El lunes lo fue a ver antes de que fuera designado y ayer lo visitó ya instalado en la Casa Rosada. En la media hora que estuvieron a solas, el presidente Eduardo Duhalde y el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, conversaron de las medidas económicas que se vienen, de la Corte Suprema de Justicia y la remoción de los jueces que la integran, de la reforma política y del nuevo gabinete. “No hablamos de nombres”, aseguró Ibarra tras la reunión y en su entorno agregaron que ni siquiera se mencionó el posible regreso de Juan Pablo Cafiero al Ministerio de Desarrollo Social. Otros dirigentes del Frepaso, sin embargo, daban casi como un hecho su retorno a esa función.
Ibarra, como titular del Frepaso, salió a bancar a Duhalde antes que la Asamblea Legislativa lo designara para completar el mandato presidencial hasta el 2003. “Había una necesidad institucional. Argentina no podía pasar un solo día más sin presidente. De la Rúa se tuvo que ir echado por la gente en medio de una represión y un país quebrado. Quien iba a conducir por 60 días el país hasta una elección saltó en 7 días. En esa situación de acefalía era necesario que hubiera un presidente porque si no se instalaba la violencia social”, repitió ayer.
Así como el lunes lo convocó a su casa de Lomas de Zamora, Duhalde lo llamó a Casa de Gobierno e Ibarra acudió a la cita. Los planteos del frepasista fueron similares a los de la primera conversación que ambos mantuvieron, cuando le pidió que buscara consenso para la mayoría de sus decisiones, que se rodeara de colaboradores intachables y le advirtió sobre la necesidad de remover a los jueces de la Corte Suprema.
“Es necesario la renovación de los miembros de la Corte Suprema de Justicia”, reiteró Ibarra a la salida de su segundo encuentro con Duhalde en 48 horas. Puertas adentro, el flamante Presidente volvió a mostrarse de acuerdo con esa acción que el frepasista considera “emblemática” y le aseguró que está analizando las “vías institucionales” para llevarla a la práctica. La cuestión no es sencilla y entre las alternativas que barajan quienes asesoran a uno y otro figuran promover el juicio político contra los miembros de la Corte o enviar al Congreso una ley que disponga reducir de 9 a 5 el número de ministros que la integran.
Aunque anoche se insistía con el posible nombramiento de Cafiero en Desarrollo Social y varios dirigentes del Frepaso lo daban casi por hecho, en la Jefatura de Gobierno porteño juraban que ese tema ni siquiera había sido tocado por Duhalde e Ibarra. “Sí se habló del gabinete, pero lo que hizo Duhalde fue comentarle en quién había pensado para cada ministerio y que tenía previsto que el tema social lo manejara su esposa Chiche”, comentó a Página/12 un estrecho colaborador del titular del Frepaso.
Además, subrayó que entre los ministros “no se ven muchos lujos, pero tampoco hay innombrables y destacó la designación de Jorge Vanossi (Justicia), Jorge Remes Lenicov (Economía) y Alfredo Atanasoff (Trabajo).
Otro hombre de ese partido que aseguró haber hablado con Ibarra dio otra versión sobre lo conversado con Duhalde y el futuro de Cafiero. “El asunto de Juampi –sostuvo– quedaron en analizarlo.”
Duhalde sí se mostró abierto a sumar gente del Frepaso para trabajar en la reforma política. Ibarra declaró al abandonar la Casa Rosada que “hay que avanzar con la idea de terminar con el monopolio de los partidos políticos como eje de proponer candidatos, porque la sociedad demanda otra realidad” y frente al Presidente formuló un planteo similar.
Lo que Duhalde e Ibarra charlaron de economía es más o menos lo que se sabe por ahora: que el peso flotará con respecto al dolar y otras monedas y que se tratará que las empresas de servicios públicos no varíen sus tarifas al compás de la devaluación y que los bancos vayan devolviendo paulatinamente los depósitos.