Al término de un día de tensión, los trabajadores de la planta de Gatic en la localidad Pigüé desalojaron la fábrica para ponerla en manos del juez en lo comercial Miguel Angel Gutiérrez Cabello, quien está a cargo del concurso preventivo de la firma. La salida fue resuelta luego de que una jueza en lo penal de Bahía Blanca ordenara expulsarlos del lugar, con un operativo en el que la Policía Bonaerense usó gases lacrimógenos y balas de goma. El intento de desalojo fue resistido por los operarios, quienes estuvieron acompañados por el intendente y los doce concejales de la ciudad. Así abrieron la negociación que concluyó con la entrega de las instalaciones; ahora le pedirán al juez que dicte la quiebra de Gatic y les permita continuar a cargo de la fábrica.
Los trabajadores se oponen a que la planta sea traspasada a Guillermo Gotelli, el ex titular de Alpargatas. “Somos nosotros quienes tenemos derecho a seguir trabajando en la fábrica”, dijo a Página/12 Francisco Martínez, de la cooperativa Textil Pigüé, que tras el cierre puso en producción sus talleres con el respaldo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER).
El intendente Rubén Grenada (UCR) dijo, por su parte, que el municipio “respetará el orden institucional jurídico y acompañará a los trabajadores en su proceso de lucha, para que no sean víctimas de un despojo o de una situación que los perjudique”.
Gatic fue la mayor confeccionista del país. Con cinco fábricas en la provincia de Buenos Aires, dos en La Rioja y otra en Corrientes, se hizo famosa como licenciataria de grandes marcas. Adidas, Nike y LA Gear fueron las más conocidas. En manos de la familia Bakchellian, la empresa fue beneficiada durante el menemismo por fuertes créditos de la banca pública. Sin embargo, a fines del 2001 se presentó a concurso de acreedores y hoy tiene una deuda cercana a los 700 millones de pesos. En este proceso dejó a 6500 personas en la calle.
En lo formal hoy los Bakchellian siguen siendo los dueños de la empresa, pero cerraron la última de las fábricas en octubre. Transcurridos dos años sin que el juez dictase la quiebra, los trabajadores formaron cooperativas para autogestionar algunas de las plantas.
“El 80 por ciento de la deuda de Gatic es con el Estado y los trabajadores, porque los Bakchellian le deben 280 millones a la AFIP, 180 a los bancos oficiales y 70 millones” a sus ex empleados, dicen en el MNER.
El Movimiento reclama por esto que se declare la quiebra y que los talleres reabiertos se entreguen a las cooperativas de trabajo que resguardaron las máquinas y las pusieron a producir. Sin embargo, el grupo inversor encabezado por Gotelli anunció hace 20 días que había llegado a un acuerdo con Bakchellian para alquilarle cuatro plantas, entre ellas la de Pigüé, y reactivarlas.
Los empresarios obtuvieron el aval del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, el gobernador Felipe Solá y representantes del sindicato del caucho, pero la iniciativa no tiene el necesario acuerdo judicial ni fue aceptada por las cooperativas. Su principal objeción es que el grupo Gotelli pagará por todo concepto un alquiler de 12 millones de pesos por mes, por un término de diez años. “Eso quiere decir que van a poner 120 millones de pesos cuando la deuda de Gatic es de 700 millones. Hay 580 millones que el Estado les va a regalar”, sostuvo Martínez.
La orden de desalojo fue dictada por el juzgado de Garantías Nº 2 de Bahía Blanca a cargo de Pía Fava de Solanas, a raíz de una denuncia de los abogados de Gatic por “usurpación”. Durante el operativo sufrieron golpes una decena de personas, una de las cuales era atendida anoche en el hospital local. La mediación del intendente y los concejales del PJ, la UCR y el Polo Social evitó mayores consecuencias. La fábrica fue puesta por la noche en custodia de la intendencia, con el compromiso de que no será entregada a los Bakchellian sino al juez en lo comercial, para que su futuro sea decidido en ese ámbito.