EL PAíS
› DECLARAN DESIERTO UN CONCURSO PARA JUEZ FEDERAL EN SANTIAGO
Postulantes con “orejas de burro”
De los quince postulantes a juez, sólo dos cubrieron los requisitos, pero se necesitaban dos más para cubrir por lo menos la terna.
El Consejo de la Magistratura resolvió declarar “desierto” el concurso para juez de un tribunal oral de Santiago del Estero porque encontró “bochornosos” y de “bajísimo nivel” los exámenes de los postulantes que se presentaron, según describieron varios miembros del cuerpo. La mayoría de los 15 aspirantes provenía de la Justicia santiagueña y sólo dos de ellos alcanzaron el mínimo puntaje de 100 requerido por reglamento. Más allá del desconocimiento generalizado del derecho con que se toparon los consejeros al corregir las pruebas, les resultó materialmente imposible armar una terna.
La medida fue resuelta por el plenario del cuerpo a instancias de los consejeros Bindo Caviglione Fraga, Luis Pereira Duarte y Juan Geminiani, ante la imposibilidad de conformar una terna para presentar al Poder Ejecutivo. Sobre quince participantes, solamente la doctora María Alicia Noli y el doctor Raúl Juárez Carol demostraron estar en condiciones de cubrir la vacante en cuestión. Noli es una ex camarista tucumana y actual integrante del Superior Tribunal de Santiago, designada por el interventor Pablo Lanusse. Según un funcionario del Consejo, su desempeño fue “brillante” y marcó una diferencia “abismal” respecto de sus oponentes. En segundo lugar quedó Carol, de la Cámara de Juicio Oral en lo Criminal y Correccional de Santiago del Estero, quien también estaba en condiciones de integrar la terna junto a Noli.
Otro miembro del Consejo explicó a Página/12 que “si bien la prueba escrita es técnica sobre Derecho se vieron algunas burradas, respuestas equivocadas a interrogantes elementales de la materia”. Sin embargo, el consejero Beinusz Szmucler planteó ante este diario que la comisión de selección realizó un “cálculo erróneo” que impidió que la mayoría accediera a los mínimos 100 puntos necesarios. “La prueba de oposición (escrita) no se revisa, entonces partimos de la base de dar por bueno el desempeño del jurado. Varios de los postulantes superaron los 50 puntos en la prueba pero tuvieron apenas 30 o 35 puntos de antecedentes, básicamente porque son gente muy joven que aún no se ha dedicado a la vida académica”, argumentó Szmucler. Según el consejero, esta situación es injusta para Noli, que obtuvo 135 puntos, así como para quien quedó en segundo lugar, y también para el tercero y el cuarto que terminaron quedando como “ignorantes”.
La propuesta de Szmucler, que fue rechazada durante la última reunión del plenario, era mantener la entrevista personal y, en tal caso, declarar el concurso desierto si el desempeño seguía siendo insuficiente. Según explicó, le respondieron que el Consejo se jugaba una cuestión de “imagen”. Sin embargo, durante la votación se expuso otro argumento: el concurso había sido convocado durante el juarismo y los consejeros pensaron que por las características de ese gobierno se anotaron pocas personas. La realidad de sólo dos postulantes con más de 100 puntos pareció dar una oportunidad para organizar un nuevo concurso que, según esperan, sea más convocante y “democrático”. Al momento de votar sólo hubo dos votos en contra de este razonamiento.
Ahora el organismo deberá convocar a un nuevo llamado que no estará organizado antes de los seis meses. Quienes se opusieron a que el concurso de Santiago sea declarado desierto se lamentaron del dispendio económico y de tiempo que implicará el nuevo llamado.
El Consejo de la Magistratura logró recuperar terreno en una de las tareas esenciales para la que fue creado, la selección de jueces. En los últimos dos años se aceleraron los procesos, que de todos modos siguen siendo cuestionados tanto por voces de adentro del organismo como externas que plantean la necesidad de mejorar varios aspectos, tal como quedó en evidencia en el concurso de Santiago del Estero. Hasta principios de año quien estaba en mora respecto de la designación de magistrados en los juzgados vacantes era el Poder Ejecutivo Nacional (PEN). El Consejo llegó a publicar una solicitada en la que daba cuenta de 44 vacantes, con sus respectivas ternas elevadas al PEN. Pero en las últimas semanas elpresidente Néstor Kirchner puso su lapicera en acción y las designaciones empezaron a fluir.