Mié 11.08.2004

EL PAíS

Kirchner imagina un lugar económico para uniformados

El Presidente participó junto al gobernador De la Sota en el homenaje a la Fuerza Aérea. Destacó el rol de los militares integrados al proceso productivo.

Por Camilo Ratti
Desde Córdoba

Néstor Kirchner aprovechó el acto de ayer en Córdoba para dejar en claro cuál es el papel que imagina para las Fuerzas Armadas dentro de su gobierno: incluirlas en un proyecto integral de defensa nacional, desarrollo industrial y productivo, respetando la política exterior y de derechos humanos llevada a cabo hasta el momento. En un breve discurso, el jefe de Estado destacó además la labor realizada por los pilotos argentinos en la guerra de Malvinas y defendió el trabajo humanitario que los soldados argentinos prestan para el mantenimiento de la paz en Haití. Terminados los festejos, el Presidente recorrió la planta de la multinacional Lockheed acompañado por los ministros José Pampuro, Aníbal Fernández, el titular de la Fuerza Aérea, Carlos Rohde, el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, y el intendente de la ciudad, Luis Juez.
“Creemos firmemente en una Argentina de claro perfil productivo e industrial, donde las Fuerzas Armadas, y la Fuerza Aérea en particular, tienen un papel importante a desempeñar”, dijo Kirchner no bien comenzó su discurso. El primer mandatario sostuvo que las Fuerzas Armadas “deben estar incluidas en el rol que les toca desempeñar en el marco de la política integral de defensa nacional, de la política exterior y de la política en materia de derechos humanos”.
Con los juicios por genocidio cometidos en la última dictadura en marcha, el Presidente exhortó a los nuevos jefes castrenses a “estar compenetrados y participar activamente del proyecto nacional de trabajo, industria y producción”. Y en ese sentido resaltó las operaciones de mantenimiento de paz desarrolladas en Haití y Chipre. “Hay una imperiosa necesidad de reforzar el multilateralismo”, deslizó.
Después de impresionarse por un espectacular show de aviones acróbatas, Kirchner dejó a todos los periodistas con las ganas y sólo se limitó a recorrer la planta de la multinacional Lockheed sin despachar vocablo alguno.
Luego de escuchar proyectos en materia militar, el jefe de Estado respetó al pie de la letra el estilo K: sorteó inmutable a la prensa, al tiempo que no se cansó de saludar y felicitar a cientos de operarios que dejaban de trabajar para estrecharle la mano. Sin querer ser menos, detrás suyo, De la Sota acaparó la atención de los medios nacionales, mientras Fernández, Pampuro y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, respondieron entre el tumulto las preguntas que podían.
Según dijeron ambos a Página/12, la visita no tuvo connotaciones políticas. “Con el gobernador y sus ministros charlamos sobre la importancia que tiene la creación de 300 nuevos puestos de trabajo en la fábrica Lockheed, un impulso importante a la industria aeronáutica y aerotransportista”, dijo Fernández a este diario.
La recorrida oficial llegó a su fin en el salón de fiesta del cuerpo de cadetes del predio militar, adonde Kirchner repitió su liturgia: nada de palabras, puro besos y abrazos con pilotos, ex combatientes, esposas de militares y alguno que otro cholulo que se acercó a saludarlo. Haciendo lo que más le gusta, el Presidente cumplió otra vez su objetivo en este tipo de visitas: acumular consenso y simpatía popular, columna vertebral de su gobierno.

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