Por Diego Schurman *

Amor de primavera
Después de aquel pico de tensión, en donde se llegó a decir que Alberto Fernández ordenó bajar de un avión a Jorge Telerman, ambos parecen haber llegado a una convivencia más que pacífica. Y esto no sólo podría deducirse por la participación de Los Súper Ratones –que cuentan con la influyente amistad del jefe de Gabinete– en el evento cultural y recreativo organizado por la Dirección General de la Juventud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en “Casa Joven de Palermo”. También por la decisión del secretario de Desarrollo Social de Aníbal Ibarra de nombrar como director general de la Juventud del GCBA a Matías Novoa Haidar, activo integrante de una agrupación fogoneada por Fernández: los ya famosos Jóvenes K.

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Entre rejas
Han taladrado duro en las últimas dos semanas. Y cualquiera puede ver por estas horas los agujeros en el asfalto de la calle Balcarce donde cimentarán las nuevas rejas fijas de protección de la Casa Rosada. La decisión de quitar las viejas vallas metalizadas y reemplazarlas por hierro forjado color negro, con punta de lanza en su extremo superior –como el de los frentes de algunos chalets–, se tomó luego de los incidentes de Quebracho en Plaza de Mayo. La orden del cambio la dio el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien guarda celosamente en la oficina contigua a su despacho una muestra de las flamantes rejas, seguramente imaginando que el tema generará polémica.

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Estilo K
Aguardaba en una sala de espera del primer piso de la Casa Rosada, mirando por una ventana la diversidad de pájaros que sobrevuelan el edificio. Pasó de la curiosidad a la inquietud, y de ahí sin escalas a la sorpresa por el tiempo que demoraban en atenderlo. Ni siquiera sus ocasionales interlocutores –entre ellos periodistas– lograron tranquilizarlo: el general retirado del Ejército Raúl Racana, designado al frente de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), estaba sintiendo en carne propia eso que algunos denominan Estilo K. Recién tras dos horas de calentar el mullido sillón del salón, el hombre ingresó al despacho esperado sin ofrecer, desde ya, ninguna mueca de insatisfacción.

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Irreconciliables
El jueves pasado, 16 de septiembre, fue el cumpleaños de Graciela Ocaña. Y, fue público, la interventora del PAMI lo celebró en un centro de jubilados de San Justo. Pero lo que nadie sabe es que su principal enemigo, Luis Barrionuevo, le hizo un regalito: al día siguiente, viernes 17, estaba citada a audiencia conciliatoria por una causa que le inició el titular de Chacarita. Ocaña prefirió pasar ese día con su familia y decidió no concurrir a la cita en los Tribunales. Con Luisito, a quien vincula con los principales negociados de la obra social de los jubilados, considera que no hay nada que conciliar.

* Colaboró Martín Piqué.