Al maestro con cariño

No es el mejor momento para los discípulos de Antonio Bussi. Hubo un reciente desplante de Elisa Carrió al diputado Ricardo Bussi. Fue cuando la dirigente del ARI se negó a compartir el ascensor del Congreso con el hijo del genocida. Pero se redujo a una anécdota al lado del repudio sufrido por Pablo Walter. Semanas atrás, el senador nacional ingresó a un restaurant de Yerba Buena, una de las zonas más acomodadas de Tucumán con un paisaje embellecido por el cerro. Pero ni la cordialidad de los mozos pudo evitar el semblante crispado del legislador de Fuerza Republicana cuando comenzó a escuchar el ruido de los cubiertos. Intentó hacerse al distraído y seguir cenando. Pero el escrache se volvió inevitable. Lo peor sobrevino a los pocos segundos cuando una de las comensales, agitando su cuenta, le regaló al senador un cúmulo de frases irreproducibles y una intimación: “Estos 60 pesos que me quieren cobrar páguelos usted”. Y Walter, sin perder la compostura, pagó.

Entre gallinas y media noche

Ahí se lo ve, apagado, con el paso cansino. Podría decirse que es un hombre de escritorio, de puertas adentro. Pero la imagen no es todo. A los 51 años, Rodolfo Gabrielli es, en verdad, un fanático del fútbol. Es hincha de River y juega de 9 por lo menos una vez por semana. Cada vez que puede escaparse a Mendoza, su provincia natal, hace la comunicación de rigor para que sus amigos lo estén esperando con la número 5. En la última semana fue protagonista de un episodio caricaturesco. Tenía preparado el bolso para jugar en unas canchitas de Puerto Madero cuando lo llamaron de urgencia porque peligraba el Pacto Fiscal. Resistió hasta que pudo. Que juego, que no juego, que juego, que no juego. Finalmente esa noche se rindió al trabajo y terminó monitoreando hasta las 5 de la madrugada la votación del Congreso, que debía aprobar su criatura.

Papito en Tribunales

“Estamos discutiendo si compramos un perro, un gato o si nos decidimos por traer un niño al mundo”, dijo el año pasado a las revistas del corazón. Haber dejado la Justicia federal, y haberse casado con la secretaria de la Corte, Andrea Raña, decididamente lo distendió. Pero Adolfo Bagnasco nunca se olvidó de sus ex colegas. Por eso no sorprendió su reciente presencia en Tribunales, aunque sí el apretón de manos a Jorge Urso, con quien se había distanciado por la causa armas. Urso fue el que encerró a Carlos Menem, Bagnasco integrante del estudio donde uno de los socios, Mariano Cavangna Martínez, defendía al ex presidente. Nadie sabe si finalmente compró un piso el Libertador, como es vox populi entre sus enemigos. Ni tampoco si se decidió por un perro o un gato. Lo que sí relató con gran avidez es que en poco tiempo será papá de una nena, a la que llamará Catalina.

¿Yo señor? No señor.

Fernando Cavenaghi volvió al gol. Y uno de los que más festejó el tanto del goleador de River fue Juan José Alvarez. El secretario de Seguridad es un auténtico fanático de los millonarios. Tanto, que su hijo Rodrigo jugó en las inferiores y llegó a compartir equipo con Andrés D`Alessandro. Sin embargo, el funcionario duhaldista no se cansa de aclarar que no tiene ninguna relación con Cavenaghi. Es que su socio de estudio jurídico, Néstor Sívori (hijo del crack de River Enrique Omar), es quien –según Alvarez– sería el único que maneja los destinos del jugador. Le preocupa tanto aclarar el tema, que la última vez llegó a decir: “Si yo fuera el dueño no le daría bola a ninguno de ustedes. Estaría en otra. Además,cuando yo sea su representante lo vendo en 15 millones de dólares como mínimo y chau, no me ven más”.

Cambio, cambio

Luego de pérdidas millonarias en Miami, y su fracasado emprendimiento con Liz Fassi Lavalle en el restaurant Asia de Cuba, el empresario Gustavo Mascardi vuelve a convertirse en agente de bolsa, un viejo oficio que aprendió de su padre. Mascardi, representante de futbolistas de la talla del Piojo Claudio López, Hernán Crespo y Roberto Ayala, entre otros, no sólo ofrece compra y venta de dólares, sino también alternativas para saltar el corralito y otras menudencias. Para su nueva agencia de la calle Sarmiento, el empresario que alguna vez fue vinculado a Zulemita Menem, se juntó con Zoilo Cantón. Se trata del hermano de Pacha Cantón, quien es socio de los Pharaon en el majestuoso hotel Force Season de Carmelo.

