EL PAíS
› UN JUEZ DE SANTA FE ANULO EL INDULTO A DIAZ BESSONE
Le tocó al ideólogo del horror
El juez Digerónimo declaró nulo el indulto presidencial a Díaz Bessone, con lo que quedó a un paso de pedir su detención.
Por José Maggi
El juez federal Omar Digerónimo firmó ayer la inconstitucionalidad del indulto de Ramón Genaro Díaz Bessone, quien fuera comandante del II Cuerpo de Ejército entre septiembre 1975 y octubre de 1976. De esta manera, el juez podrá ordenar su detención como ex hombre fuerte del II Cuerpo. También hizo lo propio con el indulto del coronel Carlos Ramírez, quien fue jefe de la policía santafesina en aquel período. Díaz Bessone está detenido desde julio en su domicilio –por tener más de 70 años– por orden del juez federal Jorge Urso, por la causa en la que se investiga el funcionamiento del Plan Cóndor. Digerónimo tenía en su poder un pedido de inconstitucionalidad para Díaz Bessone firmado por el fiscal de primera instancia Francisco Sosa.
Curiosamente, hace 15 años el mismo Digerónimo pedía la declaración de Díaz Bessone: el 9 de agosto de 1989, quien era secretario de Actuación de la causa Feced notificaba la continuidad de la misma. Y citaba para declaraciones indagatorias a los generales Leopoldo Galtieri y Díaz Bessone para el 23 de agosto de aquel año. Pero el 23 de noviembre de 1989, por el decreto 1002/89, “se indulta al teniente general Galtieri, al general de división Rubén Genaro Díaz Bessone y al coronel Carlos Ramírez”, por lo que se resolvió el archivo de “estos autos”.
Díaz Bessone tuvo una impensada declaración en una entrevista que le hizo una periodista francesa: confesó torturas y ejecuciones en un momento en que creía que la cámara estaba apagada. En los salones del Círculo Militar, del que fue presidente durante varios períodos, Díaz Bessone sostuvo que en la denominada “guerra contrarrevolucionaria los daños colaterales son los desaparecidos y las ejecuciones extralegales”. “¿Cómo puede sacar información (a un detenido) si usted no lo aprieta, si usted no tortura?”, preguntó. Díaz Bessone descartó como “propaganda” la cifra de 30 mil detenidos-desaparecidos y dijo que no llegaban a 7 mil. Pero admitió que fueron asesinados en la clandestinidad, cosa que nunca había hecho antes en público ningún integrante de la cúpula castrense de entonces. “¿Usted cree que hubiéramos podido fusilar 7000? Al fusilar tres nomás, mire el lío que el Papa le armó a Franco con tres. Se nos viene el mundo encima. Usted no puede fusilar 7000 personas.”
En el juicio a las juntas militares de 1985, Jacobo Timerman testimonió que el temor a la condena del Papa fue el argumento que altos jefes militares le dieron luego del golpe de 1976 para explicar la opción por la clandestinidad. Díaz Bessone continúa: “¿Y si los metíamos en la cárcel, qué? Ya pasó acá. Venía un gobierno constitucional y los ponía en libertad. Porque ésta es una guerra interna. No es el enemigo que quedó del otro lado de la frontera. Salían otra vez a tomar las armas, otra vez a matar”. Las confesiones de uno de los generales paradigmáticos de la dictadura militar, que quedó en libertad gracias al indulto presidencial, forman parte del telefilm Escuadrones de la muerte. La Escuela Francesa, dirigido por la periodista Marie Monique Robin. El reportaje fue publicado por Página/12 en agosto de 2003.
Díaz Bessone dijo también que en la Argentina se había perdido la distinción entre beligerantes y población civil. “Hemos conocido amigos nuestros, cuyos hijos eran para los padres insospechados, estudiantes, buenos chicos. Ellos no sabían que ese hijo que iba a la universidad estaba en la guerrilla y escondía armas en su propia casa. Al estar metido dentro de la población, a veces se toma a alguien y se piensa que todos los que están en esa casa están complicados en la guerrilla y se cometen errores. Son los errores característicos de esta guerra”, dijo. “La gente que critica no lo va a entender nunca. Pero el error es humano cuando hay guerrilleros infiltrados en la población.”
En tanto, hoy prestará declaración José Lo Fiego, ampliando la del 9 de septiembre, cuando señaló que las responsabilidades de lo actuado en El Pozo de la Jefatura era por orden de las autoridades del II Cuerpo.