Por F. C.

El centroizquierda porteño comenzó la tarea de reagrupamiento con vistas a las elecciones de 2005 pero, aseguran, más que nada pensando en el lapso entre comicios, momento en el que suelen disgregarse y andar cada uno por su lado. Por eso, el viernes pasado, reunidos con sigilo en un club de La Boca, dirigentes identificados con el ibarrismo, el kirchnerismo, radicales, socialistas e independientes acordaron mantener encuentros periódicos y comenzar a funcionar como grupo, abierto a nuevas incorporaciones, y aunados por un documento en el que proponen “Una nueva cultura política poscrisis”. Por ahora, el grupo prometió que no mostrará apoyos ni críticas al gobierno nacional ni al ARI de Elisa Carrió.
Del encuentro en el club Catalinas Sur participaron unos cuarenta dirigentes. La anfitriona en esta ocasión fue la diputada radical Silvana Giudici, con base de trabajo en La Boca. No fue la única radical que asistió. También estuvieron el titular de la Juventud Radical, Leandro Santoro, el dirigente de la UBA, Jorge Ferronato, y dos que forman parte del gobierno porteño: el secretario de Cultura, Gustavo López, y el de la Tercera Edad, Daniel Maglioco. Además, participaron algunos dirigentes barriales como Daniel Siciliano, de Mataderos.
Por el socialismo, dieron el presente el legislador Roy Cortina y Nito Martini. Del kirchnerismo participaron dos legisladores de la ciudad: Diego Kravetz y Milcíades Peña. Como era de suponer, la tribuna del ibarrismo –motor del cónclave– fue de las más concurridas. Comenzando por el jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández, también estuvieron los funcionarios porteños Eduardo Epszteyn y Marcelo Vensentini, las legisladoras Laura Moresi y Alicia Caruso, la procuradora Alejandra Tadei, entre otros. Hubo dos peronistas independientes, pero que ya forman parte de la gestión ibarrista como Carlos Campolongo y el ex Beliz, Miguel Doy. También anduvo por allí el músico Chango Farías Gómez, quien luego de llegar a la Legislatura con el partido de Mauricio Macri, ahora anda buscando un lugar más acogedor.
El encuentro comenzó con una cena. La parte estrictamente política llegó a los postres, cuando se hizo circular la primera versión de lo que los integrantes del grupo llaman “El documento de San Telmo”, en referencia a la reunión inaugural, realizada días atrás en ese barrio. El escrito hacía referencia a la necesidad de “una nueva cultura política”, haciendo eco de la crisis de 2001, un momento de la historia reciente del país que fue mencionado varias veces durante esa noche. “Hay que hacerse cargo de que volvió la política y tenemos que volver a vivir la política en términos colectivos”, sostuvo uno de los funcionarios ibarristas.
El espacio se define como “amplio y pluralista”, y colocaron como una de sus piedras angulares la “capacidad de disenso”. En cuanto a su amplitud, esperan dar muestras en las próximas reuniones –que irán variando de sede– para las que convocarán a más dirigentes y a intelectuales para que aporten ideas. Lo del disenso es para no repetir errores de anteriores coaliciones. “No hay espacio en la poscrisis para una alianza ligera con un motor mediático”, intervino uno de los socialistas. Y esta nueva alianza –no ligera– no la pueden encabezar ni el PJ ni la UCR del distrito dado que, al decir de uno de los participantes, “no consiguieron reconstruirse”.