El representante del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anoop Singh, recibió ayer a cuatro personas que no le pidieron dinero ni lo adularon. Por el contrario, le reprocharon “la histórica opresión que ejerce el FMI sobre los pueblos pobres del mundo”. Los atípicos interlocutores de Singh fueron el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; el presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa (Apyme), Francisco Dos Reis; y el titular de Diálogo 2000, Carlos Juliá.
Los representantes de las ONG llegaron a la oficina que tienen los miembros del FMI en el séptimo piso del Banco Central en calidad de integrantes del Tribunal Internacional de los Pueblos, un organismo que en el Foro de San Pablo realizó un juicio a la deuda externa. Acompañado por dos asesores y dos traductores, Singh, que la semana pasada recibió un documento con las acusaciones de la agrupación, fue el primero en tomar la palabra. Aseguró que estaba en el país para ayudar a que la Argentina salga de la grave situación y que tenía intención de escuchar a todos los sectores.
Sus visitantes fueron duros. “Pedimos la entrevista para decirle que no queremos una mano, que nos saquen las dos manos de encima”, dijo Cortiñas a Página/12. “Planteamos el alto costo humano que tiene para los países pobres la aplicación de las políticas de ajuste y capitalización que ellos pregonan en América latina y otros pueblos del mundo”, relató Pérez Esquivel.
Los miembros del Tribunal Internacional de los Pueblos criticaron ante el FMI el programa de ayuda social del gobierno de Eduardo Duhalde y lo contrapusieron con la iniciativa del Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo), que establecía un subsidio de 380 pesos para todos los jefes de hogar desocupados.
“Dejamos claro que los ajustes traen pobreza, miseria y desesperanza, y que ellos no están dispuestos a cambiar un ápice de lo que vienen haciendo. Hablamos de que el país no tiene capacidad para pagar la deuda externa y sí grandes posibilidades de salir adelante, pero no con las recetas del Fondo”, afirmó Dos Reis.
Singh pidió disculpas por no servirles café y mencionó que recibe hasta cartas de estudiantes que le agradecen su gestión. Sobre los reproches que le hicieron Cortiñas, Pérez Esquivel, Dos Reis y Juliá se limitó a decir que estaba para escuchar y que desde el corazón los entendía, pero que la Argentina tenía que cumplir con sus obligaciones.