a Oyarbide.
Las diferencias entre el juzgado federal y los piqueteros no se limitan a la interpretación del móvil del caso. Los investigadores judiciales dicen que la escena del crimen pudo haber sufrido modificaciones, una conjetura que apunta a echar sombras contra los desocupados. Señalan que ellos fueron los primeros en llegar y que las fotos que muestra el cuerpo de Cisneros en su cuarto se tomaron dos horas después: “Bien puede haber sido atacado en la calle y luego llevado adentro”, especulan. Ocurre que la policía, además de haber liberado la zona como señalan varios testigos, se presentó con ese retraso, lo que sin dudas va a favorecer la situación de Juan Carlos Duarte.
El hasta ayer defensor oficial del preso, Gustavo Kollmann, pidió dos medidas de prueba. Ambas apuntan a demostrar la versión de Duarte, quien dice que Cisneros también le disparó. Las pruebas solicitadas son la realización de un dermotest sobre las manos de Cisneros en busca de restos de pólvora, para detectar si él también hizo fuego, y una pericia sobre la trayectoria de los disparos. Los familiares de Duarte afirman incluso que fue herido, lo que ya fue negado tajantemente por los forenses que lo revisaron.
También desmintiendo a Duarte otros testigos pueden ratificar que no hubo ninguna discusión en la calle. Son integrantes del Movimiento Territorial de Liberación que se encontraban a media cuadra de la casa del Oso, acampando en la vereda. “Ellos no vieron ninguna pelea y estaban suficientemente cerca para darse cuenta si hubiera ocurrido. En cambio,escucharon los disparos y observaron cómo en ese momento el policía que estaba en la esquina salió corriendo, se subió al patrullero y se fue”, señaló Carlos Chile, del MTL. Estos testigos anticiparon que están dispuestos a declarar.
Duarte va a ser trasladado a los tribunales de Lomas de Zamora, donde tiene una causa abierta por robo a mano armada. Según trascendió, además de las denuncias de los últimos tiempos, tenía un pedido de captura desde hacía tres años. Que se haya movido con total libertad, como lo hizo, confirma el denso entramado de corrupción policial que asoma detrás del asesinato.