Lun 09.08.2004

EL PAíS  › REGRESA DE LA MANO DEL JEFE DE GABINETE

Scioli cumplió su penitencia

El vicepresidente aparece en los planes de Alberto Fernández para quedarse con el control del justicialismo en la Capital.

› Por Santiago Rodríguez

La penitencia que Néstor Kirchner le impuso a Daniel Scioli a poco de su ingreso a la Casa Rosada parece haber llegado a su fin: en línea con el guiño presidencial hacia el peronismo, los hombres del Presidente empezaron a tenerlo también en cuenta para sus planes en la Capital Federal. Así es como colaboradores de Scioli ya están sentados hoy a una mesa que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, mandó a conformar con el propósito de impulsar una reforma del estatuto de PJ porteño como parte de su estrategia para quedarse con el control del partido.
El kirchnerismo había confinado a Scioli al destierro a mediados del año pasado. Fue cuando el vicepresidente dijo públicamente –en contra del discurso que sostenía el Gobierno– que no le parecía mal que se dispusiera un aumento de tarifas y fue a Estados Unidos a reunirse con representantes de los círculos de poder más concentrados de ese país. Entonces, Kirchner le aplicó un castigo ejemplar: borró de un plumazo toda la estructura que Scioli había armado –con Germán Pérez a la cabeza– en la Secretaría de Turismo y lo condenó a tocar la campanilla en el Senado.
Pero el tiempo pasa y las necesidades políticas cambian. Y así como las tarifas empezaron a discutirse, algunas puertas se han vuelto a abrir ahora para Scioli. “Daniel ya cumplió la penitencia. Ya entendió cómo debe comportarse y es hora de empezar a integrarlo”, comentaba al respecto un estrecho colaborador porteño de Kirchner durante el viaje que hace un par de semanas realizó el santacruceño a Bolivia y a Venezuela.
La “integración” de Scioli no pasa por el momento por volver a cederle algún lugar de gestión sino por su incorporación al espacio que el sector del kirchnerismo porteño liderado por Fernández está armando para ir en busca de la conducción del PJ local, actualmente intervenido. Los dirigentes que lo acompañan sostienen que el jefe de Gabinete “no va en otra dirección que no sea la que indica Kirchner” y explican del siguiente modo la decisión de levantarle la “penitencia” al titular del Senado: “Hay una política nacional que apunta a recostarse más en las estructuras orgánicas y tradicionales. Lo de Scioli no es casual, como tampoco lo es el acercamiento a la CGT, a la UCR y la intención de restablecer algún vínculo con el duhaldismo”.
El primer paso que se plantea el albertismo en pos de su objetivo de alzarse con el control del peronismo porteño es la reorganización institucional del partido y los hombres de Scioli estuvieron participando en reuniones con operadores del jefe de Gabinete, en las que se empezó a delinear la estrategia en ese sentido. La definición de la propuesta de las modificaciones al estatuto y la carta orgánica partidaria quedó en manos de una mesa, cuyo primer encuentro tuvo lugar días atrás en la Corporación Puerto Madero, que integra a dirigentes de distintas vertientes del PJ metropolitano que resolvieron acompañar al albertismo en su movida. Allí estuvieron Héctor Capaccioli, secretario de Descentralización de la Ciudad y colaborador de confianza de Fernández; Juan Manuel Olmos, vinculado al Suterh, que es uno de los principales sostenes del jefe de Gabinete; Alberto Iribarne, duhaldista y secretario de Seguridad nacional; Kelly Olmos y Roberto Digón.
“La idea es adaptar la estructura partidaria a la realidad del distrito y eventualmente convocar después a elecciones internas”, comentó a Página/12 uno de los participantes de esa reunión y brindó precisiones al respecto: “De lo que estamos hablando es de que no haya más consejeros por circunscripción sino por comunas o CGPS, que los congresos sean también más chicos y que la estructura del Consejo sea de 14 miembros, en lugar de 60”.
Los que no participan de la idea del albertismo advierten que se trata de una maniobra para “reducir al mínimo a las minorías y así asegurarse el manejo del partido”. De todos modos, los que están fuera del esquema armado hasta ahora por el jefe de Gabinete no parecen representar una amenaza mayor para sus planes.
Quienes tienen a Rafael Bielsa por referente aseguran no tener intenciones de pelear por el sello del PJ y dicen estar cómodos en Gesta, la agrupación formada por el canciller. La mayoría de los peronistas que están con Mauricio Macri tampoco da muestras de querer regresar a la estructura del peronismo. En ese grupo está Jorge Argüello, de quien se especula que podría retornar aunque asociado al jefe de Gabinete, con el que acortó las distancias que lo separaban desde que ocupa la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados. Lo que tiene armado en el distrito el ministro de Planificación, Julio De Vido, no es demasiado y tampoco aparece como un problema Miguel Angel Toma: hasta no hace mucho controlaba el PJ porteño, pero de su poder poco es lo que queda.

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