EL PAíS
› COMO ES EL DEBATE POR LOS SUPERPODERES
La pelea por asignar las partidas
La derecha, el centro y la izquierda política, cuestionaron ayer la delegación de facultades en el Ejecutivo. Modalidad que le permite al jefe de Gabinete reasignar partidas presupuestarias. Por lo bajo, algunos diputados del peronismo también se quejan por la cesión de atribuciones. Las únicas peronistas que adelantaron su oposición públicamente fueron la bonaerense Graciela Camaño y la porteña Inés Pérez Suárez. A pesar de que el oficialismo, en ambas cámaras, tiene números holgados para conseguir la aprobación de la medida, nada lo privará de un extenso y ruidoso debate.
La delegación de facultades figura, al igual que el año pasado y anteriores también, en un artículo del Presupuesto 2005. Alberto Fernández, jefe de Gabinete en el que se delega esa atribución, señaló que “no se trata de superpoderes”. Los explicó por “la emergencia”, que siguió al estallido del 2001.
Desde el oficialismo, el riojano Jorge Yoma se mostró sorprendido por la reacción de algunos críticos, ya que dijo que la costumbre de los últimos años “le quitan el carácter de excepcionabilidad para convertirlos en una situación regular”. Para que no quedaran dudas, acotó: “Yo se los daría”.
Los más tremendistas fueron los dirigentes de la derecha. “Es un permiso para matar”, dijo la líder del ARI, Elisa Carrió. El titular de Recrear, sostuvo: “Esto no pasa en ningún lugar del mundo”. Con distintas palabras, pero con el mismo concepto, Carrió y López Murphy pusieron el acento en el daño institucional. “Es una práctica perversa que ha vaciado la República”, opinó la chaqueña. “Quieren vaciar el Parlamento”, eligió señalar el bull-dog, como suele parodiarse el propio López Murphy.
El socialista Jorge Rivas adelantó su oposición a la delegación de facultades. Algo que viene realizando año a año, cada vez que el Presupuesto llega al recinto de la Cámara baja.
Por lo bajo, en el peronismo no son pocos los legisladores que señalan que la facultad de reasignar partidas convierte al Presupuesto en una ficción. Igualmente, la mayoría de los que criticaron la medida la semana pasada por los pasillos del Congreso, a la hora de levantar sus manos suelen disciplinarse con las autoridades de bloque. Aquí la única sorpresa está las posiciones de los duhaldistas. Aunque todo indica que tienen una tregua con Kirchner, demostraron, más que ningún otro sector peronista, “no ser ni buenos, ni malos”.