¿Los perritos de Sherlock Holmes?

No hay caso. Jorge Vanossi insiste en desafiar la campaña “tu perro y tu caca” del gobierno porteño. Y por eso ayer dejó nuevamente que sus dos yorkshires, correa amarilla en mano, repartan regalitos para las suelas desprevenidas en la calle Dardo Rocha. El ministro de Justicia lucía una campera marrón de gamuza, al mejor estilo de Fernando de la Rúa. ¿Qué hacía Vanossi con sus pichichos en Barrio Parque? Unos dicen que quería espiar la casa de Susana Giménez. Otros que pretendía asomarse a la del detenido Marcos Gastaldi. Ni uno ni lo otro. Vanossi simplemente vive a pocas cuadras de allí.

Batata con champagne

Otro de los que no dejan de celebrar la detención de Marcos Gastaldi es José Luis Clerc. El ex tenista, radicado en Miami desde que le desvalijaron su casa en La Horqueta, es uno de los perjudicados por el Banco Extrader y por eso no se cansó de descorchar champagne en los últimos días. En uno de esos festejos acercó algunos datos interesantes. Por ejemplo, que Gabriela Sabatini comenzó a practicar golf en San Isidro Golf con bastante éxito. ¿Quién es su entrenador? El mismo profesor que el de Víctor Bo, el actor de los superagentes que suele defender a capa y espada la gestión de Carlos Menem.

Al pan pan, y al vino vino

Raúl Alfonsín hace escuela. Todos en el radicalismo saben que el ex presidente no toma vino sino que, como dice él, bebe Felipe Rutini. Se trata de una excelente y nada económica firma mendocina. Ayer al mediodía, quien degustaba con placer pan calentito con un Felipe Rutini era Mario Brodersohn, su mujer y su yerno. Claro, lo que no aprendió el ex funcionario afonsinista son los restaurant preferidos del líder radical. Fue a Grapa, en pleno Palermo Hollywood, donde solían comer integrantes del delarruista “grupo sushi” y aún, tras la salida de De la Rúa, el ex funcionario de Cultura, Darío Lopérfido y su novia, la actriz Marina Wollmann.

Marrone y el payaso Plín Plín

Dicen que durante un escrache a Julio Nazareno, el ex embajador en Chile Oscar Spinoza Melo estaba en un bar de la calle Posadas, frente al domicilio del titular de la Corte Suprema. Dicen que se encargaba de divisar a los políticos que pasaban a visitarlo. Dicen que entre ellos vio a Genaro Contartese –un ex Guardia de Hierro acusado por la coima en el caso IBM-Banco Nación–, y que alertó a los presentes en voz alta. Dicen que justo cerca de él se encontraba un “hombre de acción”, apodado Fafá, amigo de Contartese, que le retorció la nariz al grito de ¡Cheeeeeeeee!, almejor estilo Pepito Marrone. Dicen que Espinoza Melo radicó denuncias por amenazas en la Justicia. Dicen que estaría dispuesto a no ratificar la renuncia de existir una reparación por el daño sufrido.

Pa`vos, Pa` mí

Ginés González García ya tiene en sus manos la renuncia de Manuel Corchuelo Blasco, quien no deja de quejarse por las falta de fondos en el PAMI. El ministro de Salud quiere que el interventor de la obra social de los jubilados dé un paso al costado en las próximos horas pero todavía no tiene definido su sucesor. Corchuelo Blasco abandonaría el barco en medio de presiones cruzadas a raíz de los intereses que existen en el organismo. Enterado del tema, el que no perdió ni un minuto fue el sindicalista Reynaldo Hermoso. Se trata de un hombre que responde al senador Luis Barrionuevo, con participación e influencias en el PAMI. Hermoso se promociona como el candidato natural para el cargo, pero Ginés González García no lo respalda y la resolución del conflicto se demoraría algunos días.

No va más

En silencio, Néstor Kirchner no deja de trabajar para su proyecto presidencial. Convocados por el legislador porteño Alberto Fernández, el último jueves, el gobernador de Santa Cruz se reunió con un grupo de economistas. En la sede de la Bolsa de Comercio estaban el ex Bunge y Born, Gustavo Caraballo, Carlos Leiva y Carlos Goldstein, el ex secretario de la Bolsa de Comercio, Luis Corsiglia, el secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Hecker, y el dirigente Julio Bárbaro. Si bien Kirchner ha cesado en sus reclamos para que haya elecciones adelantadas, no deja de imaginar el derrumbe del Gobierno. ¿Qué le dijo a sus interlocutores entre bocado y bocado?: que construyan un plan de gobierno alternativo porque el de su ex amigo Eduardo Duhalde “no da para más”.

* Con Felipe Yapur.